Diez motivos para continuar la lucha feminista en Cuba

“El feminismo cubano debe seguir luchando para cambiar el sistema patriarcal por un modelo social justo e igualitario.”

Brazos en alto en señal de fuerza delante de un mapa de la isla de Cuba.
Imagen: Laura Vargas

Comienza un año, y con él, la lucha feminista en Cuba sigue siendo crucial. La realidad de las mujeres exige una atención continua a fin de construir una sociedad basada en la igualdad, la justicia y el pleno respeto a los derechos fundamentales. En este 2024, debemos seguir pujando porque cada mujer pueda vivir libre de violencia, discriminación y opresión. El compromiso con la causa feminista en Cuba tiene motivaciones, aquí listo 10 de ellas.

1. Acabar con la violencia machista

Feminista. Imagen: Laura Vargas
Imagen: Laura Vargas

Las mujeres nos queremos vivas, libres y felices. Esto no es una afirmación al azar. La primera y principal reivindicación feminista es poner fin a la violencia de género. Es una triste realidad que el número de mujeres víctimas de la violencia de género en Cuba ha ido en constante aumento. Desde 2019, cuando los observatorios independientes comenzaron a llevar un subregistro de la violencia de género, 205 mujeres han sido asesinadas por violencia machista en Cuba, 86 de ellas en 2023.

En mayo de 2022, como diputada de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Mariela Castro Espín, directora del Centro de Educación Sexual (Cenesex), propuso añadir el delito de feminicidio al Código Penal. La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) ―organización estatal que agrupa a las mujeres del país, convirtiéndola en la única de su tipo permitida y legalizada―, rechazó públicamente la propuesta. Según la secretaria general de la organización, Teresa Amarelle, la inclusión era innecesaria, puesto que su “interpretación” ya estaba contemplada en el Código Penal.

Las mujeres y las disidencias de género han soportado estas formas de violencia durante siglos, y ya es hora de ponerles fin. La sociedad y el Estado como máximo responsable debe reconocer que estas personas tienen derecho a vivir su vida sin miedo y que la violencia contra ellas es inaceptable.

La respuesta punitiva del Estado a los feminicidios no es sólo una estrategia política para mejorar su imagen, sino también un resultado natural del sistema machista y patriarcal de las instituciones públicas.

2. Implementar políticas públicas con perspectiva de género

Movimiento feminista cubano. Imagen: Laura Vargas
Imagen: Laura Vargas

Cuba es el único país del hemisferio occidental que no cuenta con una Ley Integral contra la Violencia de Género. En noviembre de 2019 se solicitó la inclusión de esta ley en la agenda legislativa para el periodo 2023-2028. 40 mujeres cubanas firmaron una carta como petición. A pesar de la negativa, múltiples plataformas y activistas feministas independientes han seguido abogando por la inclusión de esta ley.

En mayo de 2023, la plataforma cubana de apoyo y asistencia a las personas que sufren violencia de género, YoSíTeCreo en Cuba (YSTCC), y el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), solicitaron la tipificación del feminicidio como delito. Estas peticiones no han sido atendidas hasta la fecha.

La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) recibió nuevamente el 5 de diciembre de 2023, una solicitud de ley integral contra la violencia de género. En esta ocasión, los miembros de la sociedad civil firmantes contaron con el apoyo de varias organizaciones independientes como OGAT, YSTCC, la Red de Mujeres Cubanas, el Museo Virtual de la Memoria contra la Violencia de Género (VBG) y DemoAmLat (Programa de Transparencia Electoral). En su petición, plantearon su preocupación por la ineficacia de los programas para prevenir y atender la violencia de género.

3. Lograr la creación de refugios y redes de protección

Lucha feminista. Imagen: Laura Vargas
Imagen: Laura Vargas

Los refugios son espacios imprescindibles para afrontar la escalada de violencia contra las mujeres. Su existencia ha evitado muertes ante situaciones de violencia de género. En Cuba no contamos con refugios ni redes de protección que salvaguarden la vida de las mujeres y sus hijes en riesgo.

Las Naciones Unidas llevan 25 años pidiendo a los gobiernos que incorporen la creación de refugios a sus políticas públicas como respuesta a la violencia de género y como recurso para lograr la igualdad de género.

A pesar de que las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) pueden ofrecer asesoramiento a las mujeres que sufren violencia de género, nuestro país no cuenta con centros de acogida, y las políticas de prevención y protección de las víctimas son débiles o inexistentes.

A comienzos de 2022 nació Casa Palanca una campaña colectiva cubana de mujeres periodistas independientes. Durante ese tiempo, lanzaron una campaña de crowdfunding para construir una casa-refugio en Cuba para mujeres periodistas y comunicadoras que sufrían persecución y hostigamiento por parte de la Seguridad del Estado. Lamentablemente no llegaron al monto necesario.

Para que los futuros refugios en Cuba tengan éxito, es crucial que el gobierno cubano reconozca y apoye el activismo independiente. La sociedad civil cubana, tanto dentro como fuera del país, debería contribuir activamente al mantenimiento de estos espacios imprescindibles.

4. Optimizar protocolos y mecanismos de prevención

Lucha feminista.
Imagen: Laura Vargas

En Cuba existen programas destinados a prevenir la discriminación y la violencia de género, pero no son eficaces. Uno de ellos es el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM). Su objetivo es promover la igualdad de género y empoderar a la mujer en la sociedad. Sin embargo, existe poca información sobre su aplicación dos años después de la aprobación de las medidas de integración de la perspectiva de género.

Otro ejemplo son las Consejerías para la atención a la violencia en las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia. Estos centros se establecieron en 168 municipios de toda la isla en 2021 como parte del PAM. Proporcionan a las víctimas un entorno seguro para recibir asesoramiento, asistencia jurídica y otras formas de apoyo. No obstante, no está claro si esta iniciativa ha dado lugar a un enfoque más especializado y multidisciplinar para abordar estos incidentes.

La Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar pretende dar una respuesta global e integrada a este problema en Cuba. Sin embargo, las organizaciones y entidades carecen de una comprensión clara de cómo aplicar esta estrategia, y faltan datos sobre su impacto. Esto dificulta tanto su evaluación como su aplicación.

El Observatorio Cubano de Igualdad de Género (OCIG), creado en junio de 2023 tiene como objetivo recopilar, procesar y mostrar indicadores relacionados con la situación y posición de hombres y mujeres en la sociedad cubana, desde una perspectiva de género y derechos. Pero los datos son insuficientes para reconocer y combatir la violencia de género en la isla. La metodología utilizada para contabilizar los feminicidios es especialmente criticable, y el término “feminicidio” aún no forma parte del vocabulario de las instituciones estatales.

El Protocolo de Actuación ante situaciones de discriminación, violencia y acoso en el ámbito laboral, que se publicó en septiembre de 2023, no ofrece soluciones si la denuncia se dirige contra un directivo o funcionario de la organización.

Se necesitan protocolos que propicien la transformación de patrones socioculturales para la adopción de una cultura a favor de la igualdad, que promueva una participación responsable y comprometida en todos los ámbitos de la sociedad. Estos protocolos deben tener una actuación eficiente de forma sistemática, continua y progresiva. La prevención debe estar presente antes de que ocurra el acto violento, inmediatamente después y a largo plazo.

5. Conseguir la implementación de una educación con perspectiva de género

Lucha feminista.
Imagen: Laura Vargas

Para lograr la deseada igualdad, es necesaria una educación inclusiva. En un país donde la educación es controlada por el Estado, este tiene la responsabilidad de aplicar políticas educacionales con perspectiva de género.

En 2021, el Decreto ley No 16 del Ministerio de Educación aprobó el Programa de Educación Integral en Sexualidad con Enfoque de Género y Derechos Sexuales y Reproductivos. Pero su implementación fue postergada desde ese mismo año.

El Estado debe implementar la capacitación y sensibilización del personal docente en la perspectiva de género para promover y monitorear los contenidos educativos. Así como promover y realizar acciones de prevención de la violencia contra las mujeres en todos los niveles educativos para combatir los estereotipos de género, la discriminación y la violencia de género. E incorporar como plataforma clave contenidos y materiales que fomenten la cultura de igualdad y de respeto. Debe propiciar que funcionarias y funcionarios públicos, grupos estudiantiles y docentes se involucren en acciones de prevención de los diferentes tipos y modalidades de violencia de género.

6. Profundizar en el reconocimiento de los activismos feministas independientes

Lucha feminista.
Imagen: Laura Vargas

Las feministas en Cuba carecen de todo reconocimiento legal o jurídico, lo que dificulta enormemente su trabajo y su alcance. Las autoridades las desacreditan y utilizan todos sus canales de comunicación para atacarlas. El feminismo siempre supone una amenaza para el Poder. Por eso en Cuba no se permiten las asociaciones feministas. Esto les impide organizarse de forma independiente, marchar por sus derechos y contribuir a la aplicación de políticas preventivas.

Con motivo del 8 de marzo de 2023, un grupo de feministas cubanas solicitó permiso a las autoridades cubanas para realizar una marcha pacífica. A pesar de que la Constitución cubana reconoce los derechos de reunión, manifestación y asociación en su artículo 56, la solicitud se denegó. Las feministas independientes denunciaron haber sido detenidas e interrogadas.

El mismo 8 de marzo, un pequeño grupo de feministas cubanas se reunió en un espacio público de La Habana para leer en voz alta los nombres de las víctimas de feminicidio en Cuba. Mientras llevaban a cabo esta acción, fueron vigiladas y acosadas por la Seguridad del Estado. Una semana después, varias de estas activistas informaron en sus cuentas de redes sociales que habían sido añadidas a la lista de personas “reguladas”, una violación del derecho a la movilidad aplicada por la Seguridad del Estado en Cuba.

El patriarcado ejerce una opresión más fuerte en las sociedades donde el feminismo es más débil o no puede prosperar. Las feministas cubanas, necesitamos permanencia, crecimiento a largo plazo y diversidad del activismo feminista en el país. Esto incluye su reconocimiento y no criminalización por parte del gobierno cubano. El activismo feminista tiene derecho a existir en cualquier sociedad.

7. Eliminar la discriminación y lograr el respeto a los derechos humanos

Lucha feminista.
Imagen: Laura Vargas

Cuba ha ratificado su compromiso con numerosos convenios internacionales destinados a eliminar diversas formas de discriminación y a proteger los derechos de las personas. No obstante, el gobierno cubano utiliza varios métodos para restringir significativamente el ejercicio de los derechos humanos fundamentales, incluida la libertad de expresión, asociación y reunión. El aparato represivo, compuesto por la Seguridad del Estado, la Policía y las organizaciones de masas, trata de silenciar la disidencia mediante duras penas de prisión, amenazas de procesamiento, acoso o exilio.

En los últimos años, el régimen cubano ha aplicado nuevas leyes represivas y ha continuado persiguiendo a los disidentes. Ha hecho caso omiso a los llamamientos internacionales para que se lleven a cabo reformas que cambien el calamitoso estado de los derechos humanos en la isla.

La aceptación y el respeto de la diversidad en cuanto a la orientación sexual, identidad y expresión de género, sigue siendo una lucha constante de las feministas cubanas. Así como el reconocimiento de los derechos humanos de todas las personas independientemente de su género, raza, estatus social, edad, o cualquier otra característica, incluido el pensamiento político.

8. Alcanzar la igualdad en el reparto de las tareas domésticas y los cuidados

Imagen: Laura Vargas
Imagen: Laura Vargas

En Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas aseguró que más del 35% de los hogares cubanos están encabezados por mujeres. Pero continúa el predominio del modelo tradicional con sobrecarga para estas ante la existencia de costumbres y estereotipos machistas.

Todavía persiste un número importante de prejuicios que asocian a las mujeres con el papel perpetuo de amas de casa. Cuando añadimos los nuevos roles que tienen como sujetos sociales insertados en el mercado laboral, nos encontramos con una situación casi insostenible: muchas abuelas, madres e hijas cubanas apenas tienen tiempo libre. Trabajan fuera del hogar, y también dentro de él.

Así lo ratifica la Encuesta Nacional de Igualdad de Género de 2016, según la cual las mujeres con vinculación laboral dedican en promedio 8.29 horas semanales a labores de cuidado no remunerado para el hogar, en tanto los hombres emplean 3.38 horas de su tiempo a dichas tareas. Otro dato que ilustra estas diferencias es que de 964 personas que se vieron obligadas a abandonar su empleo para cuidar, 802 eran mujeres.

Es crucial concienciar, sensibilizar y educar a la sociedad sobre este tema y avanzar en el establecimiento de un sistema integral para el cuidado de la vida y para enfrentar los retos que plantea la dinámica demográfica de la nación. Se deben cumplir los mecanismos existentes para eliminar las desigualdades de género en el ámbito del cuidado, en consonancia con el quinto objetivo de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 y el Código de Familia cubano. Sin un mayor compromiso social y político, los trabajos de cuidados no remunerados seguirán cayendo sobre la espalda de las mujeres cubanas.

9. Garantizar derechos sexuales y reproductivos

Imagen: Laura Vargas
Imagen: Laura Vargas

En febrero de 2023, la plataforma YoSíTeCreo en Cuba denunció un alarmante retroceso en la determinación de la edad mínima para el consentimiento sexual. El Código Penal cubano, aprobado en 2022, la dejó fijada en 12 años. También es necesario tener en cuenta los efectos negativos de este retroceso en el desarrollo normal de niñes y adolescentes. La normalización de las relaciones sexuales precoces con adultos es preocupante porque no se define como abuso sexual. Cuba ha reconocido que se trata de un problema, pero no ha sido capaz de reducir las elevadas tasas de fecundidad a edades tempranas. Además de avanzar en el consentimiento ―solo sí es sí―, debemos seguir luchando porque se respete nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.

También es de suma importancia dar prioridad a la lucha por los derechos de las personas trans. “A partir del 2008 (el Ministerio de Salud) incluyó en su presupuesto la atención para este tipo de operaciones, se van programando cada año de acuerdo a las posibilidades”, explicó Mariela Castro, directora del CENESEX. Sin embargo, estos procedimientos no se han realizado desde 2018. Ante la propagación del COVID-19, se suspendieron desde 2020 los servicios centralizados del Plan Nacional de Atención a Personas Trans en Cuba. Las consultas de psicología y psiquiatría, endocrinología y chequeos a nivel hormonal, así como el tratamiento hormonal se interrumpieron, con todo lo que ello implica.

Con la aprobación del Código de las familias en septiembre de 2022, el derecho a formar una familia y tener hijos, cobró otras dimensiones. La regulación de instituciones jurídicas tales como la gestación solidaria, el acceso a las técnicas de reproducción humana asistida y la adopción, saldó vacíos normativos que restaban oportunidades para las personas LGBTIQ+. Es imprescindible luchar por la permanencia de estos.

10. Poner fin a la opresión del patriarcado

Feminista Imagen: Laura Vargas
Imagen: Laura Vargas

El sistema patriarcal en Cuba está tan intrínsecamente dentro de nuestra sociedad, cultura y educación que una gran mayoría ni siquiera es consciente de que con sus actos y actitudes participan de él. Lo primero que hace falta para luchar contra el patriarcado es tomar conciencia de que, efectivamente, vivimos en una sociedad patriarcal. Debemos trabajar para que esa toma de conciencia se extienda y cada vez más personas se unan a esta lucha. Hay que recordar que el patriarcado no solo oprime a las mujeres, nos oprime a todes.

Con el patriarcado perdemos todos y todas, hombres y mujeres. Las mujeres, porque son explotadas y subordinadas, tienen menos oportunidades de prosperar profesionalmente, peores remuneraciones, empleos mayoritariamente dedicados al servicio, etc. Aunque los hombres salen beneficiados de este sistema, también pierden. Cuando no son capaces de cumplir con lo que se espera de ellos por el solo hecho de ser hombres, se les juzga, lo cual, entre otras cosas, les genera frustración.

Eliminar la desigualdad jerárquica entre los géneros es uno de los mayores objetivos feministas. Cambiar el sistema patriarcal por un modelo social justo e igualitario es el objetivo principal.

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