Considerada entre las mejores escritoras de su país, Mavis Gallant reflejó en sus cuentos la vida de personas frágiles, ahogadas en el autoengaño y la soledad.
La obra de Ana Hatherly, tanto literaria como visual, indaga en el arte como medio de expresión y en los límites de la comunicación humana.
Grazia Deledda desnudó en sus relatos el peculiar carácter de su pueblo, su ingenuidad y su reciedumbre, y el profundo conflicto entre modernidad y tradición.
La poesía de María Calcaño, valorada hoy entre las más logradas del feminismo literario venezolano, dio voz a un erotismo y un deseo de libertad indomables.
Atenta a su propio centro, lejos de un mundo que, sin embargo, nunca dejó de preocuparle, María Luisa Puga legó una obra de gran profundidad existencial.
Nominada en varias ocasiones al Premio Nobel de Literatura, Can Xue es una de las escritoras más interesantes y polémicas de la literatura china actual.
La sexualidad femenina, el erotismo y la relación de la mujer con su cuerpo son una constante en la obra de Margo Glantz, así como la emigración y la memoria.
Inspirada por las tradiciones de su pueblo, la literatura de Joy Harjo se ha convertido en un puente entre las culturas nativas de América y el mundo occidental.
En este breve ensayo literario, Ana María Matute describe con maestría la capacidad del cuento popular para trascender fronteras, épocas y lenguas.
Precursora del realismo mágico e incomprendida en su tiempo, Elena Garro es hoy reconocida como una de las autoras más notables del siglo XX en Iberoamérica.