Frida Kalho transformó el dolor privado en reflexión pública, defendió lo local sin renunciar a lo universal, y anticipó debates que siguen vigentes.
La obra de Sandra Ramos es el desmontaje semántico de lo falaz de ese mundo idílico donde toda una generación de cubanos creció entre la propaganda y el control.
Berthe Morisot dignificó la experiencia femenina y la maternidad con una autenticidad que ningún pintor masculino había logrado.
Figura clave del impresionismo, Berthe Morisot destaca por lo personal de su estilo y la sensibilidad con que representó la vida doméstica y la intimidad femenina.
La representación de la mujer en el arte cubano abrió caminos artísticos y sociales, aunque muchas han sido excluidas de la historiografía a partir de 1959.
Susana Pérez, actriz cubana nacida en Marianao (1952), cuenta con casi cinco décadas de carrera en televisión, cine, teatro y radio.
La obra y la vida de Leonora Carrington son un testimonio de independencia, y una conexión inquebrantable entre lo místico y lo femenino.
A contracorriente de las normas y los estereotipos de su tiempo, Leonora Carrington se convirtió en una de las pintoras más destacadas del siglo XX.
Su mirada convirtió lo pequeño en eterno y lo inmenso en un refugio para el alma.
Con su ternura, autenticidad y su sentido del humor, Aris Teresa Bruzos se ganó el cariño de todo un país.