Italia castigará con cadena perpetua el feminicidio

La modificación del Código Penal italiano, aprobada por unanimidad, reconoce el feminicidio como un delito específico.

El 25 de noviembre, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la Cámara de los Diputados de Italia aprobó por unanimidad un proyecto de ley que introduce el delito de feminicidio en el Código Penal del país.

El la nueva ley define el feminicidio como un tipo particular de homicidio en el cual el agresor asesine a una mujer por “odio, discriminación o por actos de control, posesión o dominio por razón de género”. También considera el feminicidio como una forma de represalia a las mujeres que se nieguen a mantener una relación afectiva. La nueva ley impondrá penas de 15 a 24 años de cárcel para los feminicidas solo en caso de que existan atenuantes, pero en términos generales estos delitos se castigarán con prisión perpetua.

Tras la aprobación de los cambios al Código Penal, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, explicó a la prensa que reconocer el feminicidio como delito específico es un recurso para defender la libertad y la dignidad de las mujeres en un contexto social donde la violencia machista, lejos de disminuir, crece: “Hemos duplicado la financiación para centros y refugios contra la violencia, promovido una línea de emergencia y llevado a cabo actividades innovadoras de educación y concienciación”, dijo: “Son avances concretos, pero no nos detendremos aquí. Debemos seguir haciendo mucho más cada día”.

El propio 25 de noviembre la ONU publicó un informe donde advierte que unas 50.000 mujeres y niñas de todo el mundo murieron en 2024 a manos de sus parejas o familiares. Y en Italia, el Instituto Nacional de Estadística informó que ese mismo año, de los 327 homicidios registrados en el país, 116 víctimas fueron mujeres y niñas. El 92,2% de ellas murieron a manos de hombres.

El debate sobre educación y prevención

Reconocer el feminicidio como un delito es un paso importante pero insuficiente, han dicho los representantes del sector opositor de la centro-izquierda italiana, y cuestionan la tendencia del gobierno a abordar solo el aspecto criminalístico de la violencia contra las mujeres, ignorando aspectos fundamentales como la educación y la prevención.

En Italia, la educación sexual en las escuelas es un tema de intensos debates y el propio gobierno busca prohibirla en el nivel primario, así como poner como requisito el consentimiento explícito de los padres para que niños y niñas en el nivel secundario reciban lecciones sobre ese tema. El gobierno italiano aduce que de esta forma se protege a los menores contra el activismo ideológico, algo que otros ven como un retroceso.

“Italia es uno de los siete países en Europa donde la educación sexual y de relaciones aún no es obligatoria en las escuelas, y estamos pidiendo que sea obligatoria en todos los ciclos escolares”, ha dicho Elly Schlein, del Partido Democrático italiano: “La represión no es suficiente sin prevención, y esta última solo puede comenzar en las escuelas”.