Entrevista ⎸ Lia Villares: “Las libertades se practican únicamente ejerciéndolas”

La escritora, músico, artista visual y activista Lia Villares reafirma que solo será feliz “cuando Cuba sea libre”.

| Vidas | 16/01/2024
La artista, activista y madre cubana Lia Villares.
Lia Villares. Foto Adrian Monzon

Tenía 18 años cuando firmó el Proyecto Varela, pero eso es lo de menos. Yo, que confío en la intuición y en las jugadas de las casualidades, sentí que debía preguntarle a esta mujer, que parece haber vivido muchas vidas, cómo ha sido vivirlas y qué siente al respecto. Ella, que no por gusto activó mi curiosidad, me ha respondido desde una belleza que solo emerge cuando el compromiso con una misma trasciende todo dolor.

Lia Villares es una artista cuya proyección política ha marcado una vida en la que también escribe, realiza audiovisuales, es músico, madre y fue bajista de Porno para Ricardo. Antes de que decidiera exiliarse definitivamente, la casa del Vedado donde vivía era la galería El Círculo, por donde pasaron artistas que el sistema cultural oficial cubano no tenía como tales, y donde sufrió uno de los horrores de su vida.

Como mujer, madre, activista y artista, ¿cómo se presentara Lia Villares? ¿Qué acciones de tu vida no podrías dejar de mencionar como las más relevantes y de las que estás más orgullosa?

Me presento siempre como lia v, human, escritora, músico y artista visual. 

Creo que tales acciones no han llegado aún, jeje, pero bueno, podría mencionar el haber coincidido en la Isla con una generación rebelde que estaba dispuesta a empujar con fuerza los muros del control totalitario y a enfrentar las consecuencias. Diciéndolo así no sé bien si sentirme orgullosa, pero sí, por qué no, fuimos unos temerarios contra un régimen tiránico y elegimos la verdad como escudo contra la desidia, elegimos el activismo como línea de vida para producir cambios sociales. 

Si no logramos mucho al menos lo intentamos, al menos alguien oyó hablar de nosotros y alguien sintió que no estaba solo y otra persona más se dio cuenta de que estaba en el bando equivocado. Para mí eso es bastante. 

Sí me siento orgullosa de mi participación en campañas que sirvieron para gritar alto la realidad de Cuba a nivel mundial. No me siento así viendo el poco impacto que tienen los disidentes cubanos en el terreno. 

Cuando hizo falta, levanté mi voz para protestar y luchar contra las injusticias que son las mismas que se han cometido bajo la dictadura castrista desde sus inicios y me uní a cuanto grupo estuviera accionando en la misma causa libertaria con el mayor ánimo de moverles el piso a los opresores y dejarlos en evidencia ante el mundo libre. 

Lía Villares vestida de alfabetizadora.
Lia como La Libertad, obra de teatro de Lynn Cruz Patriotismo 3677 (2017). Foto Luis Trápaga

La represión está instaurada allí como sistema, y las prácticas de hoy no difieren mucho de las de ayer. A cada cual le toca un contexto más o menos distinto, pero al final, es el mismo sistema que han descrito escritores como Reinaldo Arenas: una mafia de ladrones y secuestradores que necesitan un pueblo sumiso enterrado en la mierda para mantenerse en el poder. 

Generación tras generación, siempre surgen y surgirán grupos e individuos que denuncien y hagan resistencia y se conviertan en presos políticos y así, es un ciclo que parece continuar y ya vamos por 6 décadas y media. 

Me siento orgullosa de haber dicho siempre que sí cuando se trató de apoyar y colaborar con cualquier iniciativa que en su momento nació pura. 

Como mujer activista en Cuba, has enfrentado situaciones de violencia policial y represión. ¿Qué incidente impactó más en ti?

El incidente que marcó un antes y un después indiscutiblemente fue el allanamiento o registro sorpresa que hicieron en la que era mi vivienda y casa-galería El Círculo en el Vedado en febrero de 2018.

Cuando entra un pelotón de esbirros a tu casa, te levanta de la cama, te amenaza con meterte presa en ese instante y a continuación revuelve cada rincón de la misma manera que lo haría un ladrón sin escrúpulos pero contigo de testigo y después te mete en un calabozo por 3 días sin que nadie tenga noticias, es ahí cuando realmente caes en cuenta del peligro que corre cualquier activista o disidente en la Isla. Pero nadie puede vivir eso por ti. Aunque lo hayas leído y sabido en casos como el de Padilla o Arenas, nadie puede hacerte el cuento. Esta experiencia debe vivirse en carne propia, en orden de comprender el fenómeno totalitario.

Luego de eso, más allá de los equipos y archivos digitales perdidos para siempre, y estamos hablando de absolutamente todos mis archivos que incluyen fotos y memorias de toda mi vida, más allá de las pérdidas materiales que incluyen cosas también muy personales, está la reconciliación contigo misma con ese espacio violado. 

Imagino que la agente Kenia María Morales Larrea, a cargo de la operación, sabía que una acción así contra mí no tenía marcha atrás, sobre todo en la parte emocional. Considero ese momento como mi expulsión del país, aunque luego me retuvieran aún unos meses más hasta cumplirse un año de restricción migratoria y hasta casi dejar vencer mi visa norteamericana de cinco años de cuando el primer descongelamiento. Te acorralan, te inmovilizan, te apresan, como si fueras un animal y te dejan sin salida aparente. Es así como los secuestradores te expulsan de tu tierra natal sin posibilidad de retorno. 

¿Cómo ha influido la represión del régimen cubano en tu carrera artística y en tu capacidad para expresarte libremente?

Ha sido esclarecedor en muchos sentidos. Lo he tomado como experiencia y enseñanza que me han servido para entender los mecanismos sicológicos que llevan a una persona a abusar de otra y a convertir a un Estado en el principal abusador. La libertad de expresión es una práctica que no puede ponerse en tela de juicio. Hay escritores que tienen miedo de escribir contra el gobierno en cualquier forma, se autocensuran con tal de eliminar atisbos de inconformidad que le puedan traer problemas luego, es poco lo que se escribe sobre la censura y la represión, hay pintores que prefieren abstraerse y así.

Uno es libre cuando rompe esas posturas y se enfrenta a su propia autocensura. Las libertades se practican únicamente ejerciéndolas. No puedo concebir nada creativo que esté sujeto a prejuicios. Viendo los tiempos que corren y el asunto del contenido ofensivo empezando por las redes y terminado en las galerías, creo que la libertad de expresión corre peligro en todas partes. Para mí, contenido ofensivo es la propaganda política castrista. Es el lavado de cerebro que ejecutan los dictadores valiéndose de ideologías obsoletas. 

En tu trayectoria, también has tenido vínculos con el periodismo independiente. ¿Cuáles crees que son los desafíos específicos que enfrentan las mujeres periodistas en entornos represivos?

Creo que las mujeres sin importar la edad han tenido representación en el campo periodístico independiente cubano, empezando con Yoani Sánchez hasta Camila Acosta

Hay otros aspectos a tener en cuenta cuando hablamos de la mujer periodista en contexto totalitario pero que al final son prácticas igual extensivas a cualquier parte del planeta. 

El primero sería la doble discriminación que enfrentan por ser mujeres y por ser periodistas. Y triple cuando se trata de una mujer negra. Esto puede manifestarse en forma de acoso sexual. Las mujeres también pudieran tener a mano menos oportunidades de mejorar la posición laboral y también se enfrentan a la conocida desigualdad salarial.

Mi mamá fue periodista durante 30 años en la Revista Bohemia. No supe que tuviera estos problemas específicos pero siempre su jefe fue un hombre y eso evidencia el machismo institucional del centro. 

Y siempre hubo peleas para defenderse de la censura en el área de la cultura y crítica de cine que fueron sus únicos campos. Terminó jubilándose y desvinculándose de ese mundo cuando la obligaron a escribir de los 5 espías a cambio de una conexión telefónica a Internet ultra mega lenta

Lía Villares con Azucena Plascencia, su madre. Foto cortesía de la entrevistada
Lia Villares con Azucena Plascencia, su madre. Avenida del Puerto. La Habana, 2017. Foto: Luis Trápaga

Apunto a este segundo riesgo de una mujer periodista precisamente por ella, porque desde niña, viéndola chocar con estos temas de censura , conozco bien las presiones de las editoriales oficialistas para que alguien se doblegue a la autocensura, especialmente una mujer sola con 2 niñas y sobre todo en temas considerados sensibles o tabúes en una sociedad sometida al control como la nuestra.

La seguridad personal es un tercer punto a tener en cuenta por las mujeres periodistas independientes en Cuba, porque ellas pueden ser más vulnerables a las amenazas, intimidaciones y violencia, tanto física como psicológica por parte de los agentes encubiertos de la Seguridad del Estado.

Lo cuarto a tomar en cuenta sería el balance obligatorio de la vida cotidiana con el trabajo de 9 a 5. En la sociedad cubana (y cubanoamericana), son las mujeres las que aún llevan la carga principal del trabajo doméstico y el cuidado de los hijos, lo que pone serias limitaciones a su capacidad para dedicar tiempo a su carrera a la vez que a la familia.

¿Cómo percibes la importancia de incluir voces femeninas en la narrativa periodística cubana?

El periodismo cubano necesita una diversidad de perspectivas y las mujeres sin dudas aportan perspectivas únicas y enriquecen cada historia con diferentes enfoques y sensibilidades, lo que es crucial para una cobertura equilibrada y completa. Esta inclusión ayuda a asegurar que las experiencias y problemas de las mujeres sean representados adecuadamente en los medios.

Otra cosa importante es la lucha contra los estereotipos de toda la vida. La presencia de mujeres siempre puede promover una imagen equitativa y realista de este grupo en la sociedad. Además de que pueden ser modelos a seguir para las jóvenes y animarlas a convertirse en periodistas y trabajar en otras áreas donde históricamente han sido sub-representadas.

Has participado en diversas iniciativas de denuncia política, como “Por Otra Cuba”,  “Todos Marchamos” y “Cuba Decide”. ¿Cuál ha sido la más importante para ti?

Todas las mencionadas han representado un punto importante en su momento y han tenido impacto en muchas personas, aunque no el impacto que se querría o requeriría un cambio integral en todos los aspectos de la sociedad y política cubanas. Ninguna de estas campañas ha sabido involucrar a la gente sin ponerlas en riesgo y sin pedirles el sacrificio mayor que es la libertad personal. Por esto es que tampoco son capaces de hacer nada por los presos políticos y puedo sonar dura pero no veo que ningún preso político le vaya a agradecer nada a ninguna de ellas. 

¿Cómo visualizas el papel de la denuncia política en el futuro de Cuba y en la lucha por los derechos humanos?

Creo que nos hemos estancado precisamente en la denuncia y la queja y hemos descuidado o hemos ignorado que la gente necesita evolucionar y avanzar en la vida para alcanzar una visión integral de cómo sería una existencia con libertades. Por supuesto, una cosa va de la otra, pero hay que invertir un poco el esquema: para dar hay que tener. No como aquel slogan de los televisores Panda de una frase atribuida a Martí: “Sin cultura no hay libertad posible”. Más bien hay que pensar en que sin libertad no puede haber más nada. 

Lia Villares frente a un cartel que pone Libertad para Cuba
Lia al lado de un cartel de «Libertad para Cuba» impreso en un carro. Miami, 2018. Foto de Adrian Monzon

De alguna forma, todas las iniciativas de este corte exigen al activista en el terreno ser carne de cañón, tal como Castro adoctrinó a su pueblo en dar el sacrificio mayor que era la vida para defender la patria contra la invasión imaginaria de un enemigo imaginario. Y es por eso que Patria y Vida resonó con todos, porque ofrecía la inversión de la ecuación. A mí no me interesa denunciar que hay más de mil presos políticos, a mí me interesaría más que no hubiera ninguno. Que lo más importante fuera luchar por cada caso hasta conseguir sacarlos de la muerte en vida que significa una prisión de conciencia allí. Pero pareciera que esta moneda de cange sirve a las partes y a las contrapartes para comprar tiempo y dinero. 

Entonces, lamentablemente, creo que las organizaciones vienen replicando el esquema totalitario. La lucha por la libertad en Cuba involucra la recaudación de fondos a través de estas ONGs. Desde hace un tiempo se viene criticando la distorsión de esta lucha debido a altos salarios y gastos administrativos elevados en ONGs establecidas en el extranjero, como Miami, Madrid o México, lo que hace que el dinero no llegue a los focos principales de activismo en Cuba. Entonces, mi principal preocupación es cómo evitar esta corrupción y dilución de los objetivos que se apartan claramente de las misiones principales de estas organizaciones. 

Por supuesto, la denuncia política como motor de cambio es fundamental para impulsar y promover una sociedad democrática. Exponer las violaciones de derechos es necesario para generar conciencia y presión tanto nacional como internacional. La denuncia política fomenta el empoderamiento de la sociedad civil, alentando a los ciudadanos a participar activamente en la lucha por sus derechos y libertades. 

Pero, ¿cómo y qué hacer concretamente por los presos políticos y sus familias, tanto dentro como fuera? ¿Qué apoyo efectivo pueden brindarles las organizaciones y comunidades internacionales? Y más relacionado con mi propio caso, ¿qué se puede hacer para asistir a los activistas que se han visto obligados al exilio?, ¿cómo ayudarlos en esa transición y continuación o no de su labor desde el extranjero, si decidieran seguir dedicándose al activismo, sin ser explotados por el camino? Estas y otras muchas interrogantes no parecen tener una respuesta feliz por el momento.  

El alma de la nación ha sido extirpada y hace falta reinsertarla en su sitio que es el corazón de cada cubano dondequiera que se encuentre. Somos un solo latido y solo en ese sentimiento es que podremos rescatar a nuestra nación y nuestras familias del yugo castrista. 

Recientemente, fuiste seleccionada para formar parte del programa de becas para académicos cubanos en riesgo junto a la poeta Katherine Bisquet, la historiadora de arte Omara Ruiz Urquiola y la antropóloga Marialina García Ramos, pero ya vivías en Estados Unidos, ¿Cómo recibiste esta oportunidad?

En enero de este año la FIU abrió un programa de becas para académicos cubanos que enfrentaban serias amenazas a su vida en la isla, en un creciente clima de represión. La convocatoria se lanzó por el Cuban Research Institute (CRI) y proporcionó un tiempo de refugio temporal (un semestre de 4 meses) a investigadores de humanidades y artistas de la isla. A mí esta beca me vino como anillo al dedo, jajaja. Sí, así la sentí, en serio. Es lo mejor que me ha pasado desde que salí de Cuba. Es una excelente oportunidad para reconectar con el campo de trabajo que había perseguido allá, con mi serie documental interrumpida y ocupada por la Seguridad del Estado en 2018, arte libre vs censura totalitaria

Precisamente por vivir acá ya es que pude incorporarme a tiempo y finalizarla antes que DeSantis pasara su ley SB 846 contra la influencia extranjera en instituciones educativas y la FIU cancelara la contratación de académicos cubanos y de otros 5 países de interés que son Venezuela, Rusia, Siria, Irán y Corea del Norte. Esta ley busca poner freno a la infiltración de estos países violadores de derechos humanos y hostiles a USA en la academia norteamericana, pero a la vez afecta a cientos de investigadores que ya están exiliados y en muchos casos, a disidentes que han tenido que huir de sus países o han sido expulsados como nuestro caso. 

Las cuatro candidatas que obtuvimos esta beca por haber sido perseguidas en Cuba, nos encontramos exiliadas, Omara y yo acá en Estados Unidos, Marialina en México y Kathy en España. Ellas ya se han visto afectadas por trabas migratorias pero ahora se verán doblemente afectadas dada la imposibilidad de emitirles un contrato de trabajo desde la FIU y poder así recibir los beneficios de la beca, al menos en corto plazo o mientras dure la medida. Las someterán a un lento proceso de escrutinio de cada caso individual y en el mejor de los casos se les otorgará una exención para que eventualmente puedan incorporarse a la institución.

Más de 300 profesores de la Universidad de Florida firmaron una petición afirmando que la pausa “podría influir negativamente en el desarrollo, la reputación y el liderazgo de la UF a largo plazo”.

Lía Villares en Miami
Selfie de Lia Villares en Miami, recién llegada en 2018

¿Qué impacto crees que puede tener en la vida de los académicos y artistas cubanos que enfrentan amenazas en su país?

En el transcurso de la beca he podido retomar esta serie y continuar mi trabajo, tranquila y pausadamente. Con el apoyo de mi pareja Adrián Monzón, hemos filmado múltiples entrevistas a artistas y activistas y pienso condensar la serie en un documental, en varios capítulos y un podcast, Libertad para Cuba, que también cuenta con el patrocinio del proyecto Cultura Democrática, de Mica Hierro.

En mis 5 años de residencia en Miami, no había tenido una tan buena oportunidad de trabajo. Fue posible para mí renunciar a mi trabajo anterior, del que no tenía la más mínima posibilidad de mejoría en salario (de 12 a 14 la hora) y me ocupaba todo mi tiempo de 9 a 5, además de la toxicidad emocional que siempre implica trabajar con víctimas de violaciones de derechos humanos, a distancia, sin poder proporcionar tampoco una ayuda concreta, más bien simbólica, en todos los casos.   

Yo siento como que una ventana se abrió y con la misma se cerró. Ahora me encuentro de nuevo desempleada pero con energías renovadas. 

¿Crees que el hecho de que se les haya concedido a cuatro mujeres apunta hacia un cambio en las políticas institucionales?

Mi esposo Adrián también presentó una propuesta que fue rechazada y en nuestras primeras visitas al Instituto indagamos si había ocurrido algo por el estilo y ellos juraron que no, que ni en el CRI o en la universidad nunca se persiguió ese objetivo ni se favoreció a ningún candidato por su género, simplemente premiaron las que creyeron y evaluaron ser las mejores propuestas. 

En un entorno político y social como el de Cuba, ¿cuáles han sido algunos de los mayores retos que has enfrentado como mujer en general, y cómo lograste superarlos?

En Cuba hay machismo y desigualdad de género. Las mujeres no pueden aspirar a posiciones de poder y persisten los roles de género tradicionales. 

La mujer en Cuba se ve obligada a ser muchas veces cabeza de familia, y aunque no fue mi caso porque nunca quise tener hijos allí, que es un problema mayor, sé de muchas mujeres jóvenes que han tenido a sus hijos sin apoyo de ningún tipo. La carga familiar y doméstica no le permite a ninguna mujer desarrollarse profesionalmente ni aspirar a un crecimiento personal. 

Por otra parte, el abuso doméstico y la violencia intrafamiliar se ha normalizado, como reflejo de la normalización de la violencia en todo el país. 

Ahora existen organizaciones independientes como Yo Sí Te Creo pero creo que en mi tiempo no había nada similar o al menos no tenían divulgación. La creación y participación en redes de apoyo con otras mujeres es un poder a nuestro alcance, es la posibilidad de un acompañamiento. Un intercambio valioso de ideas, recursos y estrategias para superar obstáculos comunes de manera efectiva. 

Las mujeres están en constante estado de indefensión y le temen a la fuerza policial, por el trato machista y sexista que es tradición allí y es una muestra más del subdesarrollo y la falta de educación moral y cívica que viene arrastrando ese país por más de seis décadas. 

Estos grupos de apoyo necesitan continuar educándose y capacitándose, tanto en temas de género como en diversas áreas profesionales, para brindar una mejor equipación a la hora de apoyar a las mujeres en situación de vulnerabilidad.

Bajo una piscina.
Pérez Art Museum, Miami, 2023. Foto Adrian Monzon

Involucrarse en el activismo y la defensa de los derechos de las mujeres no solo contribuye a la causa general, sino que también te fortalece personalmente en la lucha por la igualdad. Hay que permanecer en proceso de adaptación para caminar por terrenos hostiles como el cubano. 

Compartir las experiencias personales en estos grupos puede inspirar y empoderar a otras mujeres en situaciones difíciles.

¿Cómo es la vida de Lia Villares como mujer cubana artista, activista, emigrada y madre? ¿Cómo logras equilibrar las demandas del activismo con tu rol de madre, y cómo ha influido la maternidad en tu enfoque y motivación en la lucha por los derechos humanos?

La maternidad llegó y sí, ayuda a ver las cosas de diferentes maneras y ayuda mucho a proyectar tu vida al futuro, sobre todo cuando tus hijas dependen de esa proyección y de lo que definas para ti y para ellas. Cuando tienes a tu cargo 2 niñas todo tiene mucho más peso. La responsabilidad es doblemente grande. Y el tiempo se reduce. Si te dejas consumir por un trabajo de 9 a 5 no podrás dedicarles tiempo de calidad a tus hijos entre semana.  

Los derechos humanos y su defensa es una práctica que debería empezar por cada casa y por cada familia, de haber sido así, al menos nosotros habríamos sido educados en un entorno parecido al que se vive en democracia, donde el respeto hacia la otra persona es crucial para establecer cualquier tipo de relación, afectiva o profesional, la de pareja, la de madre, la de hija, la de empleada, la de líder, etc, donde todos los individuos crecen en torno a ese respeto y se cultiva el amor por ese crecimiento. 

En entrevista de Micaela Hierro Dori, Especialista en fortalecimiento de la sociedad civil, liderazgo e innovación democrática, ante su pregunta respecto a todo tu activismo respondiste “¡Tu entrevista me va a hacer parecer tan vieja!”, ¿Cómo una mujer tan joven ha vivido tantas vidas en el activismo con tantos proyectos distintos y cómo ha sido la fractura y el nivel de adrenalina de haberlos vivido en persecución y de poder vivirlos ahora en libertad? 

Gracias por lo de joven pero este año cumplo los 40. He tenido muchas decepciones y frustraciones. La entrega al activismo no recibe buenos frutos, ni siquiera a veces una mano de plátanos (jajaja!). El activismo tampoco está esperando premios aunque a veces sí el reconocimiento y aprecio de las personas que una ha defendido, estoy pensando en grupos como las Damas de Blanco y personas individuales que sienten aprecio genuino y el sentimiento es mutuo. La persecución en la mente del perseguido no se detiene. Existe el estrés post traumático, que es algo que todos los activistas que han pasado por situaciones extremas deberían vigilarse y atenderse. La salud mental es algo por lo que preocuparse. 

El mundo “libre” tiene otros terrores. En Cuba nadie nos enseñó a lidiar con el capitalismo, a construir crédito, a crear una empresa sostenible. Somos vírgenes y ciegos salidos de una pecera y caídos en el océano. De este otro lado puedes quedar atrapado en una máquina de supervivencia que me imagino aterra a todos los que han vivido bajo el paternalismo cubano, allí donde “Dios aprieta pero no ahoga” y solo basta con mantenerse siendo pollitos con los piquitos abiertos y vivir del cuento. Aquí la historia es más de “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Tienes que estar en constante movimiento, literalmente, en constante reinvención de tu propia persona con vistas siempre a la evolución. No conozco a nadie que esté en el mismo lugar desde que llegó. Siempre se avanza. 

Aquí también hay que definir a qué grado de libertad vas a aspirar. Puedes terminar siendo un esclavo del trabajo, trabajando para otros, muchos años de tu vida, o puedes emprender un negocio propio. En ese sentido, el límite es el cielo, o casi, pero existen las limitaciones iniciales de los que emprenden con muchos deseos pero muy poco o cero presupuesto. También está el peligro de acabar endeudado. Y bueno también están los grandes retos de cómo vas a pagar la universidad de tus hijas o cómo vas a asumir un gasto médico elevado sin finanzas. 

Cómo se combina esto con el activismo. Pues está por verse. Hasta el momento no he podido dar con la receta. Lo ideal sería que la suma de talentos alrededor ideara una comunidad de emprendedores y propiciara trabajo para todos, donde cada cual se pudiera enfocar en construir un modelo de negocio pensando en una Cuba futura próspera y saludable en todos los sentidos, una nación rehabilitada. Por el momento, le hemos añadido una palabra a nuestro clásico grito de Libertad, financiera. 

¿Cuál es tu canción preferida de Porno para Ricardo? ¿Cuál el fragmento que te gusta más?

Basada en un cuento de J. D. Salinger de su antología Nueve cuentos, Sospecho es una canción de Gorki Águila del disco Rock Para las Masas (cárnicas) del 2002. El estribillo repite una frase del personaje Seymour Glass, donde se autodenomina como paranoico invertido. Mucho antes de que se acuñara el término, Salinger se refirió al concepto que más tarde se llamaría pronoia en su novela de 1955, Raise High the Roof Beam, Carpenters, donde Seymour Glass escribe en su diario: “Oh, Dios, si soy algo por un nombre clínico, soy una especie de paranoico al revés. Sospecho que la gente conspira para hacerme feliz”.

Detrás de unas gafas infantiles con forma de dinosaurios.
Selfie de Lia Villares, Miami, 2023

¿Es Lia Villares una mujer feliz?

Creo que te voy a responder con la canción de Bola de Nieve: No puedo ser feliz. No se puede ser feliz habiendo salido de un país donde la gente sufre tanto y con amigos como Luisma presos. Estando así atada emocionalmente a la gente de allá es muy difícil alcanzar un estado pleno de felicidad. Creo que yo y muchas otras personas solo seremos felices cuando Cuba sea libre, cuando no haya presos de conciencia y entonces, cuando pueda regresar a mostrarles mi tierra natal a mis hijas.

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