Béisbol Femenino: La huella de las mujeres en un deporte ¿de hombres?
“Con el alistamiento de la mayoría de los peloteros al Ejército durante la Segunda Guerra Mundial, los propietarios de equipos vieron en las mujeres una alternativa para no perder sus ganancias.”
Cuando en 1842, el neoyorkino Alexander Cartwright (acreditado desde 1953 como el creador del béisbol moderno) fundó el New York Knickerbockers Base Ball Club ―primer equipo de béisbol organizado conocido en la historia―, probablemente estaba lejos de imaginar que un día las mujeres pudieran llegar al más alto nivel de este deporte… en equipos masculinos.
Las y los amantes del juego de las bolas y los strikes, estamos a punto de ser testigos de lo que, casi dos siglos atrás, podría parecer una quimera. El periodista deportivo cubano Francys Romero informó recientemente en su cuenta de la red social X que la californiana de 25 años Kelsie Whitmore está a punto de firmar un contrato de Ligas Menores y que varias franquicias están en conversaciones con su agencia.
Kelsie Whitmore
Esta medallista mundial y panamericana con la selección femenina de Estados Unidos, ya había hecho historia en 2022, cuando se convirtió en la primera mujer en alinear como titular en un partido de la Liga Atlántica Profesional de Béisbol, el 1 de mayo, jugando en el jardín izquierdo.
El 4 de mayo, la lanzadora del Staten Island Ferry Hawks hizo su primera aparición en el montículo como relevista. Entró con las bases llenas y dos outs en la pizarra, para enfrentar a un exjugador de Grandes Ligas ―Ryan Jackson―, a quien puso out en un fly.
En la temporada de 2023 no dejó buenos números, pues pitcheó para un promedio de 9,49 en 12,1 entradas. Sin embargo, está considerada una jugadora decidida y talentosa.
Nacida en 1998, Whitmore es una lanzadora derecha y bateadora ambidiestra. Integró los equipos de béisbol de la secundaria Tamecula Valley Highschool de California, donde estudió. Fue la única atleta femenina de los conjuntos.
En 2014, con 16 años, se unió a la selección nacional femenina de su país, en la que permaneció hasta 2019. Durante esos cinco años, su promedio de carreras limpias permitidas fue de 1,35.
En el año de su debut, conquistó la medalla de plata en la Copa Mundial de Béisbol Femenino de Japón. Un año después, se proclamó campeona panamericana en los Juegos de Toronto, Canadá.
En 2016, los Sonoma Stompers, un equipo de la liga independiente de béisbol Asociación del Pacífico, firmó a Whitmore y a Stacy Piagno, quienes se convirtieron en las primeras mujeres en el béisbol profesional desde los años 50 del siglo pasado.
A esa parte de la historia llegaremos, pero antes es importante decir que, de concretarse, la firma de un contrato de Ligas Menores por Whitmore en el mejor béisbol del mundo podría propiciar un cuestionamiento al deporte universitario estadounidense. A ese nivel, existe una regla que reserva el béisbol para los hombres y deja el softbol como opción para las mujeres.
La joven entró a la Universidad Estatal de California con una beca para jugar la llamada, literalmente, “bola blanda”. En la temporada de 2021 ―la de 2020 se canceló debido a la pandemia de COVID-19― bateó para .395, con un promedio de llegada a las bases de .507 y un slugging de .824. Fue nombrada Sofbolista del Año de la Gran Conferencia del Oeste.
Hace poco más de un mes, el ex-lanzador cubano de Grandes Ligas Edilberto (Eddie) Oropesa, me decía que el béisbol es un deporte difícil, de mucha inteligencia ―sobre todo desde el montículo―, el único en el que “un viejo” como él (54 años) podía aspirar a dominar a bateadores jóvenes. Lo hizo. Dominó a los cuatro bateadores que enfrentó. A dos de ellos por la vía del ponche, en los dos partidos de exhibición del equipo conformado por la Federación Profesional Cubana de Béisbol (FEPCUBE).
Por eso, estaba convencido de que, “en un futuro”, alguna mujer podría competir al más alto nivel. “La mujer algún día va a competir en MLB. Quizás luce una locura, pero es mi opinión”, me dijo entonces.
Kelsie Whitmore está a punto de demostrar que Oropesa no está tan loco. De hecho, varias mujeres ya lo hicieron. La californiana, que ya ha hecho historia y va por más, sirve de pretexto para rescatarlas del olvido.
Jackie Mitchell
¿Sabía usted que una adolescente ponchó a dos bateadores que aparecen entre los mejores de todos los tiempos del béisbol de Grandes Ligas?
Lou Gehrig y George Herman “Babe” Ruth, conocido como Babe Ruth, son los dos bateadores, cuyos nombres aparecen en el Salón de la Fama del Béisbol de EEUU. La adolescente se llamaba Jackie Mitchell y tenía 17 años.
En marzo de 1930, mientras jugaba con las Engelettes, un equipo de mujeres, llamó la atención del presidente y dueño de los Chattanooga Lookouts, Joe Engel. Engel era conocido por usar golpes de efecto publicitario para atraer público al estadio durante la Gran Depresión y vio una oportunidad en Mitchell.
El 1 de abril, los Chattanooga Lookouts enfrentaron a los Yankees de Nueva York en un juego de exhibición. Mitchell fue llamada a la lomita y enfrentó, consecutivamente, a Gehrig y a Ruth. Ponchó a ambos y provocó una ovación.
Días antes, Gehrig había dicho que las mujeres nunca jugarían bien al béisbol, porque eran “demasiado delicadas” y que jugar todos los días “las mataría”. Solo unos días después de la hazaña de Jackie Mitchell, el comisionado Kenesaw Mountain Landis invalidó su contrato y dijo que las mujeres no estaban aptas para el béisbol.
Aunque jugó en otro equipo profesional masculino, Mitchell se retiró a los 23 años, furiosa porque no se le tomaba en serio como pelotera y se le veía como un mero espectáculo publicitario. Mitchell fue la última ―y la única de la que se tiene noticias― mujer que jugó béisbol entre hombres en la década de 1930.
Selecciones femeninas de béisbol
Los equipos femeninos habían aparecido en la década de 1890 y se denominaban Bloomers Girls. Tenían hasta tres jugadores varones, que por lo general eran el receptor, el torpedero y el jardinero central.
El auge de las selecciones femeninas llegó cinco décadas después y estuvo ligado a uno de los sucesos más significativos de la pasada centuria: la Segunda Guerra Mundial. Muchos peloteros se alistaron en el Ejército de Estados Unidos y los propietarios de los equipos empezaron a ver un salidero en sus bolsillos. Fue entonces que vieron en las mujeres una alternativa para mantener sus ganancias y crearon una liga exclusivamente para ellas.
En 1943 nació oficialmente Estados Unidos la Liga Profesional Americana de Béisbol para Mujeres en Estados Unidos. ¿Recuerda usted la película A League of Their Own (traducida al español como Una liga muy singular) y protagonizada por Gena Davis, Tom Hanks y Madonna? Cuenta precisamente este momento.
Fue Philip Wrigley, propietario de los Cachorros de Chicago, quien inició esta liga al darse cuenta de que había mucho talento del que sacar provecho en las mujeres de Estados Unidos y Canadá. Entre los directores de los ocho equipos había peloteros famosos como Davey Bancroft, Max Carey y Jimmie Foxx, lo que ayudaba a atraer a los estadios a más amantes de este deporte.
La idea funcionó. Los estadios volvieron a llenarse y con ellos los bolsillos de los dueños de equipos. Cierto es que muchos aficionados obviaban los guantes, los bates y las trayectorias de las pelotas para concentrarse en los cuerpos de las jugadoras. Pero estas no tardaron en hacer gala de un talento que merecía, como mínimo, respeto.
Por suerte para la humanidad, la guerra terminó y terminó con la derrota de Adolf Hitler. Lo que se consideraba la normalidad regresó y el béisbol volvió a ser cosa de hombres, aunque la liga femenina no se extinguió del todo… enseguida.
Los dueños de equipos que habían “descubierto” el potencial de las mujeres cuando no había hombres, las desecharon cuando estos regresaron. Dejaron de apoyar la liga y esta desapareció definitivamente en 1954.
Pero las mujeres no renunciaron a jugar béisbol. Lo hacían mucho antes de que la Segunda Guerra Mundial abriera un hueco en los bolsillos de los empresarios y un espacio para ellas en el terreno, y volvieron a hacerlo después, en equipos de hombres.
Mamie Johnson, Connie Morgan y Toni Stone
Pero si Jackie Mitchell sufrió discriminación por ser mujer, Mamie Johnson, Connie Morgan y Toni Stone la sufrieron por ser mujeres… negras. Perdón. Olvidé decirles que en esa liga femenina, creada durante la Segunda Guerra Mundial, había segregación racial, aunque no de manera oficial.
Estas tres mujeres militaron en los Indianapolis Clowns de la Liga Negra Americana de Béisbol, en la que podían jugar los peloteros negros, excluidos de las Grandes Ligas hasta que Jackie Robinson rompió la barrera del color.
En esta liga, sus rivales y sus compañeros de equipo solo las discriminaban por pertenecer al sexo supuestamente débil y a menudo les decían que se fueran a casa a hornear bizcochos para sus maridos.
Fueron contratadas con el objetivo de que la presencia femenina en el equipo ayudara a vender entradas, ya que el interés en la Liga Negra estaba decayendo. Pero demostraron que podían aportar mucho más en el campo de juego.
Mamie Johnson jugó de 1953 a 1955. Ganó 33 desafíos y perdió ocho. Al bate, su promedio osciló entre .262 y .284.
No hay estadísticas sobre Connie Morgan, pero Wikipedia cuenta que el día de su debut ―cubría la segunda base― hizo una atrapada sensacional y le lanzó la bola al torpedero Bill Holder para comenzar una jugada relampagueante de doble play.
Tony Stone intervino en 50 juegos durante su temporada con los Clowns y dejó un promedio de bateo de .243. La Asociación de Peloteros de la Liga Negra Americana de Béisbol la describe como “una de las mejores jugadoras de las que hayas oído”.
Para que se tenga idea de lo que les ha costado a las mujeres tener su lugar en este deporte, baste decir que la Copa Mundial de Béisbol Femenino no nació hasta 2004. Antes, el único torneo femenino era la Serie Mundial de la Mujer en la que participaban tres o cuatro países: Australia, Canadá, Japón y, en ocasiones, Estados Unidos.
Tuvieron que pasar 11 años desde el surgimiento de la Copa Mundial de Béisbol Femenino para que se incluyera un torneo de mujeres en los Juegos Panamericanos. La edición de Toronto 2015 marcó la inclusión del béisbol femenino en el evento multideportivo más importante de la región.
No podemos despedirnos sin mencionar a otras mujeres que han dejado una huella importante en este deporte, que aún se considera de hombres.
Genevieve Beacom (Primera mujer en jugar béisbol profesional en la Liga Australiana).
Rachel Balkovec (Primera mujer manager en el sistema de Grandes Ligas).
Kim NG (Primera mujer con el cargo de gerente general en un equipo de Grandes Ligas).
Alyssa Nakken (Primera mujer coach de tiempo completo con un equipo de béisbol en Grandes Ligas).
Justine Siegal (Primera mujer en unirse como coach al sistema de Grandes Ligas).
Karla Espinoza (Primera mujer mexicana scout para un equipo de Grandes Ligas).
Jessica Mendoza (Primera mujer analista en una transmisión de Serie Mundial).
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