La escritura de Georgina Herrera, clara y directa, lleva en sí una fuerza poco habitual: aquella que le dan su origen y las tradiciones culturales de sus antepasados.
Humilde y genuina, pero plena de orgullo, la voz lírica de Georgina Herrera nos conduce por una travesía íntima y continúa solitaria, a la vez que intensa y enérgica.
Los barrotes de la cárcel de Leningrado se cubrían de lodo y nieve y fuego y nieve y sangre y nieve… Silencio y nieve.
“En los últimos tiempos el tema del amor parece cada vez más esquivo, como si los poetas le temieran o lo considerasen un acto de debilidad estética.”
“Algo épico hay, algo de tragedia y, aunque no sea tan obvio, mucho de esperanza en «Classic subversive», de Miladis Hernández Acosta.”
¿Es posible que al escribir su “Canción antigua al Che Guevara" Mirta Aguirre no haya leído el poema precedente de Enrique José Varona?
Tania Díaz Castro rompió con las normas de la literatura femenina de su tiempo para abrazar un discurso filoso y libre, desafiante, feminista.
Con su poesía, Gina Pellón pinta escenas recobradas del pasado, desnuda en ellas el engaño, y da fe de un espíritu que se resiste al silencio.
Carmen González Chacón mira al presente desde la experiencia de sus ancestros: la esclavitud, la discriminación, pero también la capacidad de sobreponerse a los golpes dan fuerza a su poesía.
La poesía de Nieves Xenes retó al orden moral decimonónico y opuso a sus preceptos un ansia libertad que iba más allá de lo emocional o lo erótico.