La historia de Amarilis, la niña de 9 años desaparecida en Banes el 14 de abril de 1979, es la herida abierta de una familia y el espejo de una deuda institucional.
Dos adultas mayores y una joven de 18 años figuran entre las mujeres desaparecidas en Cuba en 2025, en un contexto marcado por la falta de protocolos efectivos de búsqueda.
La familia de Noguella Lezcano, una mujer de 80 años, continúa su búsqueda desesperada tras dos meses de su desaparición en La Habana.
“Las desapariciones afectan tanto a quienes intentan emigrar como a quienes permanecen en Cuba, atrapados en dinámicas de control, abuso y vulnerabilidad.”
Medios independientes, observatorios y redes sociales se han convertido en la única vía para dar visibilidad a las desapariciones que el régimen ignora a conciencia.
Yanilkis Durán Fonseca, de 43 años, residente del barrio habanero de Los Sitios, se encuentra desaparecida desde el pasado 14 de mayo.
Cirse Alfonso Ruiz, de 32 años, y residente del barrio de Cayo Hueso, se encuentra desaparecida en La Habana desde el pasado 5 de mayo.
Claudia Cárdenas, una joven de 27 años, desapareció el 7 de agosto de 2024 en el municipio de Baraguá, provincia de Ciego de Ávila.
La cubana, Esperanza Cabrera Melvin, de 75 años, desapareció el 19 de diciembre de 2024, en Colón, Matanzas.
La ausencia de protocolos efectivos ante las desapariciones en Cuba ha creado un vacío institucional que deja a las familias en un estado de vulnerabilidad y desamparo.