El Tribunal Supremo Popular de Cuba afirma que la degradación ética, moral y política de Alejandro Gil lo hacen merecedor de una respuesta penal severa.
El gobierno usa a Alejandro Gil como chivo expiatorio para ocultar la corrupción de la cúpula castrista, denuncia la hermana del exministro.
Frente al silencio de los medios oficiales, la voz más visible ha sido la de su hermana, que denuncia una instrumentalización política del caso.