“Ser mujer y artista es aún hoy un problema y una lucha diaria en cualquier parte de este mundo de desigualdad y prejuicios de todo tipo.”
“La iglesia había fracasado. Las religiones se habían resignado demasiado rápido y más que conexión, habían levantado un muro entre ambos mundos.”
Transgresora y diáfana en su manera de abordar la vida y la poesía, Georgina Herrera es una de las voces más fuertes de la poesía antillana contemporánea.
Fue el corazón feminista que impulsó el debate sobre los derechos de la mujer, y conectó a Cuba con las corrientes del feminismo internacional.
Sara Gómez intuyó, a partir su estudio de Franz Fanon, que el “hombre nuevo” no se moldeaba con arcilla, a la manera del Golem checo.
La escritura de Georgina Herrera, clara y directa, lleva en sí una fuerza poco habitual: aquella que le dan su origen y las tradiciones culturales de sus antepasados.
Humilde y genuina, pero plena de orgullo, la voz lírica de Georgina Herrera nos conduce por una travesía íntima y continúa solitaria, a la vez que intensa y enérgica.