La crisis económica, la precariedad de los servicios y la incertidumbre política han generado una tormenta demográfica perfecta que está vaciando el país.
Mientras el conglomerado militar GAESA oculta enormes sumas de dinero, los hospitales cubanos se encuentran en las peores condiciones.
Según Juana Sánchez, la trabajadora social le dijo que con 1.528 pesos cubanos al mes “se podía vivir”, pero ella asegura que eso es falso.
“En Cuba los salarios no alcanzan ni para cubrir lo básico, los precios suben cada día y el futuro es cada vez más incierto”.
Mientras, el régimen cubano se escuda en el embargo estadounidense para justificar la miseria que azota al país.
Mercedes Campos denuncia junto a su hija y sus nietos, la acumulación de aguas contaminadas frente a su vivienda en La Habana.
La falta de productos higiénicos, sumada al alto costo de las pocas opciones disponibles, obliga a muchas mujeres a adaptar ropas en desuso para pasar su ciclo menstrual.
“No tenemos libertad de expresión, nos supera el miedo, nos rinde el hambre, el hastío, la tristeza...”, afirma Sor Nadieska Almeida.
En lugar de reforzar la seguridad social, y hablar de la pobreza en Cuba, Feitó niega la existencia de mendigos en Cuba, buscando limpiar la imagen de la Revolución.
La Aporofobia describe el rechazo o desprecio hacia quienes se encuentran en situación de pobreza o desamparo.