La poesía de Amelia Biagioni es un camino irrepetible, privado e íntimo pero compartido, donde la mujer escapa de las normas que intentan apresarla.
“Soy el claro ejemplo de que persistir merece la pena”, dijo Paloma Sánchez-Garnica al recibir el Premio Planeta 2024.
Considerada una innovadora en el campo de la prosa contemporánea, Han Kang es la primera escritora de Corea del Sur en ganar el Nobel de Literatura.
Desde que a los veinte años publicó su primer poema, la obra de Forugh Farrojzad estuvo ligada a la lucha por la libertad de la mujer iraní.
La censura y la coartación del trabajo intelectual en los regímenes dictatoriales, son temas recurrentes en la obra de Luisa Valenzuela.
Los personajes de Nadine Gordimer se hallan con frecuencia ante un dilema ético cuyo origen arraiga en el racismo y la exclusión.
Concha Espina fue de las primeras mujeres españolas en lograr sostener a su familia con su trabajo como escritora, algo casi impensable en su época.
La agilidad de su prosa y la capacidad para describir en pocas frases el contexto en que ocurren sus cuentos, distinguen el estilo de Nancy Alonso.
Mercedes Matamoros es una voz notable de la poesía cubana, y una de las autoras que más contribuyeron al desarrollo del feminismo latinoamericano.
“Donde todos son culpables nadie lo es. La culpa, a diferencia de la responsabilidad, siempre selecciona. Es estrictamente personal.”