Más de la mitad de la población mundial sin acceso a servicios esenciales de salud, según la OMS

El déficit en la cobertura sanitaria golpea con más dureza a las poblaciones vulnerables, los migrantes y quienes viven en zonas de conflicto.

| Noticias | Observatorio | 08/12/2025
Servicios comunitarios de salud en Sierra Leona. Foto: Newsha Tavakolian
Servicios comunitarios de salud en Sierra Leona. Foto: Newsha Tavakolian

La meta global de alcanzar la cobertura sanitaria universal para el año 2030 se encuentra en grave riesgo. Un nuevo borrador del Informe de Seguimiento Global que hacen la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial revela que el progreso en la cobertura sanitaria se ha estancado significativamente desde que en 2015, se definieran los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Según el informe, más de la mitad de la población mundial sigue sin acceso a servicios básicos de salud. En 2023, unos 4.600 millones de personas carecían de un paquete básico de servicios esenciales, y alrededor de 2.100 millones experimentaron dificultades financieras para acceder a la atención médica. Al ritmo actual, el mundo quedará muy lejos de lograr los objetivos de la cobertura sanitaria universal que las Naciones Unidas se plantearon para 2030.

Ralentización en la cobertura de servicios y la protección financiera

El informe utiliza dos indicadores principales para medir el avance: el Índice de Cobertura de Servicios y la dificultad financiera. Aunque ha habido avances desde el año 2000, la pandemia de Covid-19 y la lentitud general de los Estados en tomar las medidas necesarias para mejorar el acceso a la salud han creado serios obstáculos.

Los países de bajos ingresos, aunque mostraron las mayores mejoras en el Índice de Cobertura desde 2015, enfrentan las mayores brechas. En casi el 70% de estos países, la ayuda de donantes superó el gasto público nacional, lo que subraya una dependencia sin precedentes de la financiación externa y la fragilidad de las infraestructuras nacionales de salud.

La deuda pendiente con mujeres, madres e hijos pequeños

Uno de los hallazgos más preocupantes del informe se centra en la salud reproductiva, materna, neonatal e infantil. El progreso en la cobertura de estos servicios ha sido muy modesto y, en algunas áreas, ha experimentado recientes deterioros.

En lo que respecta al acceso, las mujeres de países de ingresos bajos y medianos continúan enfrentando barreras significativas. Un promedio del 58,6% de las mujeres en 38 países de ingresos bajos y medianos reportaron haber experimentado problemas para acceder a la atención médica entre 2014 y 2023. Aunque esta cifra representa una ligera disminución respecto al periodo anterior, más de la mitad de las mujeres en estas regiones aún luchan por conseguir atención médica.

El drama sanitario de las poblaciones vulnerables

Los déficits en la cobertura sanitaria universal golpean con especial dureza a las poblaciones vulnerables, como los migrantes y quienes viven en zonas de conflicto. El análisis de la OMS y el Banco Mundial resalta que, a pesar de que se observan discretos avances en términos generales, las brechas de acceso y la dificultad financiera se agudizan en las poblaciones vulnerables. Esta realidad es crítica para los millones de personas que son desplazadas por conflictos o que migran, forzadas a recurrir a muy costosos gastos sanitarios directos o a prescindir de los servicios de salud.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, enfatizó que la cobertura sanitaria universal es “la máxima expresión del derecho a la salud, pero este informe muestra que para miles de millones de personas ese derecho sigue estando fuera de su alcance”. Ante la disminución de la ayuda internacional, la OMS insta a los países a invertir en sus sistemas de salud.

El colapso de la salud pública en Cuba

Sala de emergencias del hospital de la ciudad de Cárdenas, en Matanzas, Cuba. Foto: TeleBandera.
Sala de emergencias del hospital de la ciudad de Cárdenas, en Matanzas, Cuba. Foto: TeleBandera.

En Cuba, aunque el discurso oficial sostiene que la salud es gratuita y universal, el Sistema Nacional de Salud (SNS) atraviesa un proceso de deterioro estructural: a la corrupción, los pagos informales y la desigualdad creciente en el acceso a los servicios se suman la falta de medicamentos y medios de diagnóstico, el colapso de los hospitales ante el aumento de enfermedades prevenibles que se han convertido en endémicas, como la actual epidemia de arbovirosis, y la opacidad de la información que ofrecen las autoridades sanitarias.

Los pacientes y sus familiares se ven obligados con frecuencia a recurrir a contactos personales para acceder a atención médica oportuna y a pagar por servicios que deberían ser gratuitos. Desde procedimientos básicos hasta atención de emergencia, la corrupción ha permeado todos los niveles del sistema sanitario.

Según una encuesta de Cubadata, a 2.141 personas de todo el país a principios de 2025, el 80,1% declaró haber necesitado atención médica en el último año. Sin embargo, solo el 9,2% pudo acceder siempre a los servicios necesarios. Un 23,1% lo logró la mayoría de las veces, mientras que más de la mitad ―el 54,6%― fue atendida solo algunas veces. El 13% restante nunca lo consiguió.

Según las estadísticas oficiales, el gobierno cubano destinó a la salud en 2025 un presupuesto equivalente al 24% del Presupuesto del Estado. Estos fondos se utilizarían para respaldar las consultas de atención primaria, las actividades de hospitales locales y nacionales, así como la reparación y el mantenimiento de las instalaciones sanitarias. Sin embargo, nada de esto se ha cumplido y la realidad muestra una dramática reducción de las condiciones, tanto en hospitales, clínicas y farmacias, como en las calles del país, donde la basura se acumula y los vectores transmisores de enfermedades proliferan.

Mientras, aferrados al control de las narrativas y a su habitual discurso político, los voceros del régimen adjudican las enfermedades a una supuesta agresión biológica de Estados Unidos, al tiempo que descargan sobre los ciudadanos la responsabilidad de mantener servicios básicos como la limpieza de las calles y la recogida de basura.

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