Virginia Ramírez o la impaciencia creadora

"Perpetuas desahuciadas", de Virginia Ramírez es un libro imprescindible para el estudio de la mujer como sujeto creador en el arte cubano.

| Escrituras | 28/04/2025
Virginia Ramírez Abreu, investigadora cubana.
Virginia Ramírez Abreu, investigadora cubana.

Virginia Ramírez Abreu radica en Vigo, Galicia, desde hace más de una treintena de años. A pesar del tiempo transcurrido, no ha perdido ni el acento ni las maneras propias de una cubanía profunda. Un amor permanente por la tierra y la historia aprendida con su padre tabaquero y amigo de Eduardo Chibás la acompañan. Son estas dos últimas cosas las que la han enorgullecido, con honda razón, hasta hoy.

Graduada de Historia del Arte en la Universidad de La Habana, también ostenta el título de Doctora en Historia, Historia del Arte y de la Música, especialista en arte contemporáneo por la Universidad de Santiago de Compostela. No ejerció su carrera en la isla. Su vida profesional, pues, comenzó en España, en la Galicia de sus ancestros. Esa es la razón por la cual ha podido desplegar una amplia gama de estudios, actividades y profesiones alrededor del arte y la cultura. Creo que si algo la caracteriza es esa necesidad de movimiento creador, de polemizar siempre desde el respeto y la ética, a partir del principio vital de no quedarse varada en ningún lugar, además de poner una enorme pasión en todo lo que hace.

Virginia Ramírez Abreu ha logrado insertarse en la cultura gallega, pero sin dejar atrás su Caribe insular. Fue ella quien llevó por vez primera una muestra de pintura cubana hecha por mujeres a Galicia. Ramírez Abreu con ironía denominó a esta exposición “Un pez fuera del agua”. Acaso puede negarse que los problemas de género representados por aquellas artistas cubanas no se relacionaban con los de las mujeres gallegas?

Basta recordar que Gertrudis Gómez de Avellaneda describió, en sus Cuadernos de viajes, cómo las mujeres de su familia de Galicia no le perdonaban que leyera en lugar de hacer las labores de la casa. Al igual de lo que acontecía en Cuba. Por tanto, lo de un pez fuera del agua era no sólo ironía, sino también un guiño al mundo femenino de esta región, que fue uno de los focos migratorios hacia Cuba y América más fuertes de la Península a lo largo de los siglos XIX y XX. Esta exposición tuvo una amplia acogida por la prensa y el público.

A lo largo de los años ha mantenido Ramírez Abreu su presencia en las diferentes publicaciones periódicas de Galicia y de otras partes de España. Sus temas recurrentes son el arte y la cultura cubana conjuntamente con sus incursiones en el mundo de patrimonio cultural, las artes plásticas, la literatura y las artes visuales de Galicia. Proyectos curatoriales, conferencias, programas radiales, trabajos educativos comunitarios son solo un botón de muestra de lo mucho que ha hecho en el difícil terreno de la crítica, la antropología cultura y la literatura. Su espectro ensayístico ha estado presente también en diferentes revistas y editoriales. Textos suyos han aparecido en IN-CUBADORA, Hypermedia, Libélula vaga, revista Nagari, Letralia y la editorial Verbum.

Perpetuas desahuciadas, de Virginia Ramírez

Clara Morera: "La Mujer Sol y el Malvado" (2024).
Clara Morera: "La Mujer Sol y el Malvado" (2024).

Los cubanos, esparcidos por el mundo, han construido no solo una cultura para sí, sino también en sí. Por eso, no es de extrañar que Ramírez Abreu haya sido fundadora y directora de la Escuela Superior de Artes Cinematográficos de Galicia, donde trabajó entre 2004 y 2011. Allí se puso en contacto con el difícil y controvertido mundo del audiovisual. En esa institución, a la que recuerda como una hermosa añoranza, al punto de confesar de que fue un aprendizaje extraordinario, impartió en calidad de Profesora Titular las asignaturas de Antropología de la Cultura e Historia del Arte.

Creadora audiovisual ella misma, al igual que guionista y productora, tiene a su haber un amplio número de creaciones, muchas de ellas merecedoras de premios. Todo este trabajo hizo que se la nombrara miembro de la Academia Gallega de Cine. ¿La única cubana? La imposibilidad de mantenerse quieta cuando de arte y cultura se trata, la llevó a crear el espacio virtual “La Polaka” durante el confinamiento obligado por la epidemia del COVID-19. Desde lo que ella llamó su “podio universitario” impartió conferencias sobre arte a las personas que lo solicitaron. Creó una Galería Virtual y el primer Vernisache en tiempo real, pero por supuesto virtual.

Posee la ensayista una peculiar agudeza para estudiar y trabajar las cuestiones de género en las artes plásticas. Su libro Perpetuas desahuciadas, publicado por la Editorial Verbum de Madrid en 2020, es un ejemplo de esta afirmación. El texto es resultado de años de trabajo investigativo, porque la autora sabe que:

Se hace cada vez más necesario que estudiosos, críticos y especialistas reescriban, desde lo particular de esta realidad, la Historia del Arte, haciendo énfasis en las principales protagonistas, en su cultura, en los orígenes y presupuesto de su arte y en la inserción de todo esto dentro del arte internacional, que ha liderado desde hace mucho Occidente.1

Es importante esta afirmación porque, si se hace un examen del tema, el resultado es que no existe en la isla, hasta hoy, un balance historiográfico del arte cubano. Mucho menos una historia de la pintura hecha por mujeres. Por tanto, este último aspecto es el riesgo que prefirió correr Virginia Ramírez en sus indagaciones.

Más allá de cualquier frontera cultural

Sandra Ceballos: "Mil razones para no creer" (2005).
Sandra Ceballos: "Mil razones para no creer" (2005).

Perpetuas desahuciadas es un libro poliédrico. Si bien el eje del texto está centrado en la obra de aquellas mujeres poco o nada reconocidas por el discurso de la crítica de arte, en modo alguno se excluye el análisis de otros aspectos que condicionan este hecho. La necesaria mirada al pasado la lleva por derroteros que van hasta la Academia de San Alejandro y cómo las mujeres acabaron por tener un lugar en esa institución hasta hoy. Además, el estudio de otros factores como las publicaciones periódicas ―entre ellas, las revistas Social, Avance, Orígenes y Lyceum― constituye un valor que se agrega a la investigación. El acercamiento a los mecenazgos presentes en las artes de la isla a partir de las figuras de María Luisa Gómez Mena y José Gómez Sicre son presentados por Abreu Ramírez como una urgencia para poder entender las redes sociales y las relaciones artísticas.

Y, algo singular, la presentación en los anexos de parte de la correspondencia de esa gran etnóloga que fue Lydia Cabrera, no solo con Amelia Peláez, sino también con otras importantes figuras de la intelectualidad y las artes cubanas, le otorgan a la investigación la posibilidad de ir más allá de cualquier frontera cultural.

La importancia que tuvieron para la plástica insular las exposiciones realizadas entre 1940 y 1941: 300 años de arte en Cuba, Arte en Cuba y Arte cubano contemporáneo son analizadas como hitos importantes para el mundo del arte cubano de aquella década tan controvertida en la historia política de la isla. La creación de las primeras instituciones republicanas como la Dirección de Cultura, adscrita a la Secretaria de Educación, en el año 1934; el Estudio Libre de Pintores y Escultores, dirigido por Eduardo Abela en 1938 son, entre otros, temas necesariamente abordados por la autora.

El devenir histórico de las artes plásticas es presentado como plataforma donde se insertan y desarrollan sus respectivas obras las mujeres. Pero no se trata de “un pase de lista”, sino que dentro de ese discurso, que abarca hasta los inicios de los noventa del siglo XX, Ramírez Abreu capta y presenta la diversidad de temáticas, géneros, estilos y poéticas de las mujeres artistas. Hay, pues, un discurso femenino dentro de la plástica insular, reconocido o no, aunque no un lenguaje que las distinga como femenino. Eso es cabal, porque si hubiese ese lenguaje en cualquier acto de creación, este quedaría definitivamente vacío. La artista Sandra Ceballos se ha referido a esto en entrevista concedida a la autora del libro:

La pintura no es femenina ni masculina, no tiene sexo. La pintura hecha por mujeres me parece hasta el día de hoy muy sólida, muy fuerte. Hay pintoras impresionantes realmente. Lo que siempre han sido un poco víctimas del machismo. Y la pintura de una mujer siempre se va a comparar con la de otra mujer. Pero nunca la van a comparar con la pintura de un hombre […]. Yo recuerdo una exposición que yo hice en 12 y 23 en que yo invité a Raúl Martínez. Él me dijo que mi pintura parecía hecha por un hombre, no por una mujer. Eso es muy gracioso, porque siempre creen que la pintura femenina debe ser otro tipo de pintura. Para ellos debe ser más suave, más amanerada, más “bonita”.2

Un discurso múltiple construido por mujeres

Ana Mendieta: "Ánima, silueta de cohetes" (1976).
Ana Mendieta: "Ánima, silueta de cohetes" (1976).

Así, la presentación de un cúmulo de mujeres que se han desenvuelto en el terreno de las artes plásticas, hayan o no tenido mayor o menor visibilidad en los diferentes espacios o circuitos expositivos (como se suele decir hoy), no las excluye de ser ignoradas por la crítica en un momento determinado.

Ha sido el caso, por ejemplo, de Loló Soldevilla, por cierto, fundadora de la Sección cubana de la Federación Internacional de Mujeres en 1947, o Amelia Peláez, a quien después de su muerte se ha sometido a un casi total olvido. No son las únicas: Ramírez Abreu se encarga de mostrar cómo situaciones similares han marcado la presencia de las mujeres en las artes plásticas de la isla. Por lo que esos espacios de exclusión no han sido estáticos, sino que han dependido en mucho de la manquedad y la ceguera crítica o, simplemente, de las sempiternas censuras políticas.

Otro valor de este estudio reside en el hecho de no establecer límites geográficos ni políticos a las artes plásticas realizadas por mujeres. Tan cubana es Ana Mendieta desde Manhattan con sus performances, como Clara Morera iluminando la isla desde Estados Unidos al representar su peculiar mundo de orishas y dioses transculturados. ¿Habrá en Cuba, pues, un arte feminista?

La autora parte de un presupuesto que no se puede soslayar: hay un discurso múltiple construido por estas mujeres. Pero creo, como Ramírez Abreu, que nunca ha habido un auténtico respaldo teórico de cualquiera de las diversas posiciones feministas contemporáneas. Una cosa es construir sus discursos acerca del machismo, la racialidad, el sexismo entre otros temas y otra teorizar al respecto o seguir alguna línea, de las muchas, del feminismo contemporáneo. Este es, pues, un espacio tristemente vacío en una isla donde la cultura sobre la mujer ha estado supeditada a presupuestos dictatoriales.

Por último, este libro es también un recorrido por el desarrollo de la crítica de arte en Cuba. Desde el siglo XIX hasta la década de los noventa se presentan autores, grupos y publicaciones donde la crítica, buena o no, ha estado presente.

No es posible abordar todo el espectro temático de este texto, único desde todo punto hasta donde conozco, para una valoración de la mujer como sujeto creador en la historia de las artes plásticas en Cuba. Como todo corpus investigativo, es un punto de arranque para continuar la indagación en el tema. No cerrar puertas, no dar por terminado el trabajo, seguir adelante, son las condicionantes que se perciben al terminar esta lectura.

Virginia Ramírez Abreu demuestra con este libro que, como ella misma ha afirmado, “Europa y América han demostrado que son comunidades que vienen compartiendo desde siempre su quehacer cultural”. El exilio no interrumpe ese diálogo, no importa dónde se esté, sino que lo hace más fuerte por esa necesidad de reconocer los valores de nuestra cultura y de nuestro pensamiento.

Loló Soldevilla: "Autorretrato" (1952).
Loló Soldevilla: "Autorretrato" (1952).

_______________________________

1 Virginia Ramírez Abreu: Perpetuas desahuciadas. Ed.Verbum, Madrid, 2020, pp. 12-13.

2 Ibídem., p.324.

▶ Vuela con nosotras

Nuestro proyecto, incluyendo el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), y contenidos como este, son el resultado del esfuerzo de muchas personas. Trabajamos de manera independiente en la búsqueda de la verdad, por la igualdad y la justicia social, por la denuncia y la prevención contra toda forma de violencia de género y otras opresiones. Todos nuestros contenidos son de acceso libre y gratuito en Internet. Necesitamos apoyo para poder continuar. Ayúdanos a mantener el vuelo, colabora con una pequeña donación haciendo clic aquí.

(Para cualquier propuesta, sugerencia u otro tipo de colaboración, escríbenos a: contacto@alastensas.com)