Glosario Feminista Vivo ⎸ ¿Qué es el “dumping amoroso”?

“Las dinámicas estructurales de las relaciones heterosexuales pueden llevar a las mujeres a reducir sus expectativas y necesidades para no amenazar a sus parejas masculinas.”

En el complejo escenario de las relaciones amorosas, se teje una trama conocida como dumping amoroso. Este término fue acuñado por la escritora y ensayista franco-suiza Mona Chollet en su obra más reciente Reinventar el amor (2022). Y se refiere a la práctica de vender el amor por debajo de su valor real, emulando así el concepto de dumping en el ámbito comercial. Sin embargo, en este contexto, la rebaja no se traduce en un beneficio a largo plazo, sino en un perjuicio silencioso que las mujeres se imponen a sí mismas.

En el ámbito comercial, el dumping es una estrategia que consiste en vender un producto por debajo de su precio normal. Esto se hace, normalmente, con el fin de ofrecer algo que la competencia no pueda igualar y, entonces, ir haciéndose con el mercado. En Reinventar el amor, Chollet acude al término para aludir a la autocensura que practican algunas mujeres en función de no poner en peligro sus relaciones con los hombres.

En su libro, Chollet examina cómo las dinámicas estructurales de las relaciones heterosexuales pueden llevar a las mujeres a reducir sus expectativas y necesidades para no amenazar a sus parejas masculinas. Este fenómeno, según la autora, impulsa a muchas mujeres a disminuir sus demandas de reciprocidad en diversos aspectos, desde la atención y la empatía hasta el compromiso personal y el reparto de tareas. Aunque esta estrategia puede proporcionar una ventaja momentánea a nivel individual, Chollet advierte que sus repercusiones a largo plazo son perjudiciales y apuntan a debilitar a las mujeres heterosexuales en su conjunto.

Siguiendo la línea de otras autoras contemporáneas como la socióloga y escritora franco-iraní Eva Illouz, a quien se le ha llamado “analista del mercantilismo de los afectos” y la prestigiosa historietista sueca Liv Strömquist, que tiene una ardua labor como feminista, Chollet sitúa el amor y las relaciones íntimas como campos de batalla fundamentales en la lucha por el poder de género en la sociedad actual. La socialización diferenciada de hombres y mujeres contribuye a reproducir desigualdades de manera inadvertida en estas relaciones, donde las mujeres a menudo se encuentran en una posición de desventaja.

Cuestión de expectativas

Desde una perspectiva psicológica, el fenómeno del dumping amoroso revela una disposición por parte de las mujeres a ceder más fácilmente que sus contrapartes masculinas. El miedo a ocupar un espacio que no se percibe como propio y la presión social para cumplir con los estándares tradicionales de pareja, madre e hija, llevan a las mujeres a renunciar a sus demandas de reciprocidad. La idea de ser percibidas como exigentes, en un contexto donde se les ha enseñado a abrazar la conformidad, la paciencia, la comprensión, la responsabilidad y la pasividad, influye en esta dinámica.

Es evidente que las cualidades atribuidas habitualmente a las mujeres desempeñan un papel clave en la perpetuación de esta entrega desigual en las relaciones heterosexuales. Mientras que las expectativas sociales para los hombres se centran en el éxito profesional y el desarrollo de la individualidad, las mujeres aún enfrentan presiones arraigadas en la formación de una familia y en la rendición emocional. Aunque estos ideales puedan parecer anticuados, lamentablemente, continúan vigentes en la sociedad contemporánea.

Que no me tilden de intensa

La etiqueta de “exigente”, “demandante” o “desesperada” se convierte en un estigma que las mujeres enfrentan cuando se atreven a expresar sus necesidades o demandas en una relación. Este fenómeno está arraigado en un sesgo sexista que perpetúa la idea de que las mujeres son más emocionales por naturaleza y, por lo tanto, deben ser controladas por los hombres. El dilema surge cuando las mujeres, conscientes de estas expectativas, se ven obligadas a reducir sus exigencias y necesidades para no ser percibidas como “intensas” o “demandantes”.

Al respecto, Chollet señala que, en muchos casos, las mujeres enfrentan un conflicto entre adherirse a los mandatos sociales tradicionales o rebelarse contra ellos. Cada opción conlleva sus propios sufrimientos. El empoderamiento y la autosuficiencia, en lugar de liberar a las mujeres, a veces se convierte en una nueva demanda social que también debe cumplirse, y esto exacerba el dilema.

La narrativa alrededor del término “intensa” se convierte en una herramienta para hacer sentir mal a las mujeres que muestran interés, afecto o simplemente expresan sus emociones de manera abierta. Este constructo social limita la libertad de las mujeres para pedir, señalar, enojarse o mostrar emociones genuinas sin temor a ser juzgadas o rechazadas.

Al respecto, la periodista norteamericana Rebecca Traister menciona que:

El miedo a quedar como intensa tiene consecuencias significativas. El reforzamiento negativo asociado con la intensidad lleva a muchas mujeres a conformarse con la situación existente, incluso si no satisface plenamente sus necesidades. Chollet argumenta que, dada la educación emocional diferenciada, es casi inevitable que muchas mujeres heterosexuales se encuentren con un exceso de amor entre manos. Pero destaca la importancia de reflexionar sobre cómo manejarlo. Obtener independencia no implica prescindir de relaciones. Implica encontrar el equilibrio adecuado y restablecer el orden interno sin renunciar a una vida afectiva y sexual plena.

¿Qué podemos hacer?

Chollet aboga por superar las dinámicas de dumping amoroso y buscar la independencia emocional como una forma de construir relaciones más auténticas y equitativas. Reconoce que el amor siempre conlleva riesgos, pero el reconocimiento y el desafío de los patrones desiguales en las relaciones pueden allanar el camino hacia conexiones más significativas y satisfactorias.

En este complejo panorama emocional, la obra de Chollet incita a cuestionar las normas establecidas y a buscar relaciones basadas en la reciprocidad y el respeto mutuo. Liberarse de las etiquetas y expectativas que limitan la expresión auténtica de las emociones y necesidades en el amor, puede ser un camino largo, pero habría que empezar a andarlo ya.

Reconocer y desafiar estas dinámicas es esencial para avanzar hacia relaciones más equitativas. La reciprocidad y el respeto mutuo deben ser la base de una conexión genuina y sana. La reflexión crítica sobre estas prácticas puede marcar el inicio de un cambio significativo en la forma en que entendemos y experimentamos el amor en el siglo XXI.