Doble crimen en Baracoa revela una semana negra de violencia feminicida en Cuba

La maestra Yinet Labañino Acosta, de 40 años, fue asesinada en su hogar en Cabacú, Baracoa. El agresor también asesinó a la pareja de la víctima. El hecho se inscribe en una secuencia de tres feminicidios previos en solo ocho días.

Un feminicidio y un asesinato por motivos de género en Cabacú

El Observatorio de Género de la revista Alas Tensas (OGAT) y la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) confirmaron un nuevo feminicidio en Cuba: el de la maestra Yinet Labañino Acosta, de 40 años, asesinada el 8 de diciembre en su hogar en la localidad de Cabacú, municipio Baracoa, provincia de Guantánamo.

En el mismo hecho violento, el presunto agresor también asesinó a la pareja de Yinet, de 48 años, por motivos vinculados a machismo y misoginia. Por ello, además del feminicidio de Yinet, el caso se registra como un asesinato de hombre por motivos de género. Dos hijos menores de edad quedan huérfanos, mientras familiares, amistades, antiguos alumnos y alumnas de la maestra expresan su conmoción y duelo en redes sociales.

El perfil oficialista en Facebook “Guantánamo y su Verdad” confirmó el crimen e identificó al sospechoso como Justo Matos Castillo, señalando que el doble asesinato estaría motivado por “conflictos personales y pasionales” entre él y las víctimas. Esta formulación, frecuente en el discurso oficial, tiende a diluir la dimensión estructural de la violencia machista bajo etiquetas como “crimen pasional”, invisibilizando el componente de estructural que OGAT y YSTCC subrayan como central.

Cifras que hablan: 45 feminicidios y 2 asesinatos de hombres por motivos de género en 2025

Según el registro actualizado de OGAT y YSTCC hasta el 11 de diciembre de 2025, la situación es la siguiente:

• 45 feminicidios verificados.
• 2 asesinatos de hombres por motivos de género.
• 16 intentos de feminicidio documentados.
• 3 casos que necesitan acceso a la investigación policial para su esclarecimiento:
  • Hilda Puig Peña
  • Nieves Rosa Castrillo Núñez
  • Fredesvinda Zaida Pérez Poey

De forma paralela, los observatorios mantienen investigaciones abiertas sobre otros presuntos feminicidios y hechos de violencia extrema en Santiago de Cuba, Camagüey, Artemisa, Villa Clara y Granma, en un contexto marcado por la ausencia de estadísticas oficiales transparentes y desagregadas.

Una semana negra: tres feminicidios antes del crimen de Yinet

El feminicidio de Yinet Labañino no irrumpe en soledad. Se inscribe en una secuencia de cuatro crímenes mortales en apenas ocho días, que dibuja con claridad el mapa de la violencia feminicida en Cuba: agresores íntimos, hogares convertidos en escenarios de muerte, víctimas jóvenes y adultas, familias devastadas y una desprotección estructural que se repite caso tras caso.

Rosa Idania Ferrer Pérez: una enfermera asesinada tras años de violencia

El 30 de noviembre de 2025, la enfermera Rosa Idania (Rosy) Ferrer Pérez, de 46 años, fue asesinada a golpes dentro de su vivienda en el batey Elpidio Gómez, municipio Palmira, Cienfuegos. Su pareja, Arisbel Suárez, conocido como “Felipillo”, es el presunto feminicida y se encuentra detenido.

Rosa Idania trabajaba en el policlínico de su comunidad y era una mujer muy querida por pacientes, colegas y vecinos. Su prima hermana, Raquel Pérez, ofreció testimonio a Alas Tensas y denunció que el agresor tenía antecedentes de violencia familiar y comunitaria. En su relato, Raquel describió a Rosy como una madre dedicada —dejó dos hijas, una de ellas menor de edad—, una mujer llena de vida cuya muerte ha dejado a la familia y a la comunidad en estado de conmoción.

Los familiares exigen que Arisbel Suárez sea juzgado como feminicida y que se le aplique la pena máxima, subrayando que este crimen evidencia, una vez más, la falta de protección efectiva frente a agresores conocidos por su violencia.

Heidi García Orosco: una adolescente asesinada en uniforme escolar

El 5 de diciembre de 2025, alrededor de las dos de la tarde, la adolescente Heidi García Orosco, de 17 años, fue asesinada dentro de su domicilio en el asentamiento rural Finca Alcancía, municipio Jovellanos, provincia de Matanzas.

Heidi era estudiante del Instituto Preuniversitario Urbano Pedro Pablo Rivera Cué y, según testimonios recogidos por OGAT y YSTCC, fue atacada a puñaladas presuntamente por su novio, Naviel Núñez Ramos, mientras aún vestía el uniforme escolar. Tras el ataque, el presunto agresor huyó, pero horas después fue localizado por su propio padre, quien lo entregó a la Policía.

El feminicidio de Heidi encaja con precisión en los patrones documentados por el Informe Anual 2024: alta incidencia de feminicidios en el tramo de 15 a 30 años, crímenes cometidos por parejas o exparejas y ataques que tienen lugar dentro de la vivienda de la víctima, el lugar que debería ser el entorno más seguro.

Elianne Reyes Gómez: una joven madre asesinada en Madruga

El 7 de diciembre de 2025, dos días después del asesinato de Heidi, fue confirmada la muerte de Elianne Reyes Gómez, una joven de 26 años, presuntamente asesinada por su pareja dentro de su vivienda en el municipio Madruga, provincia de Mayabeque.

Elianne deja una hija pequeña, hoy bajo el cuidado de familiares. La información sobre su asesinato fue difundida inicialmente por medios de prensa, activistas y ciudadanía, y luego verificada con fuentes comunitarias por OGAT y YSTCC, como parte del monitoreo independiente ante la opacidad oficial.

Este caso reproduce el patrón ya repetido: feminicidio íntimo, en el hogar, perpetrado por la pareja, en un contexto donde no existen refugios ni protocolos públicos accesibles para mujeres que necesitan salir de relaciones violentas.

Un país sin ley integral de violencia de género ni protección suficiente

Los cuatro casos —Rosa Idania, Heidi, Elianne y Yinet— se producen en un país donde, pese a la inclusión de referencias a la violencia contra las mujeres en el Código Penal, no existe una ley integral de violencia de género, ni tipificación autónoma del feminicidio, ni una red pública de refugios, ni protocolos de protección accesibles para mujeres y niñas en riesgo.

Los observatorios independientes han insistido en que esta falta de estructura institucional deja a miles de mujeres expuestas a agresores conocidos —parejas, exparejas, vecinos, familiares— y facilita la impunidad, mientras las autoridades continúan sin publicar estadísticas completas, desagregadas y transparentes sobre feminicidios.

Lenguaje, revictimización y responsabilidad mediática

Desde OGAT y YSTCC se ha llamado a la ciudadanía y a los medios de prensa a revisar con cuidado los términos empleados al narrar estos crímenes, evitar expresiones que banalicen la violencia (“crimen pasional”, “conflicto sentimental”) y abstenerse de difundir detalles morbosos o culpabilizadores hacia las víctimas.

Regular el tono de los comentarios en redes, detener los discursos de odio y recordar que “las mujeres no somos propiedad de nadie” es parte de la responsabilidad colectiva para no añadir una nueva capa de dolor a las familias que ya cargan con la pérdida.

Denunciar no es delito

En un contexto donde el activismo feminista y los observatorios independientes han sido criminalizados, el trabajo de OGAT y YSTCC —basado en reportes ciudadanos, verificación comunitaria y monitoreo sistemático— se ha vuelto esencial para nombrar, registrar y visibilizar la violencia feminicida en Cuba.

Ambas iniciativas recuerdan que denunciar estos crímenes no es un delito, sino una forma de defender la vida y la dignidad de mujeres y niñas, y reiteran sus canales de contacto para reportar casos de violencia extrema de género.