Adicciones
“El modo en que nos vestimos algunas veces expresa nuestras creencias, ideales y aspiraciones. Esto lo he observado en movimientos históricos como el movimiento feminista, que adoptó ciertas prendas para romper con roles de género tradicionales”.
Adicciones es el título que escogí para uno de mis proyectos realizados en Cuba, allá por el año 2012. Dentro de él se encuentra un video-arte producido en 2013 que, realizando una revisión en estos días, he vuelto a encontrar. En él ponía énfasis en el tema de la moda y su frivolidad, desde una perspectiva de crítica.
La moda impulsa el consumo principalmente a través de estrategias como las tendencias cambiantes y la "obsolescencia programada", promoviendo la idea de que la ropa y los accesorios deben renovarse constantemente para estar “a la moda”. Esto genera en las personas una necesidad de adquirir nuevas prendas y accesorios, lo que beneficia económicamente a las grandes industrias.
Uno de los motores principales de este consumismo es el fast fashion. Este enfoque genera un ciclo constante de consumo y diseño, con un fuerte impacto ambiental y social, ya que la producción intensiva y el rápido descarte de ropa no solo consume recursos naturales, sino que también contribuye a la explotación laboral y al deterioro de ecosistemas enteros.
Pero por otro lado no se puede dejar de decir que un aspecto interesante del mundo de la moda es ver cómo ha acompañado los procesos de emancipación femenina. El ejemplo de Coco Chanel es fundamental en este sentido: al introducir el pantalón para mujeres y popularizar prendas como el little black dress, Chanel no solo desafió las normas de vestimenta impuestas, sino que buscó ofrecer a las mujeres “comodidad y libertad de movimiento”, liberándolas de corsés restrictivos y dando paso a un guardarropa que refleja la autonomía femenina.
Adicciones se adentra en este contexto, donde no deja de estar presente la crítica a los inalcanzables estándares de belleza y a la búsqueda de validación a través de la apariencia.
La realización de este material se hizo sin apenas tener yo acceso a información porque en Cuba en ese momento no había Internet, pero eso no me detuvo y me sumergí en este mundo desde la intuición y desde el desconocimiento de temas como la moda sostenible o la moda como arte y resistencia.
El modo en que nos vestimos algunas veces expresa nuestras creencias, ideales y aspiraciones. Esto lo he observado en movimientos históricos como el punk, que utilizó la moda para rebelarse contra las normas establecidas, o el movimiento feminista, que adoptó ciertas prendas para romper con roles de género tradicionales.
La moda permite a las personas construir y reconstruir su identidad. La ropa y los accesorios que elegimos dicen algo de quiénes somos y de cómo queremos que el mundo nos perciba.
Nonardo Perea
(La Habana, 1973). Narrador, artista visual y youtuber. Cursó el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso del Ministerio de Cultura de Cuba. Entre sus premios literarios se destacan el “Camello Rojo” (2002), “Ada Elba Pérez” (2004), “XXV Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios” (2003- 2004), y “El Heraldo Negro” (2008), todos en el género de cuento. Su novela Donde el diablo puso la mano (Ed. Montecallado, 2013), obtuvo el premio «Félix Pita Rodríguez» ese mismo año. En el 2017 se alzó con el Premio “Franz Kafka” de novelas de gaveta, por Los amores ejemplares (Ed. Fra, Praga, 2018). Tiene publicado, además, el libro de cuentos Vivir sin Dios (Ed. Extramuros, La Habana, 2009).
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