Los 4 de Guayaquil: familias claman justicia por niños asesinados tras detención militar

En Ecuador se han reportado numerosos casos de abuso policial y militar, y los 4 de Guayaquil no son los únicos.

Ecuador está sumido en el dolor y la indignación tras el hallazgo de los cuerpos de cuatro niños afroecuatorianos, conocidos como “Los 4 de Guayaquil”, quienes desaparecieron el pasado 8 de diciembre tras ser detenidos por una patrulla militar en la zona de Las Malvinas. Sus restos, quemados y mutilados, se encontraron cerca de un cantón militar en Taura el 24 de diciembre.

Las víctimas son Ismael y Josué Arroyo, dos hermanos de 15 y 14 años conocidos por su pasión por el fútbol, y Steven Medina y Nehemías Arboleda, de 11 y 15 años, quienes compartían el sueño de un futuro prometedor en el deporte y la música.

Las familias han señalado la discriminación racial y socioeconómica como uno de los factores detrás de esta atrocidad. “Eran estudiantes, no delincuentes”, subrayaron, rechazando la versión del ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, quien atribuía la desaparición a “grupos delincuenciales” y aseguraba que cuestionar a las Fuerzas Armadas era “hacerle el juego al crimen organizado”. En sintonía con esa actitud, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa dijo: “No podemos caer en las provocaciones de la oposición que quiere llevarlo como si fuese un crimen de Estado”.

Días después, sin embargo, el propio ministro de Defensa cambió su declaración para reconocer que una patrulla militar había detenido a los 4 de Guayaquil porque “estaban presuntamente robándole a una mujer”. Pero esa nueva versión de los hechos hizo que miles de ecuatorianos salieran a las calles para exigir la liberación de los niños.

Desaparición forzada, tortura y asesinato

El hallazgo de los cuerpos quemados y con visibles huellas de torturas, y su posterior identificación por parte de la Fiscalía General de Ecuador, desataron una ola de indignación nacional e internacional. Los dieciséis militares involucrados se encuentran en prisión preventiva, según informó la Fiscalía, y serán procesados por “presunta desaparición forzada”. Mientras, la Asamblea Nacional decretó tres días de luto por el secuestro y asesinato de los menores, y el poder legislativo exhortó a las autoridades a “ejercer todo el peso de la ley en este caso”.

“Estamos destruidos, no entiendo por qué hicieron algo tan cruel”, expresó Rony Medina, padre de Steven, quien enfrentó la devastadora tarea de reconocer su cuerpo.

El pasado domingo 5 de enero se celebró en Guayaquil el entierro de los niños, después de que Fiscalía entregara sus restos a los familiares en ataúdes sellados.

Abuso policial y militar sistemático

Desde inicios de 2024, luego de que el presidente Noboa declarara un “conflicto armado interno” contra el crimen organizado, Ecuador se encuentra en estado de excepción y los militares custodian las calles con amplias facultades para realizar operativos de seguridad. En esas circunstancias, se han reportado numerosos casos de abuso policial y militar, y los 4 de Guayaquil no son los únicos.

“Han habido desapariciones sistemáticas a lo largo de este año con la militarización de la seguridad ciudadana”, aseguró a fines de diciembre Fernando Bastías, abogado del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.

La tragedia de estos niños pone en evidencia las fallas estructurales y los prejuicios sistémicos en la sociedad ecuatoriana, y sus nombres ahora son un llamado urgente a la justicia y la igualdad.