Poesía afgana | Dos poemas de Nadia Anjuman

La poesía de Nadia Anjuman es testimonio del dolor y la resistencia de la mujer afgana al sometimiento de una sociedad patriarcal.

| Escrituras | 13/07/2024
Shamsia Hassani: "Colegiala" (2022), fragmento.
Shamsia Hassani: "Colegiala" (2022), fragmento.

Cantar mi tristeza

Ya no deseo abrir mi boca. ¿A qué debería cantarle?
Odiada por la vida, no veo diferencia entre cantar y callar.
¿Por qué tendría que hablar de dulzura cuando me siento amarga?
Oh, el puño del opresor golpeó mis labios.
No tengo compañía, ¿para quién he de ser amable?
No veo ya diferencia entre hablar, reír, morir o ser.
En tensa soledad estoy, sufrida y triste.
Nací para ser nada y mis labios deberían sellarse.

Pero, oh corazón mío,
sabes que llegó la primavera y es hora de celebrar.
¿Y qué haré con mis alas atadas si no puedo alzar el vuelo?
Estuve en silencio demasiado tiempo,
aunque nunca olvidé la melodía.
A cada instante susurro la canción de mi pecho,
para recordar ese día en que he de romper la jaula
y escapar de esta soledad, y cantar mi tristeza.
No soy un débil álamo vencido por el viento.
Soy una mujer afgana y tiene sentido mi queja.

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Reclamo

Oh cielo, vierte sobre esta tierra
que calcinada añora siquiera una gota de lluvia vital.
Sus labios secos, su corazón en ascuas
son el rostro de la muerte.

Oh nube, flota sobre este páramo ardiente.
Mil campesinos te esperan, ven
porque las montañas antes verdes de la ciudad
hace mucho que visten de luto.

Oh agua, sostén de la naturaleza, ven por favor.
Tu ausencia quiebra el espíritu de las flores.
Los jardines se rinden
y las sonrisas se han secado en los labios.

Oh Dios, no permitas
que los labriegos mueran de sed en el horno del tiempo.
Una sola gota es un regalo eterno
que reanimará sus manos débiles.

Oh Dios, ten piedad de los ásperos nómadas.
Oh Dios, asiste al angustiado corazón del mar.
Oh Dios, en los labios quemados de la primavera,
en los tórridos desiertos, vierte el alivio de la lluvia.

Somos tus humildes siervos rotos,
ahogados en el pecado, a tientas en la oscuridad.
Oh Dios, no nos dejes caer aun más.
Aunque nos hemos ganado este suplicio, perdónanos.

Vierte sobre nosotros tu agua, porque estamos ardiendo;
un poco de agua para humedecer el ojo seco de la primavera.
Esta tierra abrasada es el lecho de tu discípulo.
No permitas que derive hacia el caos total.

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Cuando los talibanes ocuparon su ciudad natal y cerraron las escuelas para niñas, Nadia Anjuman tenía 16 años y se unió al círculo de costura Aguja Dorada, donde recibió educación de manera clandestina y comenzó a escribir. Tras la derrota del Estado Islámico en 2001, estudió Literatura en la Universidad de Herat. Al graduarse, publicó su primer libro, Flor de humo (2005). Sus padres la habían obligado a casarse, y tanto su esposo como el resto de la familia juzgaban deshonroso que una mujer fuese poeta. El 4 de noviembre de 2005 su esposo la golpeó hasta que quedó inconsciente. Murió horas más tarde, dejando un hijo de seis meses y un segundo libro en proceso de edición, Abundancia de penas (2006). Los tribunales afganos consideran que su muerte fue un suicidio.

La obra de Nadia Anjuman es testimonio del dolor y la resistencia de la mujer afgana al sometimiento de una sociedad patriarcal. Una selección de su poesía ha sido traducida al inglés, al portugués y al italiano. La versión en español que publica Alas Tensas fue realizada por Daniel Díaz Mantilla a partir de las traducciones al inglés de Diana Arterian, Marina Omar y Mahnaz Badihian. Se ilustran estos poemas con un fragmento de la obra Colegiala (2022), de la artista afgana Shamsia Hassani.

Nacida en 1988, en Teherán, donde sus padres se habían refugiado durante la invasión soviética a su país, Hassani volvió a Afganistán en 2005. Estudió en la Universidad de Kabul y fundó el colectivo de arte contemporáneo Rosht. Desde el retorno de los talibanes al poder, vive y pinta en la clandestinidad. Fue la primera mujer afgana que se dedicó al graffiti, creando un personaje que se ha convertido en símbolo de la resistencia femenina contra el fundamentalismo islámico. En 2021, la BBC la incluyó entre las 100 mujeres más influyentes del mundo.

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