La creación de personajes femeninos, el examen de sus subjetividades, distinguen a Almudena Grandes como una de las autoras españolas más importantes.
La poesía de Yamila Tomasa Ferrá se instala en ese espacio de fértiles interacciones entre la historia, la experiencia y el discurso artístico.
La poesía de Mildre Hernández destaca por la limpieza del lenguaje y su capacidad para mostrar en imágenes la fragilidad y la reciedumbre de la vida.
“Ser mujer, en este país, como en muchísimos otros, es un desafío. Pero me encantan los desafíos, como me encanta ser mujer.”
Hay en la poesía de Gabriela Mistral una musicalidad y una actualización de los temas universales que solo en apariencias es apego a la tradición.
La obra de Marguerite Duras parte de su propia vida para explorar temas como el amor, el deseo, la búsqueda de sentido y la trasgresión de las normas.
Con sus relatos Carson McCullers invita a mirar, más allá de los estereotipos, esas duras realidades humanas que la costumbre y las normas ocultan.
En la obra de Amparo Dávila se advierte siempre esa sensación de peligro y opresión, de asfixia y locura, en que se hallan muchas mujeres.
La poesía de Amelia Biagioni es un camino irrepetible, privado e íntimo pero compartido, donde la mujer escapa de las normas que intentan apresarla.
“Soy el claro ejemplo de que persistir merece la pena”, dijo Paloma Sánchez-Garnica al recibir el Premio Planeta 2024.