Georgia O’Keeffe no fue una artista decorativa ni una figura secundaria en la historia del arte moderno, fue una visionaria.
“Entre las mujeres novelistas de gran talento o geniales, ninguna sobrepasa en altura a Selma Lagerlöf.”
Condenada al ostracismo durante dieciocho años, la obra poética y el legado feminista de Doria Shafik fueron prácticamente borrados de la historia.
Si una manifestación artística de la Cuba republicana sufrió el embate de la censura castrista, fue la escultura hecha por mujeres.
La obra de Raquel Vinat amplía notablemente el estudio del papel que ha jugado la mujer cubana en la Historia.
Galería del Prado, MoMA y el trío fundador: María Luisa Gómez Mena, José Gómez Sicre y Alfred Hamilton Barr Jr. en la consagración silenciada de Amelia Peláez
En una Habana marcada por la represión comunista, Clara Caballero vive con una libertad y una autenticidad que desafían las sombras del régimen.
Menospreciada en vida, Rosalía de Castro reivindicó el gallego como lengua literaria, defendió los derechos de la mujer y fue una precursora del modernismo español.
Convencida desde su juventud de la necesidad de transformar las normas sociales, Concepción Arenal defendió el derecho de la mujer a la educación.
Con su literatura y su infatigable activismo, Emma Lazarus contribuyó a definir la identidad y los valores de la sociedad estadounidense en el siglo XX.