Estas poetas afrodescendientes entrelazan la raza, el género, la identidad y la resistencia de maneras profundamente conmovedoras.
Ana Betancourt fue una de las camagüeyanas que apoyó, desde los primeros momentos, la gesta independentista de 1868.
Rosario Castellanos, Elena Garro, Clarice Lispector, María Luisa Bombal y Silvina Ocampo también representaron al boom latinoamericano.
Phillis Wheatley es reconocida como la primera escritora negra en publicar un libro de poesía en los Estados Unidos.
En El árbol, Elena Garro narra el enfrentamiento entre una mujer indígena y otra mujer, y a partir de allí acontece un desenlace extremo.
Suzanne Valadon quedó eclipsada por la valoración exótica a la que fue sometida, su vida disipada o ser la madre de Maurice Utrillo.
La crítica ubica a Gina Picart (La Habana, 1956) entre “los escritores que se desmarcan del canon literario tradicional”.
El poema “8 de marzo” es uno de los que Gioconda Belli ha escrito a lo largo de su carrera desde la defensa de la mujer y sus derechos.
En este cuento, Patricia Highsmith juega con el paradigma de la niña perfecta y lo revierte para cuestionar lo socialmente de bien.
Un poema sobre la esperanza de la cubana Ileana Álvarez traducido al catalán. Pertenece al libro "escribir la noche y otros abismos".