La poesía de María Calcaño, valorada hoy entre las más logradas del feminismo literario venezolano, dio voz a un erotismo y un deseo de libertad indomables.
Con su poesía, Choi Young-mi hizo visibles los problemas más silenciados de la mujer en su país: el acoso sexual y el machismo arraigado que lo sostiene.
Condenada al ostracismo durante dieciocho años, la obra poética y el legado feminista de Doria Shafik fueron prácticamente borrados de la historia.
Ileana Álvarez deja constancia en estos versos, dolorosos pero limpios, de su viaje a través de la noche, un viaje personal que, sin embargo, ilumina el curso de muchas otras mujeres.
A pesar de lo poco que se salvó de su obra, Safo continúa siendo una de las figuras más influyentes e inspiradoras de la literatura universal.
Dulce María Loynaz sintetiza en sus versos su imagen de familia, surgida, por supuesto, de la propia experiencia.
“La poesía de María Luisa Milanés, rara y sorprendente por sus calidades, permite situarla en la vanguardia de la lírica de su época.”
Rosario Ferré integra con maestría los logros de la tradición literaria con una mirada crítica a los retos que enfrenta la mujer en la actualidad.
La poesía de Dorothy Parker deja ver esa rara mezcla de ligereza y profundidad con que se imponía como una mujer libre y segura de sí.
En estos poemas chinos escritos por mujeres, las poetas miran hacia el entorno que las rodea, tanto física como espiritualmente.