“Las desapariciones afectan tanto a quienes intentan emigrar como a quienes permanecen en Cuba, atrapados en dinámicas de control, abuso y vulnerabilidad.”
Medios independientes, observatorios y redes sociales se han convertido en la única vía para dar visibilidad a las desapariciones que el régimen ignora a conciencia.
Yanilkis Durán Fonseca, de 43 años, residente del barrio habanero de Los Sitios, se encuentra desaparecida desde el pasado 14 de mayo.
Cirse Alfonso Ruiz, de 32 años, y residente del barrio de Cayo Hueso, se encuentra desaparecida en La Habana desde el pasado 5 de mayo.
Claudia Cárdenas, una joven de 27 años, desapareció el 7 de agosto de 2024 en el municipio de Baraguá, provincia de Ciego de Ávila.
La cubana, Esperanza Cabrera Melvin, de 75 años, desapareció el 19 de diciembre de 2024, en Colón, Matanzas.
La ausencia de protocolos efectivos ante las desapariciones en Cuba ha creado un vacío institucional que deja a las familias en un estado de vulnerabilidad y desamparo.
Frente a 3 recientes desapariciones de mujeres en Cuba recordamos que las familias de desaparecidos tienen derecho a recibir información sobre el desarrollo de la búsqueda.
La madre de Maydeleisis Rosales dijo estar “muy decepcionada del trabajo de la Policía” y denunció que los principales sospechosos de la desaparición de su hija permanecen en libertad.
La familia de Karildi se encuentra decepcionada del trabajo de búsqueda de la policía y apela a la colaboración ciudadana.