Alina Bárbara López: “La manifestación pacífica es un derecho y hay que naturalizarlo y ejercerlo”
La intelectual cubana critica la inacción del gobierno y subraya la importancia de la participación ciudadana en la definición del futuro de Cuba.
En la víspera del 101 aniversario de la histórica Protesta de los Trece, y a un año del inicio de su protesta mensual contra la situación política y social que asola a Cuba, la intelectual cubana Alina Bárbara López ha reafirmado su compromiso con la lucha cívica. En sus redes sociales compartió un post en el que deja claro que ejercerá su derecho a manifestarse en el Parque de la Libertad de Matanzas:
"Cuando inicié este camino sabía que encontraría obstáculos e incomprensiones, sin embargo, no fue un acto irreflexivo sino absolutamente consciente, por eso los obstáculos han sido vencidos poco a poco. La manifestación pacífica es un derecho de cada persona en Cuba y hay que naturalizarlo y ejercerlo. Eso es lo que hago", afirmó.
La intelectual matancera se ha erigido como una voz crucial en la exigencia de un cambio significativo para Cuba, ha desafiado acusaciones, detenciones y un juicio en el que se le declaró culpable por desobediencia. A pesar de los obstáculos que ha encontrado en su camino, mantiene su convicción y sus demandas:
- Una Asamblea Nacional Constituyente elegida democráticamente para redactar una nueva constitución aplicable en todas sus partes.
- Que el Estado no se desentienda de la crítica situación de ancianos, jubilados, pensionados y familias que están en extrema pobreza.
- Libertad para los presos políticos sin exilio obligatorio.
- Cese del hostigamiento a personas que ejercen su libertad de expresión.
En el post, Alina describe la situación de pobreza y hambre que hay en Cuba, y destaca la precariedad con que viven jubilados, familias de bajos ingresos, que son mayoritarias, madres solas criando a sus hijos; gente que vive en regiones, barrios y poblados alejados de la capital y las cabeceras provinciales; presos políticos injustamente condenados pasando hambre en las cárceles. Al respecto comenta:
"Me avergüenza ver a las personas pidiendo ayuda porque no han podido comer, no solo ya ancianitos desvalidos, como seremos en unos años si esta situación no cambia, sino niños y jóvenes desnutridos. Un año atrás, muchas personas podían hacer ya una sola comida al día, el pequeño pan que recibían consolaba el hambre una parte del tiempo.
Hoy ni ese consuelo tiene... es criminal lo que ocurre".
No solo critica la inacción del gobierno, sino que también hace un llamado al cambio desde la base, subrayando la importancia de la participación ciudadana en la definición del futuro de Cuba:
"Somos una hueste de personas excluidas, discriminadas política y socialmente. Eso nos confiere una identidad cívica. Vivimos en un país casi paralizado, donde la economía decrece por días mientras el discurso político ni menciona términos en otra época valorados, como el de "justicia social". El grupo de poder aferrado "al estribo" nos desprecia y continúa pidiendo de nosotros obediencia y sacrificios. De ellos no hay nada que esperar. Si algo va a salvarnos no será un cambio de su parte sino de la nuestra", insiste.
La también editora y académica se presenta no como líder de un movimiento, sino como ciudadana comprometida con su país, e invita a sus compatriotas a sumarse, no por convocatoria, sino por convicción propia. "Soy una ciudadana cubana y participaré en la vida política nacional que es patrimonio de todos. No existirá futuro si no se actúa en el presente. Los milagros no existen. Los hacemos nosotros", concluye.
A unas horas de las palabras de Alina, se suscitaron varias protestas en las provincias de Santiago de Cuba y Bayamo. Probablemente ninguno de los que salió a la calle a pedir comida y corriente hubiera leído el post de la historiadora, pero la realidad cubana ya es insostenible.
La profesora y académica realiza protestas pacíficas todos los meses en el matancero Parque de la Libertad. Debido a este activismo, Alina Bárbara fue citada a mediados del año 2023 por la policía de su provincia, como acto intimidatorio de las autoridades locales. La profesora rechazó dicha citación, por considerarla “ilegal” e “injustificada”. A raíz de esto, el Poder político cubano le “fabricó” un caso de “desobediencia”, razón por la cual estuvo obligada a asistir a este juicio.
López Hernández, quien ha sufrido constantes amenazas y citaciones policiales por parte de la Seguridad del Estado, así como la prohibición arbitraria de salir del país, ha presentado numerosos recursos contra los procedimientos policiales en su contra, pero ninguno ha sido aceptado.
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