Metodología de observancia de las violencias contra las mujeres y las niñas de los Observatorios Alas Tensas (OGAT) y Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC)
Esta metodología no se presenta como un instrumento cerrado ni absoluto, sino como una práctica viva que se nutre progresivamente de nuevas fuentes, criterios y aprendizajes colectivos.

Desde el año 2019, el Observatorio de Alas Tensas (OGAT), en colaboración con el Observatorio de Feminicidios de la plataforma feminista Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC), ha desarrollado una labor sistemática de documentación y verificación de la violencia feminicida en Cuba. Ante la ausencia de datos oficiales sistemáticos, transparentes y con enfoque de género por parte del Estado cubano, esta labor independiente se ha convertido en la principal fuente de información confiable sobre este tipo de maltrato en el país.
La recopilación de estos datos se realiza en un contexto altamente restrictivo, marcado por la criminalización del activismo feminista, el acceso limitado a fuentes institucionales y hasta ciudadanas, la falta de protocolos públicos de registro que expliciten la metodología utilizada y la inexistencia de una tipificación legal del feminicidio en la legislación nacional. Estas condiciones generan un escenario de subregistro, obstaculizan el monitoreo ciudadano y dificultan la formulación de políticas públicas eficaces.
Terminología
OGAT, al igual que ONU Mujeres, considera que los términos feminicidio y femicidio son sinónimos, ya que con el tiempo su conceptualización se ha centrado en los asesinatos de mujeres debido a su condición de género, para los cuales siempre existe una responsabilidad política y social. Sin embargo, el régimen cubano emplea exclusivamente el término “femicidio”, en contraposición al término “feminicidio”, definido este último por la investigadora mexicana Marcela Lagarde como un asesinato que implica la irresponsabilidad del Estado y sus instituciones al no abordar de manera urgente esta forma extrema de violencia contra las mujeres.
Al adoptar el término “femicidio”, el régimen busca minimizar el papel del Estado en estos crímenes. En cambio, OGAT utiliza “feminicidio” para enfatizar que el deber y la responsabilidad de prevenir, atender y sancionar la violencia contra mujeres y niñas recaen también en las estructuras institucionales y gubernamentales.
Fuentes de datos
OGAT se encarga de la documentación y registro de feminicidios en Cuba, basándose en diversas fuentes de datos y en un trabajo colaborativo con su red de observadoras diseminadas por toda la isla. Estas observadoras reciben información sobre presuntos feminicidios y se encargan de la verificación de cada caso mediante contactos directos con familiares, personas allegadas o que conocían a las víctimas. Este proceso busca asegurar que los casos documentados reflejen con la mayor exactitud posible los hechos ocurridos.
La documentación de los casos de feminicidio se realiza tomando todas las medidas de seguridad necesarias para proteger a las observadoras, aliadas y personas cercanas a las víctimas que colaboran en la verificación de los hechos. Para facilitar una denuncia segura y anónima, OGAT implementó en marzo de 2023 un formulario en línea, herramienta que permite a la población reportar feminicidios de manera confidencial y sin temor a represalias. También se ponen a disposición los correos electrónicos de OGAT y YSTCC, así como los Messenger.
Cada verificación se apoya en múltiples fuentes de información: medios de prensa independientes y oficiales, perfiles en redes sociales de influencers y activistas, comentarios y reacciones en plataformas digitales, así como testimonios directos de familiares y allegados a las personas implicadas. Por ello, la ciudadanía activa constituye la principal fuente de información de los observatorios.
Criterios de inclusión
En cuanto se recibe una alerta, el primer paso consiste en recopilar la información primaria disponible alrededor de los hechos para proseguir con la verificación. La imposibilidad de cumplir con la cantidad de verificaciones requeridas o de llegar a todos los elementos hace que muchos casos queden inconclusos o en la categoría de: Se requiere acceso al informe de investigación.
Una vez recopilados la mayoría de los datos requeridos, se identifica el sesgo de género, es decir, un elemento como mínimo que asegure que la causa de la violencia es el hecho de ser mujer la víctima. Eso se aplica también a todos los tipos de violencia feminicida que se registran:
- Intento de feminicidio
- Asesinatos de hombres por motivos de género
- Personas heridas en el contexto de violencia feminicida
Determinar el sesgo de género, que puede estar dado por diferentes indicadores, en ocasiones conlleva al análisis colectivo entre observadoras y expertas ante casos de feminicidio y otras formas de violencia hacia mujeres y niñas.
Tipología utilizada
Con una adaptación ampliada al contexto cubano, OGAT se apoya en los criterios establecidos por el Ministerio de Igualdad de España en su metodología para la clasificación de los feminicidios, que fue anunciada en diciembre de 2021 y adoptada en España en 2022. Este enfoque ha sido considerado el más completo y justo para la documentación de feminicidios, permitiendo una clasificación precisa de las distintas formas de violencia que sufren las mujeres.
Los tipos de feminicidio registrados por OGAT son los siguientes:
Feminicidio de pareja o expareja: Asesinato de una mujer por parte de su pareja o expareja.
Feminicidio familiar: Asesinato de una mujer a manos de un hombre de su entorno familiar, como padres, hermanos o tíos.
Feminicidio sexual: Asesinato de una mujer en un contexto de violencia sexual, sin relación de pareja o familiar, que también incluye feminicidios relacionados con la explotación sexual, trata de personas, prostitución, mutilación genital femenina o matrimonio forzado.
Feminicidio social: Asesinato de una mujer por parte de un hombre con el que no tenía una relación de pareja ni era familiar (por ejemplo, un desconocido, un compañero de trabajo, un amigo, un vecino o un empleador).
Feminicidio vicario: Asesinato de una mujer o de menores de edad (hijos/as) por parte de un hombre con el objetivo de hacer daño a otra mujer. Este tipo de feminicidio se subdivide en dos: el que ocurre dentro de la pareja o expareja (hijos/as menores, y otras mujeres cercanas) y el que ocurre fuera de este ámbito.
Transfeminicidio: Esta categoría reconoce el asesinato de mujeres trans cuando, además de la transfobia, el crimen contiene un componente de misoginia. OGAT documenta todos los casos de transfeminicidio, independientemente de si la mujer trans ha cambiado su género oficialmente en el registro civil o no. Este enfoque busca garantizar que todas las mujeres trans que enfrentan violencia extrema sean reconocidas como víctimas de feminicidio.
Feminicidio ginecobstétrico: Asesinato de una mujer en el ámbito de la atención médica, como resultado de la negligencia o maltrato del personal de salud durante el embarazo, parto o posparto. Este tipo de feminicidio incluye muertes derivadas de abortos clandestinos, partos inseguros y complicaciones médicas debido a una atención deficiente.
Nueva tipologia: Suicidio feminicida
En el marco de su investigación y como parte de su compromiso con el seguimiento exhaustivo de todas las formas de violencia de género, OGAT ha comenzado a incorporar el concepto de suicidio feminicida. Este término, promovido por la socióloga y activista Diana Russell, describe las muertes de mujeres que se suicidan como resultado directo de la violencia de género sufrida a lo largo de sus vidas.
Aunque OGAT aún no ha registrado casos específicos de suicidio feminicida en Cuba, la organización sigue investigando este fenómeno, reconociendo las dificultades para clasificarlo adecuadamente. El suicidio feminicida refleja el sufrimiento extremo que muchas mujeres experimentan debido a la violencia física, sexual y emocional que enfrentan, y es crucial visibilizarlo como una forma de feminicidio.
Metodología de trabajo con Mundo Sur
Desde el año 2024, los observatorios de Alas Tensas (OGAT) y de Feminicidios de Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) aplican de forma coordinada la metodología consensuada regionalmente con organizaciones aliadas de la red Mundo Sur, con el objetivo de mantener un registro homologado de la violencia hacia las mujeres y las niñas en Latinoamérica y el Caribe, que permitan realizar los informes que conforman el Mapa Latinoamericano de Feminicidios.
Dentro de esta metodología destaca la implementación de la Matriz, una herramienta técnica en formato Excel que sistematiza y organiza cada caso de feminicidio bajo un enfoque de derechos humanos y perspectiva interseccional. La Matriz funciona como ficha de registro exhaustiva que permite recopilar información específica que anteriormente no se contemplaba de forma estructurada en Cuba.
Entre los nuevos elementos, destacan:
- Datos del agresor: edad, ocupación, vínculo con la víctima, existencia de antecedentes de violencia o denuncias previas, forma de comisión del crimen, comportamiento posterior (fuga, confesión, suicidio).
- Variables de la víctima: identidad y orientación sexual, color de la piel, situación socioeconómica, nivel educativo y laboral, estado de embarazo, contexto familiar y comunitario.
- Indicadores de violencia sexual: especifica si existió o no violencia sexual asociada, reiterada o previa al feminicidio, un factor clave para entender la gravedad de la violencia feminicida.
- Dimensión interseccional: esta metodología hace posible mapear factores de vulnerabilidad cruzados —como ser mujer racializada, migrante, LGBTIQ+, empobrecida— que agravan el riesgo de violencia extrema.
- Personas dependientes: registra quiénes dependían de la víctima —hijos e hijas menores, personas adultas mayores o familiares en situación de discapacidad— para mostrar el alcance social de cada caso.
No obstante, uno de los principales retos que enfrentan OGAT y YSTCC es la opacidad y restricción de acceso a información clave, particularmente la relacionada con el agresor. Las barreras estructurales como la criminalización del activismo, la falta de transparencia de instituciones policiales y judiciales, y la inexistencia de bases de datos abiertas limitan significativamente la posibilidad de completar todos los campos de la Matriz en cada caso. Pese a ello, los observatorios mantienen el compromiso de actualizar progresivamente la información cuando se obtiene acceso a nuevos datos mediante testimonios, procesos judiciales o filtraciones verificadas.
La Matriz, por tanto, no es un documento cerrado, sino una herramienta viva y abierta que se ajusta y se enriquece de forma continua a medida que se obtiene más evidencia, garantizando registros cada vez más rigurosos, comparables y útiles para la elaboración de informes, estadísticas y estrategias de incidencia feminista. Este esfuerzo permite fortalecer la articulación local, regional y global, alineando la práctica cubana con estándares internacionales de observación y monitoreo de la violencia hacia las mujeres y las niñas.
Limitaciones en la recopilación de datos
La mayor represión a la libertad de expresión en Cuba, sobre todo en las redes sociales después de las protestas masivas del 11 y 12 de julio de 2021, ha tenido un efecto silenciador en una parte de la ciudadanía en red, incluso para la denuncia a través de medios seguros de estos y otros casos de violencia. Han disminuido las reacciones por parte de personas alrededor de estos hechos y muchas que lo hacen luego restringen sus perfiles en redes sociales para cerrar la posibilidad de contacto.
Resulta difícil determinar en los casos donde el sesgo de género no es evidente y se necesitaría acceso a informes forenses u otros elementos de la investigación, algo que no es posible en Cuba por la falta de transparencia institucional y la criminalización del activismo independiente. Tampoco las familias disponen de opciones independientes a las estatales para la investigación, lo que afecta a casos con mal procedimiento demostrado por las autoridades.
Se reitera que los observatorios independientes realizan subregistros de los casos que pueden ser verificados, pero en realidad son muchos más los que quedan en el silencio oficial y la desconexión ciudadana.
Metodología para los feminicidios de cubanas en el exterior
Dada su relevancia y el impacto en la comunidad migrante, los observatorios de OGAT y YSTCC mantienen, desde el 2023, un seguimiento sistemático de los casos de feminicidios de mujeres cubanas ocurridos fuera del territorio nacional.
Además de las fuentes periodísticas, el proceso metodológico se apoya de forma sustancial en la información complementaria proporcionada por familiares y allegados a través de publicaciones y comunicados en redes sociales. Estos testimonios directos permiten contrastar y ampliar los detalles reportados en la prensa, aportando elementos como la identidad de la víctima, circunstancias del hecho y el proceso judicial posterior.
De forma específica, se verifica que los reportes de prensa incluyan citas o extractos de partes policiales, notas de la fiscalía o declaraciones de portavoces oficiales del sistema judicial del país donde ocurrió el feminicidio. La triangulación de estas fuentes es fundamental para garantizar la fiabilidad de cada registro y evitar la difusión de casos sin la debida confirmación.
En la práctica, el equipo de OGAT y YSTCC cruza estos datos con reacciones públicas de la familia, amistades y colectivos de apoyo que suelen pronunciarse en redes sociales, plataformas de denuncia y medios comunitarios del lugar de residencia de la víctima. De este modo, la información recolectada se consolida en fichas de registro que incluyen detalles esenciales: nombre de la víctima, fecha y lugar de los hechos, relación con el agresor (si se conoce), fuentes utilizadas para la verificación y estado del proceso judicial (cuando es posible acceder a esta información).
Cabe destacar que esta labor de seguimiento en contextos foráneos implica superar barreras de idioma, disparidad de criterios legales y la ausencia de estadísticas específicas sobre la nacionalidad de las víctimas, lo que demanda un monitoreo constante de noticias y la colaboración con periodistas, organizaciones migrantes y redes de apoyo internacional.
Monitoreo y visibilización de desapariciones de mujeres y niñas en Cuba (2024)
Durante el año 2024, el Observatorio de Alas Tensas (OGAT) ha fortalecido la labor de monitoreo y sistematización de alertas por desapariciones de mujeres y niñas en todo el territorio cubano, una tarea particularmente compleja debido a la inexistencia de protocolos oficiales claros para la denuncia, búsqueda y localización de personas desaparecidas. Según reportes de medios independientes como El Toque y publicaciones del propio OGAT (Alas Tensas), Cuba carece de mecanismos estatales transparentes que garanticen a las familias procedimientos accesibles y efectivos ante la desaparición de una mujer, una niña o un niño.
En ausencia de políticas públicas y registros oficiales con un enfoque específico en mujeres y niñas, la labor de verificación y visibilización recae casi por completo en la sociedad civil organizada y en la ciudadanía activa. Para ello, OGAT articula su monitoreo con plataformas como YSTCC y Me Too Cuba, además de una red de voluntarias, familiares y periodistas comunitarios que detectan y difunden alertas de desaparición a través de redes sociales y canales digitales alternativos.
Un componente central de esta estrategia lo constituyen las alertas ciudadanas #AlertaYeniset, orientada a desapariciones de mujeres, y #AlertaMayde, dedicada a la localización de niñas y niños. Ambas iniciativas, impulsadas por la activista Marta María Ramírez desde 2023, funcionan como herramientas ciudadanas de presión social y visibilidad, especialmente en contextos rurales y urbanos donde la información oficial es nula o limitada.
Cada alerta se activa una vez que se recibe confirmación directa de la desaparición por parte de las familias o personas cercanas, siguiendo un protocolo interno de contraste de información para evitar la difusión de noticias no verificadas. Posteriormente, se elaboran fichas públicas que incluyen datos mínimos de identificación, fecha y lugar de la desaparición, y vías de contacto, priorizando la confidencialidad y la seguridad de las familias afectadas.
Datos de las fichas:
- Nombre completo
- Alias
- Si se ha realizado denuncia ante la PNR Número de registro/fecha
- Descripción física
- Color de pelo
- Color de ojos
- Estatura
- Edad
- Marcas identificables: lunares, tatuajes, cicatrices
- Enfermedades crónicas
- Medicación
- Ropa que usaba la última vez que fue vista
- Lugar y día en que fue vista por última vez
- Lugar de residencia
- Teléfonos u otros datos de contacto
- Otro dato que se considere importante para la búsqueda
Estos mecanismos toman como referencia modelos internacionales de respuesta inmediata, como la Alerta Amber, adaptados al contexto cubano donde no existe un sistema estatal equivalente. La #AlertaYeniset honra la memoria de Yeniset Rojas Pérez, víctima de feminicidio en Villa Clara, y simboliza la urgencia de actuar colectivamente ante la desaparición de mujeres. Por su parte, la #AlertaMayde rinde homenaje a Maydeleisis Rosales, una menor de 16 años desaparecida el 30 de mayo de 2021 en Centro Habana, un caso que reveló las carencias institucionales para atender a familias que denuncian estos hechos.
Este modelo de monitoreo autónomo subraya la responsabilidad del Estado de implementar políticas de búsqueda con un enfoque específico en mujeres y niñas y protección integral, tal como recomienda la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y organismos como ONU Mujeres. Mientras ello no ocurra, las organizaciones cubanas continuarán visibilizando cada caso como forma de memoria, denuncia y exigencia de justicia.
Conclusiones
La metodología de observancia desarrollada por los observatorios de Alas Tensas (OGAT) y Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) constituye una herramienta sistemática de registro de feminicidios, desapariciones y violencias conexas en Cuba, dentro y fuera de sus fronteras. Su diseño, en constante revisión y actualización, se fundamenta en principios de verificación, contraste de fuentes y corresponsabilidad con redes ciudadanas, lo que permite ofrecer datos verificados y contextualizados, incluso en una situación política altamente restrictiva, marcada por la criminalización del activismo, la opacidad institucional y la escasez de recursos técnicos y humanos para sostener un monitoreo exhaustivo.
Esta metodología no se presenta como un instrumento cerrado ni absoluto, sino como una práctica viva que se nutre progresivamente de nuevas fuentes, criterios y aprendizajes colectivos. Con ello, busca superar los retos y desafíos de registrar de manera precisa y responsable las violencias machistas, para proporcionar insumos concretos y verificables que sirvan de sustento a la formulación de políticas públicas reales, integrales y efectivas de prevención y atención, en plena correspondencia con los estándares internacionales de derechos humanos y con la realidad específica de la sociedad cubana.
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