
La obra de Raquel Vinat amplía notablemente el estudio del papel que ha jugado la mujer cubana en la Historia.

Galería del Prado, MoMA y el trío fundador: María Luisa Gómez Mena, José Gómez Sicre y Alfred Hamilton Barr Jr. en la consagración silenciada de Amelia Peláez

En una Habana marcada por la represión comunista, Clara Caballero vive con una libertad y una autenticidad que desafían las sombras del régimen.

Menospreciada en vida, Rosalía de Castro reivindicó el gallego como lengua literaria, defendió los derechos de la mujer y fue una precursora del modernismo español.

Convencida desde su juventud de la necesidad de transformar las normas sociales, Concepción Arenal defendió el derecho de la mujer a la educación.

Con su literatura y su infatigable activismo, Emma Lazarus contribuyó a definir la identidad y los valores de la sociedad estadounidense en el siglo XX.

“Un cuento es bueno cuando podemos seguir viendo más y más cosas en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno.”

Fue el corazón feminista que impulsó el debate sobre los derechos de la mujer, y conectó a Cuba con las corrientes del feminismo internacional.

Inspirada en las leyendas y costumbres de su pueblo, Selma Lagerlöf construyó una obra deslumbrante por su originalidad y su idealismo.

Sara Gómez intuyó, a partir su estudio de Franz Fanon, que el “hombre nuevo” no se moldeaba con arcilla, a la manera del Golem checo.