 
"Acabo de llegar de mi trabajo y no tengo agua ni luz, y los niños están sin bañarse desde antier”, exclamó la madre cubana en un video en redes sociales.
 
Tras la protesta de su hija en La Habana por falta de agua, la activista cubana exiliada en EE.UU., denuncia corrupción y la ausencia de servicios básicos en la isla.
 
Los fallos eléctricos no solo interrumpen el servicio en Cuba, también provocan pérdidas materiales, en un contexto sin mecanismos claros de compensación.
 
Las lluvias afectaron viviendas y otras infraestructuras con daños materiales considerables.
 
Vecinos reportan falta de fumigaciones, atención médica insuficiente, escasez de medicamentos y saturación hospitalaria.
 
Carlos Labrada Rodríguez, director de la Unidad Empresarial de Base, dijo a un medio oficial que no es la primera vez que pasa.
 
El suministro estable de leche para niños y adultos, sigue siendo otra de las tantas promesas que el régimen cubano ha incumplido en estos 60 años.
 
La falta de electricidad se ha convertido en parte inseparable de la vida diaria en la isla.
 
Vecinos de distintas generaciones marcharon en la oscuridad, con calderos, exigiendo “¡Corriente ya!” y “Libertad”.
 
Los apagones (72%), superan a la crisis alimentaria (71%) como la principal preocupación de los cubanos.