Convencida desde su juventud de la necesidad de transformar las normas sociales, Concepción Arenal defendió el derecho de la mujer a la educación.
Con su literatura y su infatigable activismo, Emma Lazarus contribuyó a definir la identidad y los valores de la sociedad estadounidense en el siglo XX.
“Un cuento es bueno cuando podemos seguir viendo más y más cosas en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno.”
Inspirada en las leyendas y costumbres de su pueblo, Selma Lagerlöf construyó una obra deslumbrante por su originalidad y su idealismo.
Sara Gómez intuyó, a partir su estudio de Franz Fanon, que el “hombre nuevo” no se moldeaba con arcilla, a la manera del Golem checo.
En este ensayo, Wislawa Szymborska nos muestra no solo su visión de la poesía, sino también sus ideas sobre la inspiración y la capacidad de asombro del ser humano.
Sara Gómez es, a pesar de los años transcurridos desde su muerte, una de las figuras más relevantes de la historia del cine cubano.
Las historias de Ana María Matute giran en torno a los sucesos comunes de la vida y al peso que esos pequeños momentos tienen en el carácter de las personas.
A pesar de lo poco que se salvó de su obra, Safo continúa siendo una de las figuras más influyentes e inspiradoras de la literatura universal.
La poesía de Akiko Yosano, profundamente sensual y libre de prejuicios, cambió para siempre la forma en que los japoneses entendían la sexualidad femenina.