El Observatorio de Libertad Académica documenta otros casos de violencia de género ejercida por el régimen cubano (Parte 2)
“El Estado y sus medios son capaces de criticar la violencia política contra las mujeres que puede ejercer cualquier Estado de la región mientras oculta la que ejerce en su país, de forma similar, contra sus propias mujeres."
Para la FMC, los casos de violencia de género se circunscriben al entorno intrafamiliar
La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) es una organización de masas fundada en 1960, y que agrupa a más de 4 millones de cubanas. Entre sus tareas, se encuentra la de velar por la plena igualdad de derechos para las féminas y el cumplimiento de los acuerdos que en esta materia ha adquirido el país a nivel internacional.
De acuerdo con los estatutos de la organización, la FMC funciona “como el mecanismo nacional para el adelanto de la mujer en Cuba, al representar los intereses de la inmensa mayoría de las mujeres del país. En tal sentido establece relaciones horizontales con los Organismos de la Administración Central del Estado, a los efectos de la promover, coordinar, dar seguimiento y evaluación a las políticas y programas sectoriales; así́ como contribuir a la concienciación y movilización que garantice la inserción de las mujeres en los mismos”.
“La organización ha avalado el actuar del Estado totalitario cubano, pasando por alto las constantes violaciones a los derechos de la mujer que bajo su amparo se cometen”.
Desde 1997, tiene carácter de Organización No Gubernamental (ONG) con Status Consultivo ante el Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A tan alto nivel, la organización ha avalado el actuar del Estado totalitario cubano, pasando por alto las constantes violaciones a los derechos de la mujer que bajo su amparo se cometen.
Palabras más o menos, esta ha sido la postura de la ONG de cara a los organismos internacionales por más de medio siglo, actuando como cómplices del régimen y manteniendo alejados a observadores independientes.
Para la FMC, los casos de violencia de género se circunscriben al entorno intrafamiliar, evitando reconocer al acoso que perpetra el Estado contra aquellas mujeres que disienten. Así, ha decidido no enterarse de casos como el de Exilda Arjona Palmer, licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior Pedagógico “José de la Luz y Caballero”, en la provincia de Holguín.
Exilda Arjona Palmer, expulsada de su puesto de directora en emisora radial
Educadora y directora de programas radiales para La voz del azúcar, emisora local del municipio “Urbano Noris”, su casa fue arbitrariamente requisada en junio de 2006 por agentes de la Seguridad del Estado. Dentro, ocuparon “documentación asociada a la revista independiente de arte y literatura Bifronte, la cual producía junto a su esposo, el escritor y activista cultural Luis Felipe Rojas, así como una impresora de la Diócesis de Holguín que por entonces apoyaba esa iniciativa cultural”, reseña el Observatorio de Libertad Académica.
“A partir del escarnio público a que Exilda fue sometida en su comunidad, durante seis años vivió junto a su familia prácticamente en un inxilio sosteniendo el mínimo contacto social posible”.
Iniciando la semana siguiente, Exilda fue expulsada de su puesto en la emisora. Habiendo sido conminada a integrar el claustro de la sede universitaria de su localidad y estando desempleada, decidió aceptar la propuesta. Para su sorpresa, la directora Juana Virgen Noris González le notificó su “falta de idoneidad” para ser profesora en la institución, por estar casada con un “contrarrevolucionario”.
“A partir del escarnio público a que Exilda fue sometida en su comunidad, durante seis años vivió junto a su familia prácticamente en un inxilio sosteniendo el mínimo contacto social posible”, señala OLA.
En su caso, resulta conveniente que una organización “barrial”, como se enorgullece de ser la FMC, no percibiera el aislamiento social al que se forzó a esta pedagoga y madre de familia. Como ha ocurrido con otras mujeres cuyas carreras profesionales han sido pisoteadas por el régimen, la organización calló.
Aimara Peña González fue expulsada del Instituto Superior Pedagógico
Tampoco se pronunció cuando la estudiante Aimara Peña González fue expulsada simultáneamente del Instituto Superior Pedagógico “Capitán Silverio Blanco Núñez” (ISP), donde estudiaba para convertirse en maestra de educación primaria; y de la escuela Sierra Maestra, en la comunidad espirituana de Las Tozas, donde ejercía la docencia.
El acercamiento de su esposo, y el propio, a activistas y organizaciones de derechos humanos, provocó la pugna de la SE por disolver al matrimonio. Fracasados en esa empresa, arremetieron contra la carrera de Peña González.
Finalmente, se materializó la expulsión de Peña González de su puesto de trabajo. Más tarde, y bajo la presión de su profesor guía, quien le pidió encarecidamente “no buscarle más problemas”, accedió a firmar la “baja voluntaria” de la universidad.
Sin embargo, su defenestración académica no fue suficiente para la fuerza represora, que incluso organizó actos de repudio en su vivienda. Además, se mutiló su expediente estudiantil, haciendo que no constaran sus años de educación superior, y retuvieron su certificación de notas.
Es casi seguro que muchas de las mujeres que profirieron insultos frente a la puerta de Aimara estuvieran afiliadas a la Federación de Mujeres Cubanas, entonces ¿es posible que pueda negar la institución la violencia de género cometida contra estas féminas? ¿Puede tratársele a la ONG como a algo más que una organización cómplice?
“La violencia que sufren estas mujeres se extiende al resto de la familia, pues al despojarlas de sus puestos de trabajo y de utilidad social, las desarman monetariamente, precarizando la situación en su entorno.”
“Como sabemos, las instituciones estatales, son instrumentos, brazos mediante los cuales el Estado ejerce su violencia, una violencia que adquiere diversas maneras, más o menos sutiles, pero al final violencia, porque los daños físicos, psicoemocionales pueden perdurar durante toda la vida”, declara Ileana Álvarez González, directora y fundadora del Observatorio Género Alas Tensas.
Por su parte, Teresa Díaz Canals considera que la subordinación tácita de la ONG al régimen totalitario cubano mantiene a raya el activismo feminista que debería identificarla.
De esta manera, existe una gran contradicción entre lo que debe ser y lo que realmente es. “La FMC fue declarada organización no gubernamental desde hace unos años, es decir, la tenemos formando parte de la sociedad civil, pero todos sabemos muy bien que está completamente subordinada al Partido Comunista, eso se sabe desde que nació esta organización”, destacó Álvarez González.
Además, su silencio extiende la violencia que sufren estas mujeres al resto de la familia, pues al despojarlas de sus puestos de trabajo y de utilidad social, las desarman monetariamente, precarizando la situación en su entorno. De este modo, el círculo de la violencia se amplía a hijos, ancianos y demás personas dentro de su radio de responsabilidad económica.
Yuneisy Santana González no es admitida como maestra por seguir casada con su esposo preso político del 11J
Así pasó con Yuneisy Santana González, graduada de licenciatura en Educación en 2009 en el Instituto Superior Pedagógico de Ciego de Ávila “Manuel Ascunce Domenech”. En su provincia natal, se desempeñó como bibliotecaria y profesora de asignaturas como Educación Cívica e Historia con excelentes resultados. Posteriormente, se trasladó a Cárdenas, en la provincia de Matanzas, con su esposo Samuel Pupo Martínez.
Reasentada, continuó trabajando como docente hasta 2017, cuando solicita varias licencias sin sueldo para atender a su madre convaleciente. Luego de un año, y dado que no había progresos en la situación de su familiar, debió pedir la baja de su centro de trabajo definitivamente y solicitar una licencia de cuentapropista en el pequeño emprendimiento dirigido por su esposo.
Durante las protestas antigubernamentales de julio de 2021, Samuel Pupo estuvo entre los cubanos que exigían libertad en las calles. Por ese motivo, fue condenado a tres años de prisión. Desde entonces, Santana González no ha dejado de denunciar la injusticia cometida contra su cónyuge, exigiendo su liberación inmediata.
“Todos estos atropellos (...) hablan de un perfeccionamiento en los mecanismos de coacción, que van desde la amenaza directa pero sutil hasta el enfrentamiento explícito, manifiesto en la capacidad de relegar al ostracismo a las docentes.”
Su postura ha provocado la violenta arremetida de la Seguridad del Estado y el consabido rechazo de cualquier instancia estatal.
A sabiendas del déficit de profesores que aqueja a todos los niveles de enseñanza y por contar con una trayectoria destacada en la docencia y la bibliotecología escolar, Yuneisy decidió solicitar reincorporarse al claustro de su antigua escuela. La directora de la Escuela Politécnica “Desembarco del Granma” le espetó:
Todos estos atropellos registrados a través de los años hablan de un perfeccionamiento en los mecanismos de coacción, que van desde la amenaza directa pero sutil hasta el enfrentamiento explícito, manifiesto en la capacidad de relegar al ostracismo a las docentes sin que haya grandes repercusiones al respecto. Eliminar lazos familiares, de amistad y, luego de la reciente aprobación del Código de las Familias, paternofiliales, pretenden mantener a las activistas y académicas dentro del redil.
El Observatorio de Libertad Académica denuncia la violencia de género ejercida contra estas mujeres
En definitivas, “Cuba es una sociedad patriarcal y machista que ejerce su poder y su acoso hasta en lo más íntimo como puede ser inmiscuirse en nuestras relaciones afectivas. Sus agentes no están atentos, ni muestran preocupación ante las denuncias que realizas ante una agresión machista, pero se activan de inmediato si tu esposo es opositor, y comienzan entonces a “preocuparse” por ti. Eso los retrata”, sostiene la presidenta de OGAT.
“El Observatorio de Libertad Académica denuncia la violencia de género ejercida contra estas mujeres, a quienes se ha negado un merecido espacio dentro de la comunidad académica y la sociedad cubana.”
De esta manera, se hace común que, de cara a la comunidad internacional, se refrenden acuerdos y se enarbole una lucha feminista por parte del Estado cubano que en la práctica no son reales. No se han tomado las medidas para la protección integral a las mujeres, el índice de feminicidios continúa al alza y la delincuencia común tiene a las del género femenino como víctimas predilectas.
La persecución documentada de estas seis mujeres ha dejado al descubierto el entramado de violencia de género y machista que sostiene el Estado totalitario cubano. Este, ha sabido pasar desapercibido durante años, con la contribución invaluable de supuestas “organizaciones feministas” como la FMC, que se ha posicionado estratégicamente para lavar su rostro ante la comunidad internacional.
Por tal motivo, el Observatorio de Libertad Académica denuncia la violencia de género ejercida contra estas mujeres, a quienes se ha negado un merecido espacio dentro de la comunidad académica y la sociedad cubana, por el único motivo de no permitir que se vulnere su derecho al libre matrimonio.
En estos casos, la Seguridad del Estado las ha utilizado como un mero instrumento de intimidación para sus maridos, soslayando su valía como seres independientes y arremetiendo contra sus carreras como represalia por no acatar la voluntad del régimen.
Asimismo, denunciamos la postura de la Federación de Mujeres Cubanas, que bajo la fachada de ONG ha validado la actuación del régimen ante la comunidad internacional. Para esto, han debido manipular información, alterar estadísticas y confeccionar informes falsos, presentados como ciertos a nivel mundial, con la consiguiente desacreditación a las activistas de la sociedad civil y su lucha por visibilizar la verdadera situación de la mujer cubana.
Tomado de Observatorio de Libertad Académica (OLA). Puede leer la primera parte de este texto en Alas Tensas.
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