Lista │ 15 mujeres referentes que marcaron el 2025

Mujeres, colectivos y proyectos que incidieron en la vida pública con impacto en derechos, política, ciencia, cultura y emprendimientos.

| Mundo | 30/12/2025

En un contexto global marcado por el avance de discursos autoritarios, el recrudecimiento de conflictos armados, la crisis climática y el retroceso de derechos, las mujeres continúan sosteniendo agendas políticas, científicas, culturales y comunitarias que impactan de manera concreta en la vida de millones de personas. Desde Alas Tensas, reconocemos en 2025 a un grupo diverso de mujeres cuyas trayectorias dialogan con las luchas feministas, antirracistas, decoloniales y por los derechos humanos.

Este listado no pretende ser exhaustivo ni jerárquico. Es una cartografía situada de referentes que, desde distintos territorios y campos de acción, contribuyeron durante 2025 a ampliar derechos, visibilizar violencias estructurales y disputar narrativas dominantes.

1. Candelaria Navas Turcios

Nacida en 1943 en Santa María, Usulután, El Salvador, es una destacada socióloga, docente, investigadora y feminista salvadoreña. Con una trayectoria de más de cuatro décadas, ha combinado la enseñanza universitaria con la producción de conocimiento crítico, centrado en la historia de las mujeres, el feminismo político y los derechos humanos en El Salvador y Centroamérica.

Su trabajo visibiliza la participación de las mujeres en procesos políticos y sociales, especialmente durante la posguerra y las transiciones democráticas. Entre sus aportes clave destacan publicaciones como Movimiento de Mujeres en El Salvador: desde su invisibilidad histórica hasta la incorporación de la perspectiva de género y Sufragismo y Feminismo: visibilizando el protagonismo de las mujeres salvadoreñas, que han sido fundamentales para programas de estudios de género en universidades de la región. Navas ha impulsado la perspectiva de género en la educación formal y en procesos de memoria histórica, conectando el análisis académico con las experiencias de mujeres rurales y urbanas.

En 2025, su labor fue reconocida con el Premio Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales, otorgado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Este galardón, entregado en junio durante la 10.ª Conferencia en Bogotá, Colombia, honra su contribución al pensamiento crítico feminista, su compromiso con la justicia social y su rol pionero en la teoría feminista desde Centroamérica. El premio resalta la relevancia de las intelectuales feministas salvadoreñas en la producción científica latinoamericana, posicionando a Navas como una de las figuras más influyentes en el feminismo académico regional.

2. María Corina Machado

Ingeniera industrial nacida el 7 de octubre de 1967 en Caracas, Venezuela, con formación en finanzas, y una de las líderes más prominentes de la oposición democrática venezolana. Desde inicios de los años 2000, se destacó por fundar en 2002 la organización civil Súmate, enfocada en promover la participación electoral y la transparencia. Su trayectoria combina la defensa de derechos civiles, la crítica al autoritarismo chavista y madurista, y propuestas de libertad económica y fortalecimiento institucional.

En 2025, pese a la inhabilitación que le impidió candidatearse en las presidenciales de 2024, Machado mantuvo su liderazgo desde la clandestinidad tras más de un año en ocultamiento por amenazas y represión estatal. Su liderazgo fue central para mantener activa la oposición frente al gobierno de Nicolás Maduro y catalizar denuncias nacionales e internacionales sobre violaciones de derechos humanos y falta de legitimidad en los procesos electorales.

El punto culminante de este año fue el Premio Nobel de la Paz 2025, otorgado por el Comité Noruego del Nobel en octubre “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. Se convirtió en la vigésima mujer en recibirlo desde 1901. Aunque su hija Ana Corina Sosa lo aceptó en su nombre el 10 de diciembre en Oslo (debido a un viaje riesgoso por mar y apoyo estadounidense que la sacó del país), Machado llegó horas después, reapareciendo públicamente tras 16 meses en la sombra.

El galardón resalta su resistencia pacífica y su rol unificador en un contexto de represión extrema, detenciones arbitrarias y autoritarismo. A fines de 2025, Machado anunció su inminente regreso a Venezuela para iniciar la “fase definitiva” de la lucha democrática, afirmando que la transición es irreversible pese a la precariedad y amenazas persistentes.

3. María Lorena Ramírez Hernández

Nacida el 1 de enero de 1995 en Guachochi, Chihuahua, México es una ultramaratonista rarámuri, perteneciente al pueblo indígena conocido como “los pies ligeros” por su tradición ancestral de correr largas distancias en terrenos montañosos. Compite con vestimenta tradicional (falda amplia y blusa colorida) y huaraches artesanales, sin equipo deportivo de alta tecnología, fusionando deporte y herencia cultural.

En 2025, destacó internacionalmente al completar el Ultramaratón Hong Kong 100 (17 de enero de 2025), una exigente prueba de trail running de 100 km con subidas pronunciadas, terrenos arenosos y clima húmedo. A pesar de lesiones en los pies por fricción y agotamiento extremo —llegando a usar bastones en tramos finales—, cruzó la meta en 26 horas, 2 minutos y 12 segundos, ocupando la posición 328 en la categoría femenil entre más de 2.000 participantes. Su llegada fue ovacionada, simbolizando resistencia y determinación.

Como embajadora de México Imparable —iniciativa gubernamental lanzada en agosto para promover deporte, turismo e inclusión indígena mediante carreras en varios estados—, impulsó la visibilidad de los pueblos originarios. En noviembre, recibió el Premio Nacional del Deporte 2025 (entregado en ceremonia por la presidenta Claudia Sheinbaum), en la categoría de trayectoria destacada, convirtiéndose en la primera atleta indígena en obtenerlo en sus 50 años de historia. Este galardón reconoce su impacto en reconfigurar percepciones sobre el rendimiento atlético ligado a identidades culturales, inspirando a jóvenes de comunidades originarias a afirmar sus raíces en escenarios globales y combatir desigualdades.

Su trayectoria, documentada en el filme Lorena, la de pies ligeros (Netflix), refuerza el orgullo rarámuri y la autodeterminación indígena en el deporte contemporáneo.

4. Sanae Takaichi

Política conservadora del Partido Liberal Democrático (PLD), que ha dominado la política japonesa de posguerra. Nacida el 7 de marzo de 1961 en Yamatokōriyama, prefectura de Nara, Japón, con una trayectoria de más de tres décadas, ha ocupado cargos clave como ministra de Asuntos Internos y Comunicaciones (2014-2017 y 2019-2020) y ministra de Seguridad Económica (2022-2024). Miembro del ultraconservador Nippon Kaigi, defiende posturas nacionalistas, revisionistas sobre la historia de la Segunda Guerra Mundial y visitas al santuario Yasukuni, además de admirar a Margaret Thatcher como modelo.

En octubre de 2025, Sanae Takaichi marcó un hito histórico al convertirse en la primera mujer en ser elegida primera ministra de Japón, tras ser designada presidenta del PLD el 4 de octubre de 2025 y luego ratificada por la Dieta (parlamento) el 21 de octubre para ocupar la jefatura del Ejecutivo. Esta designación tuvo lugar después de que su partido superara una crisis interna marcada por derrotas electorales y fracturas en su base parlamentaria, y Takaichi fue elegida con el apoyo de una coalición entre el PLD y otros partidos minoritarios, lo que consolidó su mayoría en ambas cámaras legislativas.

La confirmación de su gobierno —el Gabinete Takaichi— fue relevante no solo por ser el primero liderado por una mujer en Japón, sino también por reflejar la persistente hegemonía del PLD en la política nacional, incluso en un momento de cuestionamientos sobre su liderazgo tradicional. Su gabinete incluyó figuras clave del PLD en puestos estratégicos, aunque solo una minoría de los ministerios fueron ocupados por mujeres.

Aunque su nombramiento rompe barreras de género en un país con baja representación de mujeres (puesto 118 en el Índice de Brecha de Género 2025), su gabinete con minoría de mujeres y posiciones conservadoras han generado críticas: ¿avance real o excepción en un sistema patriarcal?

5. Séfora Vargas Martín

Abogada, mediadora cultural, escritora y activista gitana, pionera en su comunidad. Nacida el 17 de marzo de 1980 en Sevilla (España), es Licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla y una de las primeras mujeres gitanas en obtener este título en el país ibérico, rompiendo barreras educativas y culturales para generaciones posteriores de romaníes. Especializada en derecho penal, delitos de odio, discriminación, racismo y derechos humanos, fundó y preside la Asociación APROIDEG, dedicada al progreso del pueblo gitano, con énfasis en la defensa de mujeres, vendedores ambulantes y lucha contra el antigitanismo (racismo estructural hacia gitanos).

En 2025, su trayectoria fue reconocida con la Medalla de la Ciudad de Sevilla (entregada el 30 de mayo por el Día de San Fernando), por su labor solidaria y lucha por la igualdad, especialmente de las mujeres gitanas. Este galardón, una de las máximas distinciones civiles locales, destaca su contribución a visibilizar la discriminación múltiple (género, etnia y clase) y a tender puentes entre comunidades e instituciones.

Su activismo impulsó avances clave: el nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género (aprobado en febrero de 2025 por el Congreso) incorporó por primera vez medidas específicas para mujeres gitanas, reconociendo su vulnerabilidad interseccional y promoviendo formación especializada para profesionales. Vargas participó en conferencias y debates sobre feminismo inclusivo, enfatizando perspectivas culturalmente sensibles.

Autora de obras como El precio de la libertad (2021) y exposiciones artísticas como “El despertar de las mujeres” (iniciada en 2024 y con impacto en 2025), combina litigio, pedagogía y política pública para desmantelar prejuicios y ampliar derechos. Su liderazgo en 2025 refuerza la inclusión de voces gitanas en el feminismo español y europeo, promoviendo igualdad sin renunciar a la identidad cultural.

6. Fatou Baldeh

Activista por los derechos de las mujeres, nacida en diciembre de 1983 en Gambia, superviviente de mutilación genital femenina (MGF) a los siete años, y fundadora y directora ejecutiva de Women in Liberation & Leadership (WILL) desde 2018. Con títulos en Psicología y Salud (University of Wolverhampton) y Máster en Salud Sexual y Reproductiva (Queen Margaret University, Edimburgo), combina su experiencia personal con incidencia global para erradicar la MGF —práctica que afecta al 75% de las mujeres y niñas gambianas pese a su prohibición en 2015— y combatir la violencia de género.

En 2025, Baldeh se consolidó como una de las voces más influyentes en África y el mundo. En febrero, fue honrada como una de las “Mujeres del Año” (Women of the Year) por la revista TIME, participando en la gala en Los Ángeles con un emotivo discurso sobre normas de género y resiliencia, recibiendo ovación por dedicar su reconocimiento a las mujeres y niñas que sufren dolor inimaginable. Posteriormente, en abril, ingresó a la prestigiosa lista TIME100 (categoría Íconos), destacando su rol clave en bloquear en 2024 un intento parlamentario de revertir la prohibición de la MGF, lo que abrió diálogos globales y evitó retrocesos regionales.

En el plano comunitario y legal, su activismo incluyó comunicados y exigencias públicas ante autoridades policiales y judiciales luego de casos de mutilación reciente que terminaron en muerte de niñas, reclamando investigación y rendición de cuentas judiciales para quienes facilitan o permiten estas prácticas.

Sus reconocimientos amplifican la urgencia de erradicar la MGF mediante educación, alianzas y cambio normativo, transformando traumas personales en estrategias globales de justicia de género.

7. MacKenzie Scott

Nacida en San Francisco el 28 de abril de 1970, MacKenzie Scott es una escritora y filántropa estadounidense, reconocida por su innovador modelo de donaciones masivas sin restricciones (trust-based philanthropy). Tras graduarse en inglés en Princeton y su divorcio de Jeff Bezos en 2019, recibió acciones de Amazon que le permitieron iniciar una trayectoria filantrópica independiente a través de Yield Giving.

En 2025, Scott alcanzó un récord al donar aproximadamente 7.200 millones de dólares a unas 225 organizaciones sin fines de lucro, elevando su total desde 2019 a más de 26.000 millones. Este volumen anual, el mayor hasta la fecha, se caracteriza por regalos no condicionados que permiten a los beneficiarios priorizar sus necesidades locales, contrastando con modelos tradicionales burocráticos.

Sus focos principales incluyeron la educación superior, con énfasis en instituciones subfinanciadas. Otras áreas abarcaron proyectos climáticos, apoyo a comunidades indígenas y rurales.

En declaraciones publicadas en su sitio web (Yield Giving), Scott ha enfatizado que las cifras monetarias son “una fracción mínima del significado de los actos de cuidado que estas donaciones representan”, subrayando la prioridad de acompañar a comunidades locales con recursos directos.

8. A’ja Wilson

A’ja Wilson (Columbia, Carolina del Sur, 8 de agosto de 1996) es una jugadora profesional de baloncesto estadounidense, estrella de las Las Vegas Aces en la WNBA, reconocida por su dominio en la cancha y su activismo social. Tras brillar en la University of South Carolina (Naismith Player of the Year 2018), fue seleccionada primera overall en el draft de 2018.

En 2025, Wilson vivió una temporada histórica: ganó su cuarto MVP de la WNBA (récord absoluto), el título de máxima anotadora por segundo año consecutivo, co-Defensive Player of the Year (tercero en su carrera) y lideró a las Aces a su tercer campeonato en cuatro años, barrida 4-0 a Phoenix Mercury, obteniendo su segundo Finals MVP. Fue la primera jugadora (WNBA o NBA) en lograr en una misma temporada: título, scoring title, MVP, DPOY y Finals MVP.

Fuera de la cancha, Wilson promueve la equidad racial y de género, la salud mental y el empoderamiento de jóvenes, a través de su A’ja Wilson Foundation (contra el bullying y en apoyo a las personas disléxicas) y como embajadora global de Jr. WNBA. Su impacto la llevó a ser nombrada Athlete of the Year 2025 por TIME y AP Female Athlete of the Year.

Su legado combina una excelencia deportiva inédita con el compromiso social, consolidándola como una de las mayores figuras del baloncesto femenino y un referente para nuevas generaciones.

9. Kirsty Leigh Coventry Seward

Nacida en Harare, Zimbabue, el 16 de septiembre de 1983, Seward es una exnadadora olímpica, política y administradora deportiva, reconocida como la atleta africana más laureada en la historia olímpica moderna con siete medallas (dos oros en 200m espalda en Atenas 2004 y Pekín 2008). Estudió Administración de Empresas en Auburn University (EE.UU.), donde brilló en natación NCAA. Compitió en cinco Juegos Olímpicos (2000-2016), dominando pruebas de espalda y medley individual. Tras retirarse, fue Ministra de Juventud, Deporte, Artes y Recreación de Zimbabue (2018-2025), impulsando políticas contra abusos y por acceso juvenil al deporte.

En 2025, marcó historia al ser elegida presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI) el 20 de marzo en la 144ª Sesión en Costa Navarino (Grecia), con 49 votos en primera ronda. Asumió el cargo el 23 de junio, sucediendo a Thomas Bach, convirtiéndose en la primera mujer, primera africana y la más joven en más de un siglo en liderar la institución. Sus prioridades incluyen diversidad, inclusión, equidad de género, sostenibilidad e innovación, promoviendo mayor representación de mujeres y regiones subrepresentadas (África, Asia, América Latina). Su liderazgo enfrenta desafíos como geopolítica, inclusión trans y acceso global al deporte de élite.

10. Narges Mohammadi

Narges Mohammadi (Zanján, Irán, 1972) es ingeniera física, periodista y destacada defensora de los derechos humanos, enfocada en los derechos de las mujeres, la libertad de expresión y la abolición de la pena de muerte en Irán. Su activismo la ha convertido en una voz clave contra la represión estatal, con más de una década de detenciones intermitentes.

En 2023, recibió el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra la opresión de las mujeres y por promover derechos humanos y libertad, en el contexto del movimiento “Woman, Life, Freedom” tras la muerte de Mahsa Amini. Encarcelada, sus hijos recogieron el premio en Oslo. En 2025, pese a problemas de salud (cardíacos y otros), continuó denunciando ejecuciones, condiciones carcelarias y leyes discriminatorias como el hiyab obligatorio. Estaba en libertad médica temporal desde diciembre 2024.

El 12 de diciembre de 2025, fue detenida violentamente en Mashhad durante un memorial por el abogado de derechos humanos Khosrow Alikordi (muerto en circunstancias sospechosas). Golpeada, requirió atención hospitalaria dos veces. Organizaciones como HRW, Amnistía Internacional y el Comité Nobel condenaron el arresto y exigieron su liberación inmediata. Su resistencia simboliza la disidencia iraní, destacando la represión contra activistas en regímenes autoritarios.

11. Jennifer Anne Doudna

Es una bioquímica estadounidense nacida en Washington D.C. el 19 de febrero de 1964. Pionera en la tecnología CRISPR-Cas9 para edición genética, que revolucionó la biología molecular, medicina y biotecnología. Formada en Pomona College y con Ph.D. de Harvard, su trabajo en RNA y edición genómica le valió el Premio Nobel de Química 2020 junto a Emmanuelle Charpentier.

En 2025, Doudna recibió la National Medal of Technology and Innovation por sus contribuciones a CRISPR. Fundadora del Innovative Genomics Institute (IGI), avanzó en terapias genéticas: ensayos clínicos para anemia falciforme (con aprobaciones como Casgevy), distrofias musculares y enfermedades raras, incluyendo tratamientos personalizados en recién nacidos y colaboraciones para escalar curas CRISPR.

Promovió la bioética global, participando en debates sobre edición germinal y regulación ética, enfatizando equidad y cooperación internacional. Su liderazgo ético combina innovación con responsabilidad social, inspirando mujeres en STEM y estableciendo estándares para aplicaciones justas de la edición genética en salud humana, agricultura y clima.

12. Yohania de Armas Gandaria

Yohania de Armas Gandaria (La Habana, Cuba, 1987) es una abogada y emprendedora radicada en Madrid, España. Graduada cum laude en Derecho por la Universidad de La Habana, donde ejerció como directora jurídica y profesora, amplió su formación con el Programa de Jóvenes Líderes Iberoamericanos de la Fundación Carolina. En 2011, fundó Conecta Iberoamérica, una plataforma que conecta talento joven de alta cualificación de América Latina, España y Portugal con oportunidades profesionales, becas y proyectos de impacto social y empresarial. En 2025, la red supera los 70.000 miembros de más de 22 países, con más de 1.300 activos, promoviendo programas como Campus Becas y consultorías para instituciones públicas y privadas.

En 2025, recibió el Premio al Emprendimiento (categoría emprendimiento femenino) de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) de España, destacando su labor en redes colaborativas transnacionales y enfoque en diversidad, género e inclusión migrante. Previamente reconocida en la Guía de Mujeres Líderes del Ecosistema Empresarial de España (2024) y en los 500 más influyentes de América Latina por Bloomberg Línea (2023), De Armas representa el liderazgo de la diáspora cubana, fomentando movilidad juvenil, innovación y alianzas intersectoriales para el desarrollo sostenible iberoamericano.

13. Mujeres cubanas reprimidas por desafiar al régimen en 2025

En 2025, la represión política en Cuba continuó ejerciéndose de manera sistemática contra mujeres que participan en la disidencia, el pensamiento crítico, el activismo académico y la defensa de derechos humanos. Este contexto se caracteriza por el uso de violencia institucional con sesgo de género, orientada a silenciar voces incómodas y restringir la participación ciudadana. Organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, han documentado prácticas recurrentes que incluyen detenciones arbitrarias, vigilancia ilícita, criminalización injusta, hostigamiento y otras formas de coerción estatal, las cuales no solo afectan a las mujeres directamente implicadas, sino también a sus entornos familiares y redes sociales.

Durante 2025, Alas Tensas y su Observatorio de Género (OGAT) han documentado cómo estas violencias afectan de manera diferenciada a mujeres activistas, periodistas, académicas y lideresas sociales. Entre enero y mayo, el Observatorio documentó detenciones arbitrarias y hostigamiento sistemático, evidenciando que la represión opera como una herramienta estructural para interrumpir la acción cívica. Un ejemplo reiterado es el caso de Berta Soler Fernández, líder del movimiento Las Damas de Blanco, quien ha sido detenida de forma recurrente cada domingo como parte de operativos que incluyen vigilancia constante, amenazas y arrestos temporales destinados a impedir la protesta pacífica.

Asimismo, Alas Tensas ha destacado la continuidad represiva contra Alina Bárbara López Hernández y Jenny Victoria Pantoja Torres, académicas detenidas arbitrariamente en junio de 2024 cuyo proceso judicial se ha prolongado durante 2025. La Fiscalía de Matanzas solicitó penas de prisión por cargos como “desobediencia, desacato y atentado”, acusaciones que han sido denunciadas como mecanismos de criminalización del activismo pacífico y de la libertad de expresión.

La represión también se ha extendido a espacios digitales y expresiones juveniles, como en el caso de Anna Sofía Benítez Silvente, quien ha enfrentado presiones y amenazas por expresar públicamente críticas sobre la crisis social y económica del país. Estas prácticas confirman que el control estatal se ejerce tanto en el espacio físico como en el virtual.

El movimiento Las Damas de Blanco, históricamente reconocido por su protesta dominical por la libertad de presos políticos, continúa siendo objeto de hostigamiento y detenciones arbitrarias, particularmente contra su líder Berta Soler Fernández y otras integrantes, quienes enfrentan vigilancia constante, arrestos de corta duración y restricciones a su protesta pacífica. Estas prácticas evidencian que la represión en Cuba no se limita a procesos judiciales formales, sino que se ejerce de manera recurrente en el espacio público por parte de la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria.

Las experiencias de estas mujeres —activistas, académicas, lideresas y creadoras— muestran que la represión política en Cuba en 2025 no es un fenómeno aislado ni incidental, sino parte de estrategias estatales para silenciar críticas, desarticular redes organizativas y sostener estructuras de control social. Alas Tensas ha subrayado que estas violencias combinan violencia política y de género, afectando específicamente a mujeres que desafían el status quo, desafiando así la narrativa oficial sobre libertad de expresión y participación política en la isla.

14. Nuestras presas políticas

En 2025, pese a procesos parciales de excarcelación derivados de negociaciones mediadas por el Vaticano y otros actores internacionales, cientos de personas continúan privadas de libertad por motivos políticos en Cuba, entre ellas un número significativo de mujeres. Muchas fueron encarceladas por participar en protestas pacíficas o por ejercer su derecho a la expresión y la crítica pública en un contexto donde la disidencia sigue siendo criminalizada. Según Prisoners Defenders, en agosto de 2025 se registraban alrededor de 1.185 presos políticos, de los cuales al menos 122 eran mujeres procesadas o encarceladas por razones de conciencia o activismo, cifras que podrían estar subestimadas debido a la opacidad informativa estatal.

En enero de 2025, Alas Tensas y otras organizaciones impulsaron el comunicado “Acción colectiva por la liberación de las mujeres privadas de la libertad por razones políticas en Cuba”, en el que se subraya que muchas de estas mujeres fueron detenidas tras las protestas de julio de 2021 y movilizaciones posteriores, surgidas como respuesta a la crisis económica y a la vulneración de derechos fundamentales. El documento enfatiza que no se trata de delitos comunes, sino de acciones cívicas desde una cultura de paz, lo que refuerza la urgencia de abordar estos casos desde una perspectiva de derechos humanos.

Entre las mujeres cuya situación ha sido reconocida en 2025 se encuentran Sissi Abascal, Saylí Navarro, que permanecen en prisión a pesar de procesos de liberación anticipada; así como Aymara Nieto Muñoz, liberada bajo la condición de destierro forzado, una práctica que reduce la visibilidad internacional de la represión. Otros casos documentados incluyen el de Sulmira Martínez, encarcelada sin sentencia firme por publicaciones en redes sociales enfrentando la posibilidad de una larga pena de prisión por sus publicaciones; Ienelis Delgado Cué, arrestada de forma violenta en su hogar frente a familiares menores y vinculada a acciones de protesta y crítica pública contra el régimen; y Lizandra Góngora, presa política cuyo caso ha sido destacado en reportes del Observatorio de Alas Tensas por la falta de atención médica y el impacto de su encarcelamiento en su familia.

Esta situación ocurre en un contexto en el que, como señala el informe de Amnistía Internacional sobre la represión de mujeres defensoras, la represión contra mujeres defensoras de los derechos humanos —incluidas aquellas hoy encarceladas— ha desarrollado un patrón propio que la distingue entre las prácticas autoritarias sostenidas del régimen cubano, que combinan detenciones arbitrarias, vigilancia y criminalización injusta. Alas Tensas ha puesto especial énfasis en cómo esta realidad se intercepta con la violencia de género institucionalizada, produciendo impactos diferenciados sobre las mujeres y sus entornos. En 2025, la exigencia de liberación de las presas políticas constituye, simultáneamente, una lucha por la libertad de expresión, la igualdad de género y la justicia social en Cuba.

15. Las madres cubanas

En 2025, las madres cubanas siguen emergiendo como figuras centrales de la resistencia y la denuncia ante la violencia estatal, enfrentando no solo las condiciones estructurales de precariedad socioeconómica en la isla, sino también formas específicas de represión política y de género que impactan de manera directa en sus vidas y en las de sus familias. Alas Tensas y otras organizaciones feministas y de derechos humanos han insistido en que la violencia institucional contra mujeres defensoras y madres activas en la reivindicación de derechos civiles se caracteriza por amenazas, hostigamiento, detenciones arbitrarias y violencia psicológica, muchas veces vinculadas al rol de cuidado que estas mujeres ejercen sobre sus hijas e hijos.

Un ejemplo que ha tenido amplia visibilidad en 2025 es el de Yenisey Taboada Ortiz, madre de Duannis León Taboada, un joven preso político condenado a 14 años de cárcel por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021 (11J). En julio de 2025, Yenisey protagonizó una protesta frente al Combinado del Este en La Habana para exigir información sobre la salud de su hijo, quien se encontraba en huelga de hambre en reclamo de mejores condiciones carcelarias y por su liberación. Su acción de protesta fue documentada por medios independientes y organizaciones de derechos humanos, que resaltan el impacto emocional y psicológico del encarcelamiento prolongado de su hijo y la falta de acceso a información transparente sobre su estado de salud.

Aunque la prensa independiente de Cuba enfrenta restricciones severas, casos como el de Mayelin Carrasco Álvarez, una madre de familia que en marzo de 2025 protagonizó una protesta solitaria en Río Cauto, Granma, exigiendo soluciones a la falta de servicios básicos y luego fue detenida por agentes policiales, han sido recogidos en medios independientes y mencionados en redes sociales por organizaciones de derechos civiles.

Además, la documentación de Alas Tensas destaca que la criminalización de la protesta y la vigilancia a madres que apoyan a familiares presos políticos constituyen un efecto multiplicador de la violencia institucional, ya que no sólo se castiga el acto de protestar, sino también el contexto afectivo y familiar que motiva a estas mujeres a reclamar justicia, derechos básicos y libertad. En este sentido, la lucha de las madres cubanas en 2025 representa tanto una respuesta a la crisis del país como un acto de resistencia feminista y comunitaria, cuestionando tanto la violencia del Estado como la negación de derechos sociales y participativos en la vida pública.

Así, aunque la represión estatal sigue siendo un desafío constante, la visibilidad adquirida por madres que protestan y organizan redes de apoyo —a pesar de amenazas, detenciones breves y acoso judicial— indica que la maternidad en Cuba en 2025 se cruza con la resistencia política, y que estas mujeres han ampliado sus roles más allá de la esfera privada para convertirse en figuras clave dentro de las luchas colectivas por dignidad, justicia y derechos humanos.

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