Eva

| Escrituras | 11/07/2017

Adán
ocioso y solitario, anda,
desanda y vuelve a andar,
ese primer sitio inventado para vivir
llamado Paraíso.
También ociosos, los viñedos, lentos
gotean su miel que nadie toca y envejece.
Por hacer algo
la bebe Adán, y en el bochorno
de la tarde que la lluvia envuelve
se echa a dormir.
Y sueña.

Un sueño largo, espeso
cual la llovizna de ese atardecer
le impide
ver cómo llega esa mujer primera.

Eva viene
quién sabe de qué sitio,
se tumba junto a él precisamente;
va a hacerse la costumbre
de nunca más estar tan sola.

Descansa
a un costado de Adán,
de ése que duele
porque sobre él pasó el sopor del vino
ajeno a ese prodigio que es el agua.

Ella no es magia ni milagro:
es, simplemente,
una mujer que disfrutó la lluvia
viéndola descender, mojando en ella
sus manos y su pelo, en el que puso flores
húmedas y llega ahora
atravesando el arcoíris.

Adán despierta,
la ve preciosa, cree que sueña,
que ha salido de él,
pregunta
a Dios, su cómplice, y ambos
la intuyen poderosa

más que ellos dos. Temen
y ajustan la mentira.

A Eva no le importa. Y pasa
el tiempo, tanto
que Dios y Adán y todos
cuantos llegaron después creyeron
la falsa historia.

Rueda la historia
contada por Adán a su manera, dice
que desnuda la extrajo
de su costado, cuando
en verdad llegó vestida
de cielo, tarde y cantos de mil pájaros.
Vuelve a pasar el tiempo,
tanto…

Adán respira hondo, hincha
su pecho, extiende
sus dos brazos
con la seguridad de quien sostiene
al mundo por sí solo, llama a Eva
para que escriba con menudos trazos
una versión novísima de aquel suceso.
Ella, entonces, piensa:
“Es hora ya
de que este hombrecito cuente
sus costillas, sepa
que están intactas”.

▶ Vuela con nosotras

Nuestro proyecto, incluyendo el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), y contenidos como este, son el resultado del esfuerzo de muchas personas. Trabajamos de manera independiente en la búsqueda de la verdad, por la igualdad y la justicia social, por la denuncia y la prevención contra toda forma de violencia de género y otras opresiones. Todos nuestros contenidos son de acceso libre y gratuito en Internet. Necesitamos apoyo para poder continuar. Ayúdanos a mantener el vuelo, colabora con una pequeña donación haciendo clic aquí.

(Para cualquier propuesta, sugerencia u otro tipo de colaboración, escríbenos a: contacto@alastensas.com)