25N ⎸Esta Cuba no es la Cuba que soñaron sus mujeres
“Cuba sigue sin leyes que protejan a las mujeres y las niñas, y sin un compromiso institucional por combatir la violencia, los feminicidios y los acosos y maltratos de índole política contra las mujeres.”
El 25 de noviembre de 1960, por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo, fueron asesinadas ―primero estranguladas, luego apaleadas, y por último lanzadas dentro de un coche por un barranco― tres valientes dominicanas anti-trujillistas: Patria Mercedes, María Argentina Minerva y Antonia María Teresa Mirabal Reyes, las hermanas Mirabal.
Eran fervientes activistas que luchaban por el derrocamiento del General Trujillo. Patria, de 36 años, la mayor; Minerva, de 34 años, la tercera de las cuatro hijas, abogada, a quien Trujillo le negó el derecho de obtener la licencia para ejercer la carrera; y María Teresa, la más joven, de 25 años, matemática de profesión. Diversas fuentes citan a Patria:
Fue tal el escándalo ante la atrocidad de ese feminicidio triple que seis meses después, el 30 de mayo de 1961, Trujillo sería asesinado. En su caso se hizo realidad el viejo refrán: “Quien a hierro mata, a hierro muere”. Fue tal el efecto de ese asesinato político que hasta el día de hoy retumban los nombres de esas tres heroínas del feminismo, la libertad y la democracia en todo el planeta.
En 1999, las Naciones Unidas designó, en honor a las hermanas Mirabal, el día 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Además, ya desde 1991, el Women’s Global Leadership Institute (New Jersey) lanzó la campaña “16 Días de Activismo contra la Violencia de Género”, que se extiende desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Durante estos días se organizan estrategias y acciones pacíficas de individuos y entidades para resaltar este flagelo y llamar la atención sobre la necesidad de eliminar todo tipo de violencia contra mujeres y niñas en el planeta.
Cuba, sus mujeres en la historia
Cuba, sin leyes que protejan específicamente a las mujeres y las niñas, y sin un compromiso institucional por combatir la violencia, los feminicidios, y los acosos y maltratos de índole política contra las mujeres, constituye una ofensa no solo a los 5,5 millones de mujeres que hoy conforman su población, sino a la memoria de miles de cubanas que lucharon y dieron todo ―algunas hasta sus vidas y la de sus hijos― por la independencia y la soberanía de la nación.
Una ofensa a la memoria de lo que padecieron y enfrentaron en la manigua Mariana Grajales, María Cabrales, Bernarda Toro, Amalia Simoni, Magdalena Peñarredonda, Mercedes Sirvén, Ana Betancourt, Isabel Rubio, María de la Luz Noriega, Catalina Valdés Páez, Isabel Rubio, Trinidad Lagomasino, María Hidalgo, Rosa María Castellanos, Ana Cruz Agüero, Adela Azcuy, Luz Palomares García, Lucía Íñiguez, Brígida Zaldívar, y muchas otras, algunas hasta alcanzaron grados militares.
¿Y qué de la violencia contra las cubanas y contra sus hijos e hijas, durante la Reconcentración del canario carnicero gobernador-general Valeriano Weyler? Se dice que en los dos años que duró la reconcentración (1896-97), entre 150,000 y 300,000 personas, la mayoría mujeres y niños. A esas anónimas mujeres y su prole también hay que recordarlas en estos “16 Días”.
¿Y qué de las que lucharon durante los años de la República ―contra los dictadores Gerardo Machado y Fulgencio Batista, y en la trinchera cívica―, en aras de perfeccionar el modelo democrático? La actual indiferencia es también una ofensa a la memoria de Ofelia Rodríguez Acosta, Panchita Batet, Digna Collado, Amalia Mallén, Loló de la Torriente, Teresa Casuso, Ofelia Domínguez, María Josefa Vidaurreta, Candita Gómez, Rosa Pastora Leclerc, Zoila Mulet, Neneína Castro, América Labadi, Leonor Ferreira, Calixta Guiteras, Pilar Maza, Elena Mederos, Marta Fray, Eva Jiménez, y muchas otras que hasta 1958 enfrentaron la violencia política del régimen de turno.
Ninguna de ellas, precursoras de los derechos de la mujer y de leyes protectoras de su bienestar y justo trato, luchó para que Cuba se estancara en el inmovilismo, ni para que las cubanas se consumieran entre la violencia y la inanición. Esta Cuba no es la Cuba-en-femenino que soñaron y por la cual se sacrificaron y siguen sacrificándose las cubanas. Son 64 años de inmovilismo, atropellos y hambre.
¿Qué hace el Estado cubano por sus mujeres?
¿Dónde está la ley integral en contra de la violencia de género que desde hace años exigen las feministas cubanas? ¿Dónde está el reconocimiento del feminicidio como delito específico? ¿Habrá que esperar de veras hasta el 2028 para que la Asamblea Nacional se digne a considerar esa ley integral? ¿Cuándo terminará el acoso policial, los arrestos arbitrarios, las condenas inapelables, las amenazas? ¿Hasta cuándo las golpizas, los desalojos, el robo perpetrado por el Estado contra la cubana de a pie? ¿Contra las activistas, opositoras y periodistas independientes?
Pasemos a la acción
El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, da inicio a los “16 días de Activismo”. Hay que manifestarse y denunciar la violencia doméstica, social y política a que están sometidas las cubanas por el poder machista y dictatorial que las gobierna y que tiende a envalentonar el machismo rampante en la sociedad. Hay que manifestarse en núcleos privados, o en público; leyendo poemas, cantando, pintando un mural; reunidas en una iglesia o un templo, o en sesiones religiosas privadas; pedir por el descanso eterno de las víctimas, y por la fortaleza y resistencia de las que a diario enfrentan los demonios político-sociales.
Comenzaré por mencionar a la difunta Laura Pollán, otrora líder de las Damas de Blanco, que muchos afirman fue víctima de un asesinato político, luego de tanto golpearla y arrastrarla la policía política y las turbas de repudio por las calles de La Habana.
Hay que mantener en alto los nombres de Camila Acosta, Keilylli de la Mora, Aymara Nieto Muñoz, Iliana Hernández, Berta Soler, Anamely Ramos, Omara Ruiz Urquiola, Martadela Tamayo, Dunia Medina, Martha María Ramírez, Tania Bruguera, Ailer González, Yoani Sánchez, Luz Escobar, Martha Beatriz Roque, Tania Díaz Castro, Sandra AbdAllah-Álvarez, María Matienzo Puerto, Iris Ruiz… Estas mujeres, desde diferentes trincheras feministas, incluso desde posiciones ideológicas diversas, se suman a todas las que ya figuran en la historia. Tal es el caso de todas las activistas de Damas de Blanco, de UNPACU, del MONR, del CIR, de Cuba Decide, de FLAMUR, del Movimiento Nacional de Resistencia Cívica, de la Red Femenina de Cuba, de REDAMU, de Alianza por la Inclusión, del Movimiento San Isidro, entre otras.
Deberíamos guardar un minuto de silencio diario durante los 16 días en memoria de las víctimas de feminicidios, las de años anteriores y las de ahora, que ya suman 78 en este año. Y por las 117 presas políticas en las cárceles cubanas.
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