Feminicidio | Adolescente de 17 años asesinada por su novio en su domicilio, en Jovellanos, Matanzas

Con el asesinato de la estudiante Heidi García, los observatorios independientes OGAT y YSTCC registran 43 feminicidios en Cuba en lo que va de 2025.

| Observatorio | 09/12/2025
Asesinato de una adolescente en Cuba
Imagen: Alas Tensas

El 5 de diciembre de 2025, alrededor de las dos de la tarde, Heidi García Orosco, una adolescente de 17 años, fue víctima de feminicidio en el asentamiento rural Finca Alcancía, municipio Jovellanos, provincia de Matanzas.

Heidi, estudiante del Instituto Preuniversitario Urbano Pedro Pablo Rivera Cué, fue atacada a puñaladas presuntamente por su novio dentro de su domicilio, cuando aún vestía el uniforme escolar. Tras la agresión, el presunto autor identificado como Naviel Nuñez Ramos, se dio a la fuga, pero horas después fue hallado por su propio padre, quien lo entregó a la Policía, según afirman fuentes comunitarias.

El Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) y la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) confirmaron y lamentaron este nuevo feminicidio, que se produce a plena luz del día y en el espacio que debería ser el entorno más seguro para una adolescente.

La comunidad y la familia —en especial su madre— se encuentran profundamente afectadas por el asesinato de una joven descrita como muy querida en su entorno.

El caso número 43 de feminicidio en 2025 y 16 intentos registrados

Con el asesinato de Heidi García Orosco, los observatorios independientes OGAT y YSTCC registran 43 feminicidios en Cuba en lo que va de 2025, además de 16 intentos de feminicidio verificados en el mismo período.

Estos datos se construyen a partir de reportes ciudadanos, publicaciones en redes sociales, testimonios comunitarios y seguimiento de medios independientes, en un contexto donde las autoridades estatales continúan sin publicar estadísticas desagregadas ni asumir con transparencia la magnitud de la violencia feminicida en el país.

Cada nuevo caso no es solo una cifra que crece: es la historia de una vida truncada, de una familia devastada y de una comunidad que se enfrenta al miedo y a la impotencia frente a la ausencia de mecanismos eficaces de prevención y protección.

Patrones que se repiten: juventud, hogar y relación de pareja

El feminicidio de Heidi confirma patrones ya identificados por OGAT en su Informe Anual sobre la violencia hacia las mujeres y las niñas cubanas (2024).

Según este informe:

  • El 76,8 % de los feminicidios registrados en 2024 se cometió contra mujeres entre 15 y 45 años.
  • Entre los casos documentados, 4 víctimas eran menores de edad.
  • En el tramo de 15 a 30 años, se contabilizaron 17 de los 56 feminicidios verificados, una proporción elevada que alerta sobre la especial vulnerabilidad de las adolescentes y mujeres jóvenes.
  • El 55,4 % de los feminicidios ocurrió en espacios íntimos y domésticos (vivienda de la víctima o vivienda compartida con el agresor), lo que refuerza la idea de que el hogar sigue siendo el entorno más peligroso para muchas mujeres y niñas en Cuba.

El asesinato de Heidi —una menor de 18 años, presuntamente a manos de su novio y dentro de su domicilio— encaja de forma dolorosamente precisa en estos patrones: feminicidio íntimo, en el hogar y contra una joven, en un contexto de desprotección estructural frente a la violencia de género.

Un contexto de desprotección estructural para mujeres y niñas

El feminicidio de Heidi se produce en un país donde, pese a la existencia de referencias al feminicidio en el Código Penal, no existe una ley integral de violencia de género, ni una red de refugios, ni protocolos públicos de protección accesibles para mujeres y niñas en riesgo.

Los observatorios independientes han denunciado de forma reiterada:

  • La ausencia de refugios y casas de acogida para mujeres que necesitan salir de contextos violentos.
  • La falta de datos oficiales completos, desagregados y transparentes sobre feminicidios y otras formas de violencia de género.
  • La inexistencia de una política pública integral que articule prevención, atención, protección y reparación para las víctimas y sus familias.

En este escenario, el registro sistemático que realizan OGAT y YSTCC —a través de verificación comunitaria, monitoreo constante y cruce de fuentes— se ha convertido en una herramienta imprescindible para visibilizar la violencia feminicida y exigir responsabilidades.

violentómetro de ogat
Violentómetro. Imagen: Alas Tensas

Llamado a la prevención, la denuncia y la justicia

El asesinato de Heidi García Orosco no es un hecho aislado, sino un eslabón más en una cadena de feminicidios que golpea de manera sostenida a las mujeres y niñas cubanas. Desde el Observatorio de Género de Alas Tensas, insisten en la necesidad de una investigación exhaustiva y de un proceso judicial que reconozca explícitamente el carácter de feminicidio de este crimen, en coherencia con los patrones de violencia machista que vienen documentando en todo el país.

Los observatorios subrayan, además, la urgencia de implementar políticas públicas de prevención y protección efectivas, con especial énfasis en la población adolescente y joven, así como de garantizar acceso real a la justicia para las víctimas y sus familias. Visibilizar el feminicidio de Heidi —nombrarlo, registrarlo, contarlo— es también una manera de romper el silencio y de recordar que denunciar estos crímenes no es un delito, sino un acto necesario para defender la vida y la dignidad de las mujeres y niñas en Cuba.

Este caso se inscribe en una secuencia inmediata de feminicidios. El feminicidio número 42 de 2025 fue el de Rosa Idania Ferrer Pérez, enfermera de 46 años, asesinada a golpes el 30 de noviembre en su hogar, en el batey Elpidio Gómez, municipio Palmira, Cienfuegos. Su pareja, Arisbel Suárez, conocido como “Felipillo”, es el presunto feminicida y se encuentra detenido. Rosa Idania, trabajadora del policlínico Elpidio Gómez, sufrió violencia física repetida durante años.

Su prima hermana, Raquel Pérez, dio testimonio a Alas Tensas y denunció que Suárez tenía antecedentes de violencia familiar y comunitaria. Raquel Pérez y otros familiares de Rosy, han exigido que Arisbel Suárez sea juzgado como feminicida y que se le aplique la pena máxima, subrayando que este crimen revela, una vez más, la falta de protección efectiva y la impunidad que aún rodean la violencia machista en Cuba.

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