Con sol y sin mundo moral, o la imprescindible plataforma para un cambio en Cuba
“La megacrisis sistémica cubana es imposible de revocar sin un cambio radical en las estructuras económicas, financieras, sociales y políticas.”

Luego del 11J y a pesar de que supuestamente sobrepasamos el Quinquenio gris, la intelectualidad crítica cubana padeció otra expurgación manifiesta –cito solo dos casos: el acoso, maltrato policial y enjuiciamiento de Alina Bárbara López y Jorge Fernández Era–, quienes aún transitan por la etapa del sufrimiento personal, del linching y viven a la espera del castigo moral, físico, al descrédito público en el banquillo y a la consumación de sus sentencias jurídicas. Ello me estuvo obligando a mantenerme inmóvil, árida, quizás por aquel proverbio que reza: “cuando veas las barbas de tu vecino arder pon las tuyas en remojo”, tampoco ilusorio en mi caso, pues ya recibí visitas no deseadas de la policía política. Al final, mis ancestros mambises me hablaron al oído y he roto ese silencio pues no quiero seguir entumecida en el lodo de mi/nuestra, realidad. Muchos son los despropósitos que se nos han impuesto a los cubanos.
Me considero un sujeto social y cada día cuento con menos tiempo, pero me sigue afectando el hecho de que mis colegas se convirtieran en funambulistas; pienso en la golpiza propinada el pasado mes de julio a Jorge F E en la estación de Zanja a manos de un oficial del MININT, en cuánto le costó escribir sus opiniones y caricaturizar personajes oficiales. Quiero mostrar los porqués del llanto de mis paisanos en nuestro empobrecido país, que me aniquilen las cicatrices. De manera que me he impuesto yo misma “la orden de combate” para volver a la batalla en el meridiano intelectual.
Los gérmenes del totalitarismo
En “Los domingos no siempre son tan apacibles”, artículo que publicara La Joven Cuba en septiembre de 2021, reflexioné sobre las primigenias causas de la debacle social, económica y política que hechiza, cala, desintegra y arruina exponencialmente a Cuba. Todo, como siempre dije y reafirmo, en principio, es consecuencia de la formación, la instrucción, de sus desmanes y logros, a ese sistema quebrado que bautizado como “educación”.
Señalé y ahora retomo que la revolución educacional comenzó en Cuba con la tan mencionada Campaña de Alfabetización que involucró a los entusiastas del momento debido al humanismo que la tarea prometía. Fue una acción virgen que pretendía ser perfecta. Lo imperfecto sería su ulterior instrumentación, cuando se suplantó de un plumazo todo lo que en materia de instrucción, educación y enseñanza existía y se sustituyó por el único sistema admitido. Comenzaba así el totalitarismo. Conozco bien ese sistema donde influyeron mucho, tanto las políticas erradas, como las improvisaciones surtas desde los albores de un antimperialismo personalizado y sostenido a toda costa.
No trato de negar los aciertos de la creación de instituciones como la Imprenta Nacional de Cuba, el 30 de marzo de 1959, sustento de la base material para dicha Campaña de Alfabetización, la voluntad (¿voluntarismo ?) de emprender otras obras dirigidas hacia la guía de los planes de instrucción elemental hacia quienes no habían alcanzado siquiera la educación primaria en medio siglo de República. Debo mencionar que las medidas ejecutadas en este orden por el Gobierno Revolucionario cubano estuvieron siempre matizadas por la improvisación, al tratar de barrer los esquemas educativos anteriores, sin tener en cuenta las implicaciones que traería a corto, mediano y largo plazo el desmontaje del sustrato y la implosión de los cimientos de la educación ya instaurada y que funcionaba.
Los dirigentes y ejecutivos del establishment actual nacieron y crecieron bajo los preceptos de esa nueva “educación”. Esta una de las causas por la que padecen el Síndrome del low cost, el bajo “techo”, las pocas luces, menguadas perspectivas de razonamiento, desconocimiento del mundo real, mirada con ojerizas y un dogma bien instalado.
“Las medidas ejecutadas por el Gobierno Revolucionario cubano estuvieron siempre matizadas por la improvisación.”
Las malas prácticas se entronizaron e hicieron desvanecer valores como la honestidad y la civilidad. Ello lleva un análisis profundo y no pretendo en este trabajo introducir datos y cifras; solo menciono que esas valías fueron suplantadas por el falso patriotismo, la impiedad y la deshonestidad en todas sus variantes. Por citar solo un ejemplo: Cuba era un país de mucha espiritualidad y religiosidad, atributos que fueron borrados de un plumazo, huelgan las anécdotas.
De los moldes instalados por ese nuevo paradigma educativo resultaron individuos transformados. Ciudadanos transfigurados de religiosos en ateos radicales, con una metamorfosis esencial en los prototipos y no precisamente con tendencias a mejorar sus estilos de comportamiento, ni para presentarlos como íconos de lo que se predicaba como el nacimiento del perfecto “hombre nuevo”.
El ser humano resultado de la “nueva escuela” de la “nueva casa” resultó, sí, en una “nueva raza”, pero no la ideal, la de las personas decentes, sino en un engendro adoctrinado que constituyó el embrión de la nueva clase actual de dirigentes políticos, que recibieron por resonancia, cuando no había otra forma de disimular, el poder en nuestro país. Estamos a su merced, es un fenómeno harto conocido, reflejado y observado en la vida, en la filosofía, en la literatura, en las obras de teatro, en las letras de algunas composiciones musicales y en todas las expresiones del arte popular, que trasciende estilos de comportamiento, la actitud ante la vida y los semejantes, la expresión oral y escrita, de tal manera, que pudiéramos inventariar varios volúmenes de diccionarios de términos y frases de sociolectos del lenguaje funcional de la narrativa usada por la dirigencia activa en estas sobrepasadas seis décadas de desgobiernos socialistas en Cuba.
El poder de las narrativas

Se habla de adoctrinamiento de masas y a mí me ha costado mucho trabajo aceptar que, unos en menor, otros en mayor cuantía, pero en sí, TODOS los que recibimos la educación general en Cuba, fuimos de alguna manera adoctrinados y entrenados para asentir y aplaudir. Esto es lección de vida, tal y como lo es que los tiempos cambian, y de una manera u otra, el ser humano se supera, se renueva, trata de mejorar, y si bien todos no lo logran, a medida que la sociedad avanza, lo hace también el individuo. Y a pesar de la imposición, muchos logramos soltar ese lastre.
Claramente, cambió todo, y en primera instancia la narrativa institucional difundida por los mass media como inocentes aliados del germen del totalitarismo, que moldeaba la inédita educación y la logística para la actual adaptación sociopolítica. Nadie se percataba de la manipulación, se concibió en la etapa comprendida desde 1959 hasta 1968 y se fraguó en 1970. No hubo más posibilidad de matices en la enseñanza que el canon único instalado, que eliminó incluso la educación religiosa con la expulsión de los sacerdotes y órdenes femeninas vinculadas a la iglesia católica, que en todas las provincias del país habían creado y solventado escuelas de los tres niveles de enseñanza: primario, medio y universitario. Otras alternativas educativas también fueron borradas.
“No hubo más posibilidad de matices en la enseñanza que el canon único instalado, que eliminó incluso la educación religiosa.”
Tampoco me contradigo si suscribo que los primeros planes de enseñanza primaria y secundaria aún eran rigurosos, pues a pesar del incipiente éxodo de maestros, primaba la exigencia y había pedagogos sólidamente preparados, salvo excepciones, claro. Los planes de estudios se afianzaron además sobre la base material de las Ediciones R o “fusiladas”, se decretó la anulación de los beneficios patrimoniales, del copyright y de los morales sobre los libros para la educación; medida que permitió que en las postrimerías de los años 60 el sistema funcionara bajo los beneficios de las becas nacionales y al extranjero, claramente apoyado por el campo socialista, y la educación era bastante inclusiva.
No obstante, ya se vislumbraba que el atraso tecnológico e industrial del país resultaría progresivo y exponencial, a medida que los años avanzaban, debido a que se iba lastrando la creatividad y anulando todo atisbo de pluralidad y desarrollo personal. El fraude académico se había hecho un muro indestructible de una educación que contaba con recursos (dígase financiamientos que propiciaban los convenios con la desaparecida URSS y otros países del campo socialista), y esto resultaba en una panacea de becas en Cuba y en el extranjero como ilusión óptica del faro que Cuba prometía ser.
Ya a mediados de esa década, el maligno germen de las susodichas Escuelas en el Campo eliminó del proceso educacional las exigencias instructivas y morales. Para llevar a cabo tarea tan masiva, donde todas las fuerzas y recursos escolares estaban destinados a este tipo de enseñanza, se hizo inevitable la necesidad de maestros y profesores. De tal manera, se marcó hito con la creación de los contingentes pedagógicos y planes para certificar maestros emergentes, que, en pocos meses formaban parte de los claustros profesorales y convivían con los alumnos, de semejantes grupos etáreos.
Así fuimos siendo perfilados como seres colectivos y de igual manera comenzó el retroceso en el meridiano intelectual cubano. No se miraba más allá de nuestras narices.
Algunas de las narrativas que sustentan el régimen desde las etapas primigenias
- Identificación permanente de un supuesto enemigo.
- Inculpación al embargo de EE UU de todos los males del país.
- Caracterización de la economía como “Economía de guerra”, en lugar de mencionar los nombres de los diferentes experimentos que dieron como resultado la megacrisis.
- Parametrización de ciertos caracteres individuales, acogidos bajo los términos de diversionistas ideológicos, gusanos, bitongos, homosexuales, etc.
- Distorsión del tratamiento de las figuras delictivas bajo otras connotaciones, dígase comunes, para desvirtuar el carácter de los expedientes judiciales de los prisioneros políticos, como figuras delictivas peligrosas para la seguridad nacional y el orden constitucional.
- 6. Tergiversación de las políticas internacionales.
Point du flaterie en el ecosistema intelectual cubano

Ahí, el primer point du flaterie: Los seres anquilosados, víctimas de su propio dogma, los cortos de vista y de mentes cerradas, los incapaces, los que entre sus vicios acumulan la vulgaridad, la gula, la ambición de poder, la avaricia, la mentira y la envidia, tantos males, que sobrepasan el diseño de los círculos del Infierno de Dante, que lideran hoy el país, son consecuencia de las políticas generadas a lo largo de seis décadas. Han fallado y han sido incapaces de instrumentar en la práctica, que es en fin el criterio de la verdad, ni siquiera los más proverbiales o representativos aciertos en la gobernanza o una plataforma que sostenga sus enunciados y presupuestos como paladines para el bien común de la nación cubana.
Es un Ecosistema Social instaurado, que ni siquiera puede nombrarse SOCIALISMO, con carácter totalitario, que nació basado en la errada proyección de la educación recibida, que es como la savia o la sangre. Creció distorsionado y se proyectó de igual manera a nivel social. En su accionar sobre la economía desconoce la Academia y arrastra los errores cometidos, incapaz de razonar, que, si no pudo siquiera activar el desarrollo de país, tendrá que revisar sus métodos, fórmulas y estrategias, pues en la manera en que antes lo hizo, fracasó. Pero, así como la gestión del mando está en las manos equivocadas, así de fallidos, frustrados, desacertados y deformados son sus resultados. De eso se trata cuando menciono el punto de giro: de la no vuelta atrás. Y los actores principales siguen sin escuchar. De la misma forma, estas secuelas y resultados orientan hacia políticas económicas impuestas y gravadas en la legislación, se cambian y se modifican estatutos, leyes, la Constitución sin escrúpulos ni consulta popular, y todo como experimentos.
Especialmente en los últimos seis años y por reiteración, han incidido en la respuesta popular, así como han terminado alumbrando definitivamente la conciencia social hacia el inexorable cambio para restablecer el orden, la vida económica, la dinámica social, el amor al trabajo, la dignidad ciudadana, como premisas verdaderas de la soberanía.
“Se requiere una restauración integral del sistema, no se puede remendar ni restaurar lo que está dañado en su regla de oro.”
“No hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad”, expresaba el Padre Félix Varela, quien no por gusto se erigió como uno de los más lúcidos pensadores del siglo XIX cubano. El hombre antes de discernir políticas públicas tiene que cultivarse, leer, conocer el mundo, el suyo y el ajeno, por la vía de la experiencia personal, por formación, por la vía de la lectura, si no, será un servidor mediocre, fallido, mentiroso e hipócrita, a quien le importan solo sus intereses personales.
Desde mi perspectiva, menciono estas premisas y suscribo para molestia del presidente de la República que, así como están las cosas, se requiere una restauración integral del SISTEMA, porque no se puede remendar ni restaurar lo que está dañado en su regla de oro, donde el daño está instaurado.
Pero hubo un antes

Desde su fundación como República, nuestro país sufrió los desmanes de la clase gobernante y salvo cortos períodos de mejoría virtual, el ciudadano común, el de a pie, ha estado expuesto a experimentos de toda índole y en el plano conceptual, el peor de esos experimentos aplicados, ha sido el último, definido bajo la narrativa gubernamental bajo diversos apelativos. No obstante, el más reciente, nombrado “eliminación de distorsiones y reimpulsión de la economía”, remite a programas anteriores que también mordieron el polvo del fracaso, mote que carga la nueva visión de la economía, que por demás fuera convertido en tesis de doctorado y que no ha traído más que un aumento exponencial de la inflación y una cabalgante caída en picado de la economía nacional, que ha arrastrado a millones de cubanos a la inopia, al hambre y a la emigración. En la práctica de la gobernación actual dichos experimentos se autentican en leyes y son preparados para quedar instalados en la Constitución.
También esto tiene que ver con el punto de giro de aquel sistema educativo que formó juristas sin decoro adheridos al único partido que es quien dicta y modifica a su imagen las leyes de la nación. Por esa manipulación de la legislación han quedado impunes los fusilamientos sin el debido proceso, la preparación de falsos expedientes de delitos comunes a quienes profesan la libertad de expresión y la distorsión de figuras delictivas para hacerlas parecer amenazantes al orden social y a la mal llamada seguridad nacional.
“El totalitarismo quemó los rostros de intelectuales cubanos y patriotas, relegado al olvido, al ostracismo o a la nulidad.”
Para los años 70 se había empezado a sentir ya el influjo de la presión político-ideológica sobre la educación: si el estudiante no era militante de la recién nacida UJC no podría obtener ciertas carreras como la de Periodismo, Ciencias Jurídicas o Psicología; si el estudiante no cumplía con las normas impuestas en el surco por la escuela al campo, era enjuiciado ante un ruedo militante. Comenzaba así a oscurecerse el sol del mundo moral.
El totalitarismo quemó los rostros de intelectuales cubanos y patriotas, ya habían caído las fuerzas que los habían relegado al olvido, al ostracismo o a la nulidad, manteniéndolos encerrados y silenciados en bibliotecas y áreas de bajo perfil cultural. No obstante, una generación de profesionales alcanzamos a formarnos por el proceso de enseñanza cubano bajo reglas de civilidad y respeto.
Inexorablemente vinieron éxodos y más éxodos que siguieron ensombreciendo el sol, pues se marchaba y se sigue marchando la savia que mencioné antes: el capital humano. Ante la falta de maestros se acudía a planes emergentes improvisados y endebles, vacíos de contenidos imprescindibles, que por facilismo se instalaron a expensas del promocionismo y la doble moral que ya se mostraba desfachatadamente tras bambalinas, aunque sin darse a conocer como entidad.
¿Autoprevisión?

Ya era conocida la premonición de que “la revolución podía ser destruida por nosotros mismos”. Este anuncio llegó un cuarto de siglo antes, cuando se definió dentro de las cláusulas del concepto de revolución el “cambiar todo lo que debía ser cambiado”. Ya el ideólogo principal del engendro social, al que Dagoberto Valdés llamara “daño antropológico”, se había dado cuenta de que su Frankestein tenía los días contados y que no le vendría más la calificación de eterno.
He relatado a grandes rasgos solo una porción de lo que sucedió, un asunto que los gobernantes no quieren escuchar.
Los principios seguían ensombreciendo el sol del mundo moral ya descrito por Cintio Vitier y una maquinaria mal diseñada se encumbró como modelo absoluto, como lo era todo, y mostró el rostro del cuerpo de aquel susodicho individuo “nuevo”, que aunque se bautizaba con frases, consignas, loas y tenía un talante oculto, otro, que mientras asentía y gritaba consignas, muchas veces abjuraba de ellas en su interior: un hombre vacío de contenido, un hombre a quien el asentimiento colectivo había limitado sus ideas.
Este fue el patrón y prototipo que, en pocos años pasaría a formar parte de las filas del partido único y estaría dispuesto a firmar cualquier manifiesto, siempre y cuando esto lo protegiera y le reportara prebendas y que llegaría así, con esos atributos a la enseñanza universitaria y aspiraría a cargos en el orden político en cualesquiera de los niveles.
“Malas prácticas educativas, adoctrinamiento, totalitarismo, gestión corrupta... no podían resumirse con otro término que el de estado fallido.”
Ese patrón fue instalado desde las Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria, EBIR1 allá por los años 60. Huelgan los comentarios, pero hay que destacar que estas escuelas se focalizaron sobre la incipiente narrativa que quedaría instaurada como base del adoctrinamiento y la manipulación, ideas enfocadas hacia el acatamiento y la sumisión del pueblo.
Pero todo este desacierto socialmente instaurado traería consigo el famoso efecto dominó sobre la columna vertebral de cualquier país: la economía. Malas prácticas educativas, adoctrinamiento, totalitarismo, gestión corrupta sobre las riquezas y recursos de la nación, no podían resumirse con otro término que el de “estado fallido”, porque toda lo expuesto antes generó una megacrisis sistémica imposible ya de revocar sin un cambio radical en las estructuras económicas, financieras, sociales (dígase educativas, de salud, culturales) y políticas. Es cierto que “hay que cambiar todo lo que debe ser cambiado”.
Las comparaciones
La clase dirigente no quiso entender que, a la hora de gobernar, en cualquier sistema sociopolítico, la economía debe prevalecer sobre la política, que Cuba está relacionada con el resto del universo económico y que cada día que pase sin solución a sus problemas se puede considerar una década de retroceso. Cuba se conecta con la malla meliflua de las acciones y toma de decisiones mundiales, al menos, con las del resto del hemisferio. En su economía afecta cuanta medida, condición, fenómeno o decisión de cualquier nación cercana sea aplicada.
No soy versada para ofrecer soluciones económicas y menos, ante tanta distorsión engendrada por décadas de desvaríos. Pero sí pudiera argumentar con las lecturas de las experiencias de lo sucedido en las naciones de Europa del Este, donde el diseño del sistema socialista, entiéndase antecesor del comunismo, no funcionó desde su puesta en escena por razones similares, que el modelo seguido desde 1959 en Cuba es, de hecho, una aberración económica marcada con un voluntarismo delirante.
“El modelo seguido desde 1959 en Cuba es, de hecho, una aberración económica marcada con un voluntarismo delirante.”
A lo largo de la historia, estas distorsiones han sido vistas como una traición de esta clase dirigente que se impone mediante los regímenes totalitarios que no quieren ceder ante las críticas por su vago funcionamiento. Muchos lo ven así, como traición, y no concuerdan con los métodos aplicados para permanecer en el poder, porque en esencia la teoría marxista se las arregló para difundir cantos de sirenas.
Decía en párrafos anteriores que esa generación de dirigentes de la actualidad en Cuba no lee, si lo hiciera, perdería la prepotencia al saber como terminaron los Ceaucescu, Sadam Huseim y otros gobernantes totalitarios. Por esto es vital la ilustración, la transparencia. Milovan Djilas hubiera continuado su libro La nueva clase si hubiera vivido para visitar hoy Cuba, Nicaragua, Venezuela…
En Cuba nunca hemos salido de la crisis

Revisando un artículo publicado en The Lancet, donde refiere que la famosa teoría de los ciclos económicos formulada a principios del siglo xx por el ruso Nikolái Kondrátiev (1892-1938) será enterrada por la Inteligencia Artificial y el big data me hace razonar que, mientras todas estas ideas promueven nuevas perspectivas económicas a nivel global, en Cuba, en pleno siglo XXI, la economía se quiebra en prácticas azarosas de tentativas inseguras, y lo peor, el principal dirigente se empeña en su obsoleta narrativa para desvirtuarlo y hacer creer a un reducido número de estudiantes de Cibernética y carreras afines que están “descubriendo el agua tibia”.
En círculos de entendidos en la materia se dice que después de tantas oscilaciones económicas y financieras, en 2061 será posible que el mundo llegue a una era de estabilidad, con un sistema basado en la economía superpredictiva, que detectará el mal funcionamiento de cualquier sector mediante cálculos estadísticos avanzados. Y me pregunto, ¿cuánto tiempo le hará falta a Cuba como nación para insertarse en la malla económica global, hecho indispensable para su sobrevivencia? Al menos, nuestro país necesitará medio siglo para reorientar su economía luego de lograr despojarse de esta mala dirigencia que hoy la exprime bajo un sistema totalitario innombrable.
Las desviaciones no se eliminan con sesgos o con políticas erradas superpuestas que arrastran los errores. Estas se apartan cambiando el derrotero, organizando otros itinerarios en la secuencia de las fórmulas a aplicar, en una palabra, únicamente cambiando de sistema.
La forma obstinada y torcida con que funciona la asesoría económica y política en la alta cúpula estatal cubana, que yerra en cada “experimento económico” puesto en práctica, tiene relación con el uso y el análisis del conjunto de datos masivos y la identificación de patrones, puesto en función de sus “inquietudes” y no de las necesidades reales del pueblo. Y si lo menciono de nuevo como “experimento” es porque así es como lo nombra el propio establisment. Tienen tal desespero en obtener dólares fáciles para emplearlos en sus “caprichos”, que recurren a fórmulas inauditas muy mal vistas por los “tanques pensantes” de la economía nacional y mundial.
Sería prudente llevar a un análisis exhaustivo el deterioro físico e intelectual que conllevan estos métodos, tanto en sentido individual como en el colectivo. Me refiero al daño y a la alteración que trae implícito el éxodo masivo de ciudadanos acontecido en los últimos 4 años, pues la fuerza de trabajo ha mermado a nivel exponencial desde 2020, y no precisamente como resultado del bloqueo o de la pandemia del Covid-19. Estudios demográficos realizados no se han tenido en cuenta. Los datos expuestos por la ONEI son perturbadores; comenzando porque las cifras de nacimientos respecto a las de fallecidos son sombrías y auguran un país que hará falta repoblar para lograr una muy lenta y discreta reversión de la decadencia total que ya nos situó al nivel de los estados más empobrecidos del mundo en el año 2024.2
Si de desviaciones de toda índole se trata, está en el rango de lo político, que el gobierno cubano actual no ha escuchado las imprecaciones de su aliado estratégico China,3 quien ha logrado sacar ese gran país de la miseria y el hambre aplicando un nuevo patrón económico, y que lo ha conminado a revertir este modelo con urgencia. Ha desoído la experiencia de una nación que, en pocas décadas, se tornará un gigante en la economía mundial, con pretensiones de lograr la paz y la estabilidad económicas en la región (Este, Noreste y Sureste de Asia, y Asia Central) bajo su liderazgo, asunto nombrado con el término historiográfico Pax Sinica.
Un nuevo point du flaterie

A juicio de muchos entendidos y hasta de algunos aferrados seguidores del autor del ultra mencionado “proyecto social”, todo estuvo diseñado en un programa… aunque a ojos vistas falló.
¿Cuándo podrá el cubano cubrir sus necesidades elementales con su salario? Estas cuestiones enlazan con la pregunta que me ocupa en este trabajo: ¿pueden hacerse predicciones económicas razonables proyectando el desarrollo de tecnologías con un presente inmaduro? Es complicado, pero quiero descifrar algún que otro enigma que me ha quedado sin respuesta. Cualquier semejanza es pura coincidencia.
Actualmente el Estado niega sus desafueros e insta a la población a centrarse en tareas que le son a él obligatorias como institución rectora. Si yo soy dueña de mi casa, no le puedo pedir a mis vecinos que la decoren, si soy la dueña, tengo que mantener mi casa. Aún más, si me hice dueña de mi casa a la fuerza... y no he mencionado que la narrativa gubernamental se ha empeñado siempre en establecer un enemigo externo.
Bajo este mismo precepto, si el Estado cubano, fue el interventor de TODAS las entidades rectoras de la economía, de los servicios, de todo, en ese mismo instante contrajo la obligación de:
- Establecer políticas que renueven y modernicen las industrias, trazar planes y estrategias para resolver los problemas de sus obsolescencias tecnológicas, instrumentar planes para solventar los nuevos procesos económicos y sociales.
- Garantizar el funcionamiento y aprovechamiento eficaz de los servicios elementales que se deben poner en función de las sociedades modernas, como un derecho humano, dígase la gestión del agua, alcantarillados, corriente eléctrica telefonía, transporte público…
- Garantizar el nivel prometido en los propios planes estatales de los servicios y planes de la cultura, la educación, la sanidad.
- Resolver irremisiblemente los problemas sociales que se engendren producto de distorsiones económicas, sociales y políticas en lapsos de tiempo discrecionales. El ser humano vive una sola vida y su etapa útil no rebasa los 65 años.
Estas, entre otras obligaciones, tendría un estado socialista de derecho. Pero, lo que no puede seguir sucediendo es que, además de las vicisitudes por la que está pasando el cubano de a pie, se le endilgue la misión de resolver los problemas que el Estado tiene obligación de resolver, que es el mismo Estado que prometió medicina y servicios de salud gratuitos para todos y tiene que garantizarlos, y cumplir así con todas las obligaciones que se adjudicó en nombre de una revolución socialista.
“No puede seguir sucediendo que al cubano de a pie se le endilgue la misión de resolver los problemas que el Estado tiene obligación de resolver.”
Por todos estos desvaríos, las más de seis décadas de (des)gobernanza, con millones de dólares donados por países “amigos” y colaboradores, condonaciones sucesivas de la deuda externa, asociaciones con organizaciones europeas de ayuda que, como el CAME, supusieron estabilidad económica y nivel de vida para la población, frente a la política norteamericana del supuesto embargo económico, definido por la narrativa como enemigo, no se han logrado más que muy malos manejos en el orden económico y social y, por ende, han emergido desde la mermada y fallida gobernanza y han conformado un maremagnum de infortunios, perjuicios, menoscabos y descontento a nivel social general.
Tercera Ley de Newton: Reacciones del pueblo ante la mala gestión del Gobierno y el Estado
Tercera ley de Newton: Para toda acción hay una reacción. Otros lo llaman karma, es como el bumerán que va y regresa.
Hace unos días hice un comentario en una red social sobre una publicación de un cubano, que pidió la dimisión de todos los diputados ante la vergonzosa exposición de la exministra de Trabajo y seguridad Social, Martha E. Feitó. De manera que voy a mantener como leit motiv lo dicho por él, pero argumentado con mi punto de vista, cuanto expuse.
“Muy sana y honesta la medida de renunciar, que deberían aplicar a TODOS (los diputados a la Asamblea Nacional). Pero es difícil convertir en polvo una arquitectura diseñada para sustentar la mentira y la farsa”.
¿Plataforma o logística derivada?
Sin tratar de absolutizar y sin pretensiones de que se asuman estatutos o plataformas estrictamente adheridas a lo que concluiré, expongo mis discretas opiniones sobre lo que no puede o puede refrendarse en Cuba:
- No puede existir economía saludable que tenga que ser sustentada en gobiernos paralelos que manejen las finanzas estatales al libre albedrío sin control ni medida, las finanzas y el capital producidos por los recursos humanos y materiales del país deben de ser controladas por entidades neutrales a la gobernanza política.
- No puede existir un país socialista donde los trabajadores devenguen salarios miserables que no satisfacen sus necesidades elementales, porque ese no sería clasificado como un país socialista.
- No puede existir en un país socialista una forma de pago a los trabajadores, pensionados y subsidiados dependientes de varios tipos de monedas extranjeras, que representan el paradigma cambiario, por tantos años que producen tal deformación en la economía y en la moral que lo que logra es trasfundir un daño antropológico en la idiosincrasia nacional.
- No puede existir un Estado que actúe como juez y parte (en el estado socialista de derecho, como al que se alude). Con todos los poderes fundidos, dígase el legislativo, judicial y ejecutivo.
- No puede existir un único pensamiento dueño de la cultura y de tu pensamiento, del que se dependa en su narrativa desmedida, que determine sobre el ciudadano y lo encapsule y encarcele cuando disienta en lo mínimo.
Hubo un momento, una década, por allá por el tránsito al Nuevo Milenio, en que se pensó a nivel popular que todo esto se había resuelto. La única respuesta posible a la megacrisis cubana es: Cambio radical de sistema, por ende, de la gobernanza; restructuración de la Constitución de la República, eliminación del concepto de partido único y separación de los poderes judiciales, legislativo y ejecutivo, redimensionamiento de la economía y del uso de los recursos.
Así Cuba comenzará a salir del atasco en que se encuentra sumida, se respetarán los derechos civiles fundamentales de los ciudadanos y se marchará hacia la Democracia, la libertad de expresión y el respeto a los derechos humanos fundamentales.
_________________________
1 Escuelas de adoctrinamiento político-ideológico cuyo libro de cabecera, escrito por Blas Roca Calderío en 1943, fuera Fundamentos del feudalismo en Cuba. En dichas escuelas el primer proceso de la manipulación de las ideas tenía su base en el ateísmo, en refrendar que se debería creer solo en lo que podíamos palpar (palabras de un egresado camagüeyano de apellido Casas entrevistado para el diario local Adelante en esa época).
2 Lidera los países más pobres del mundo, Afganistán, seguido de Sudán del Sur, Sierra Leona, Malawi, Madagascar, República Centroafricana, Burundi, hasta llegar al lugar 70 por volumen de PIB ocupado por Cuba. Fuente: Focus Economics, proveedor líder de inteligencia macroeconómica y previsiones de consenso con sede en España.
3 Juan Pablo Cardenal, periodista español, autor del libro El imperio invisible, afirma que en 2061 el estado asiático “será la primera economía del mundo, y habrá consolidado su posición como potencia hegemónica mundial hasta desbancar a los Estados Unidos. Tendremos un mundo gobernado desde Pekín bajo la pax sinica”.
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