Cubanos dentro y fuera del país e instituciones internacionales gestionan ayuda humanitaria a los damnificados por el huracán Melissa.
El huracán dejó cuantiosos daños a su paso por Cuba, con techos arrancados, inundaciones graves, derrumbes en viviendas y comunidades aisladas.
La protesta se produce en un contexto de profundo deterioro social y económico en el oriente del país, donde numerosas comunidades continúan sin electricidad ni alimentos.
Activistas y organizaciones civiles cuestionan entregar la ayuda directamente al régimen por su falta de transparencia y corrupción.
Pueblos inundados, caminos obstruidos, derrumbes y daños severos en viviendas, son algunas de las afectaciones provocadas por Melissa a su paso por Cuba.
Tras el paso del huracán se percibe un panorama muy sombrío, sobre todo para quienes perdieron sus casas y las pocas pertenencias con que contaban.
La población enfrenta una triple vulnerabilidad: el impacto del huracán, la falta de suministro eléctrico estable, y las limitaciones para acceder a información oportuna sobre protección civil.
En medio de una profunda crisis, los cubanos se preparan para la llegada de Melissa, uno de los huracanes más potentes desde que se tiene registro.
Los huracanes afectan a toda la población, pero sus consecuencias son especialmente graves para las mujeres y los ancianos.