Annia Zamora, el Movimiento Damas de Blanco y el derecho a la libertad
Luego de enfrentar en carne propia la lucha por la liberación de su esposo, ahora Annia protesta por su hija Sissi Abascal, juzgada con siete años de cárcel por participar en el 11J.
Annia Zamora, es una de las integrantes del Movimiento Damas de Blanco que apoya la lucha de las mujeres por la libertad de los presos políticos de Cuba desde el 2013. Posteriormente le tocó en carne propia luchar por su marido preso político, quien logró ser liberado. Sin embargo, desde el levantamiento del 11 de julio de 2021, Annia continúa bregando por la liberación de su hija Sissi Abascal, detenida y juzgada con siete años de cárcel por su participación en la primera movilización masiva por la libertad de Cuba.
Desde el 2003, mujeres de todas las provincias de Cuba marchan cada domingo hacia las iglesias de sus localidades para exigir la liberación de sus presos políticos. Mucho se ha escuchado de las Damas de Blanco en Cuba, mujeres que rompieron el cerco del silencio por la libertad en Cuba, después de 60 años de instauración del modelo socialista en la Isla, pero poco se sabe del día a día que enfrentan estas mujeres en la lucha por la libertad.
A través de la presente entrevista, Annia, una mujer campesina de la provincia de Matanzas, nos adentra en cómo vive su lucha por la liberación de los presos políticos, de su hija y por la libertad de su país, en una sociedad donde disentir es un acto suicida.
AT. Las Damas de Blanco, es un movimiento integrado por mujeres que luchan por la liberación de sus presos políticos desde el 2003. ¿Cuándo usted se integra y qué la motivó a ser parte de este grupo?
“Soy Annia Zamora, comencé en las Damas de Blanco en noviembre del 2013 a raíz de que mi esposo Armando Abascal, miembro del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel en la provincia de Matanzas, iba a las reuniones, a las actividades y se comenzó un trabajo que todavía estamos realizando y seguiremos realizando con la comunidad. Parte de ese trabajo de participación política era acompañar a las Damas de Blanco que salían todos los domingos a misa en cada comunidad.
“En Matanzas el movimiento de Damas de Blanco era fuerte en aquel momento, éramos más de 40 mujeres. Yo comencé a trabajar con ellas como miembro de mi partido. Al principio me quedaba dentro de los tumultos, grababa las represiones, hasta un día que decidí incorporarme al movimiento. Considero que es una de las cosas más lindas, más emocionantes, que me han pasado en la vida.
“El Movimiento de Damas de Blanco como todos conocen surge en el 2003 a raíz de la ´Primavera Negra´, cuando los 75 personas que alzaron su voz y se levantaron en contra de la dictadura fueron llevados a prisiones con sanciones entre 25 y 30 años.
“Las madres, las esposas, las hijas, esas mujeres valientes, aguerridas fundadoras del Movimiento, fueron de las primeras en romper la barrera que impedía luchar abierta y organizadamente contra la dictadura, luego de 60 años de instauración del comunismo en Cuba. Esas primeras mujeres fueron salvajemente reprimidas por el régimen.
“Mi historia comienza en el 2013 aquí en Matanzas. Desde entonces salimos todos los domingos a misa como una forma de lucha por la liberación de los presos políticos. Solíamos llevar gladiolos y los represores hicieron desaparecer los gladiolos naturales, ya no los vendían. Por ello, decidimos hacerlos artificiales y los amarrábamos con alambres duros, los cuales, cuando nos quitaban las flores, fueron utilizados para golpearnos, dejándonos marcado el cuerpo. Pero eso no nos importaba, pues el próximo domingo estábamos allí luchando por la libertad de todos los presos políticos, personas que no conocíamos pero que sabíamos que nos necesitaban, sabíamos que éramos su fuerza, que estábamos ahí para ellos. Eso me ha marcado la vida.
“Desde que naces te dicen: tienes que ser como el Che. Te imponen consignas ideológicas del Partido Comunista que los niños no saben el significado y te obligan en las escuelas a decirlas día tras día. De ahí que el movimiento de Damas de Blanco sea tan importante en nuestras vidas y en la vida de todos los cubanos, pues a través de su existencia, en mi caso y en el de muchas mujeres, nos dimos cuenta que podíamos pensar de otra manera, más justa, más democrática, sin miedo.
“A pesar del miedo que la dictadura ha sembrado en todos los habitantes de esta pequeña Isla, las mujeres del movimiento Damas de Blanco fueron las primeras en romper el cerco del silencio en contra de las políticas del gobierno que nos hacen pasar hambre. Es triste que, en un país, en una Isla rodeada de tanta agua, no tengamos un pescado parea comer. Pero lo que más tristeza da es la miseria espiritual impuesta a los cubanos. Somos discriminados, humillados, maltratados, no tengo palabras para describir lo que uno siente cuando abre los ojos y, como decía, cruzas esa barrera y te das cuenta que el mundo es distinto, que puedes vivir de otra forma, que las ideas que te impone el régimen te hacen prisionera de ellas.
“Darte cuenta que tú puedes protestar, que tú tienes derecho a manifestarte, que tú tienes derecho a exigir la libertad de alguien que por pensar diferente ellos lo llevan a prisión, motivaron en mí ser parte del movimiento Damas de Blanco. A pesar de la represión, de todo lo que hemos vivido, doy gracias a Dios por estar en un movimiento de mujeres valientes y ejemplo para todo el mundo”.
AT. ¿Cómo vive el día a día una mujer que pertenece a las Damas de Blanco, en un entorno de represión como el impuesto por el régimen cubano?
“La vida de una Dama de Blanco es muy difícil, o la vida de una opositora en Cuba es muy difícil, porque te discriminan, no puedes trabajar, tienes que hacer trabajos fuertes en el campo, empleos informales como lavar, planchar, esa serie de cosas donde ganas muy poco y si estudiaste no puedes desempeñarte en lo que con tanto sacrificio y deseos estudiaste, pues te impiden trabajar en tu carrera.
“Trabajar con la comunidad es difícil, vivo en una zona rural, al principio las personas tenían miedo a que nos golpearan, sufrimos muchos golpes. Pero con nuestro trabajo, con nuestro ejemplo, con nuestra solidaridad hacia la comunidad enfrentamos esas agresiones y hemos respondido con nuestro amor a nuestro trabajo, hemos logrado en mi comunidad y otras comunidades, el reconocimiento de nuestra población.
“Es triste porque te levantas y ves la realidad y tienes que hablar con las personas, tienes que explicarles cómo es la realidad, que no es de la forma en que ellos la ven, que tienen que empezar a ver la realidad cubana desde otro punto de viste, que por lo que luchamos, por lo que trabajamos, es para el bienestar de nuestra comunidad, de nuestro país, que nuestros presos no son lo que dicen: ´que somos asalariados´, ´que somos mercenarios´, ´que somos terroristas´. Hay que explicarle a la gente que desde 1959 hasta ahora quienes han sido terroristas, quienes ponían bombas en parques, en cines, en tiendas era el Movimiento 26 de Julio, que la oposición no hace eso, que las Damas de Blanco, los miembros de los partidos, que todas las organizaciones en contra de la dictadura no hacemos eso, que nosotros solo queremos un cambio, queremos que el mundo conozca de la realidad en que vivimos aquí.
“En mi comunidad trabajamos con bastantes personas, con discapacitados, con personas enfermas, buscando medicinas, salimos a otros municipios, a otros lugares en busca de que alguien nos resuelva. Si hay un alimento lo compartimos, si hay un preso político estamos ahí, estamos con esa familia, estamos cuando los citan en las unidades de la policía, estamos en su casa, llevándole la ayuda con lo que conseguimos, estamos con la gente día a día.
“Les enseñamos a las personas que si la policía los cita tienen que presentarles una citación oficial, que tienen 72 horas para comunicárselo. Que cuando hay personas discapacitadas y los trabajadores sociales no las atienden, ellos son los encargados de hacer trabajos con esas personas, porque en los policlínicos no hay una receta, ¡un simple papel para dar una receta!, para ir a la farmacia a comprar un medicamento… Exigimos eso, y estamos con esas personas ahí. Cuando hay un enfermo, si hay que cuidarlo en un hospital, estamos ahí. No es solo ser Dama de Blanco, es ser también ser humanos y estar al lado del pueblo, al lado de la comunidad siendo ejemplo y dar todo lo mejor de una para ellos, a pesar del miedo. Porque nosotras tenemos miedo, claro está, porque esto es una dictadura y esta dictadura mata, encarcela, pero rompimos esa barrera, cruzamos esa línea invisible y ya nos enfrentamos de otra manera. Ellos nos detienen, nos golpean y salimos nuevamente.
"...Es muy importante que el mundo lo conozca, que en Cuba hay una dictadura y que el Movimiento Damas de Blanco es víctima de ella...”
“Yo soy una mujer campesina, no estudié, tengo muy poca preparación en la vida. Quizás no sepa expresarlo con las mejores palabras, pero lo digo con mi corazón, con mis acciones, y quisiera que el mundo conozca nuestra realidad, la realidad de la mujer cubana en la oposición. Llevamos en nuestro cuerpo las marcas porque tenemos las marcas en nuestro cuerpo de las lesiones que nos han causado, pero también tenemos en nuestros corazones las heridas que nos provoca la dictadura. Es muy importante que el mundo lo conozca, que en Cuba hay una dictadura y que el Movimiento Damas de Blanco es víctima de ella”.
AT. ¿Qué significado tiene que sea un grupo de mujeres las que han llevado la vanguardia de la lucha por la libertad en Cuba desde dentro del país?
“Las Damas de Blanco han roto esa barrera, pero siempre ha habido hombres junto a nosotras porque, cuando en el 2003 se fundó el Movimiento, las mujeres dieron el paso al frente porque tenían un esposo, un hermano, un hijo, un sobrino, un nieto o una nieta o una hija encarcelada. La mujer cubana rompió esa barrera, y en este caso fuimos las Damas de Blanco como fieras por defender a nuestros seres queridos y nos unimos. Y en la unión está la fuerza y siempre lo estoy diciendo, que salimos a las calles ahí día tras día, agresión tras agresión. Las mujeres salimos a las calles y nos impusimos.
"A pesar de la represión constante, lo que nos ha llevado a consolidarnos como un grupo de oposición por la libertad es la unidad. La unidad es muy importante para la oposición, para todo grupo de opositores en Cuba. Si esa unidad creciera en todas las organizaciones sería diferente y eso lo logramos nosotras al cabo de tantos años. Hemos sufrido bajas irreparables por enfermedades, por muerte, por intimidación y por chantajes crueles de parte del gobierno contra mujeres indefensas que le han partido el corazón porque les han dicho que si siguen en la lucha les harían daño a sus familias y a ellas mismas.
“Desgraciadamente no todo el mundo tiene la capacidad de asimilar una agresión de esa forma, a mí las lágrimas se me corren, yo no dejo de llorar un día al pensar en todas mis hermanas, en las que estamos, en las que no están, en todo lo que hemos pasado. Pero doy gracias a Dios porque seguimos unidas, seguimos en pie de lucha día tras día a pesar de todo”.
AT. ¿Qué idea tiene su organización Damas de Blanco sobre los cambios que Cuba necesita para democratizar el país y salir de la crisis profunda en la que se encuentra, luego de tantos años de dominio del partido comunista?
“Como todas las organizaciones dentro de Cuba, se está trabajando para una transición en la unidad. En Cuba lo primero que hay que hacer es cambiar por completo las ideologías, lo que han sembrado en los corazones y mente de nuestra población. Las Damas de Blanco trabajan mucho para cuando llegue ese cambio poder enfrentar lo que hemos vivido en estos 60 años. Va a ser un cambio muy difícil, pero se está trabajando en eso; tengo fe en que todo se va a lograr y que vamos a vivir en libertad. Nuestro país saldrá adelante y nuestra economía se va a restablecer y que todo cambiará. Tengo confianza en que eso sucederá.
“Esperamos que el cambio traiga más medicinas y una mejor educación, sin tener que seguir obligatoriamente una ideología, sin adoctrinamiento, sin consignas, sin que el niño sea obligado a manifestarse como lo enseñan los maestros. No tiene que ser así, el niño tiene que ir a la escuela a educarse. En Cuba se ha perdido hasta la educación formal, nuestros niños ya ni dicen ni buenos días, ni buenas tardes, ni buenas noches. Cuando llegue el cambio, todo eso tiene que fluir y un cambio educativo será inevitable.
AT. Sissi Abascal, tu hija, fue detenida y juzgada a siete años de cárcel por participar en la masiva manifestación del 11 de julio del 2021 en Cuba, ¿cómo vive una madre que tiene a su hija acusada de un delito que es un derecho inalienable como ser humano: el derecho a la libertad, a marchar, a pedir justicia?
“Para mí, vivir el día a día siendo la madre de una presa política, de una presa de conciencia, de una joven casada, madre de una niña, educada en una familia tradicional cubana, es doloroso. Como madre, cuando me siento a comer, pienso en qué estará comiendo mi hija. Y no puedo comer porque sé que mi hija está pasando hambre, porque sé que mi hija está pasando cosas horribles. En mi caso el sufrimiento se profundiza porque llevo años luchando por otros presos y ahora le tocó a mi hija solo por pensar diferente. Nuestros presos no agredieron, nosotros fuimos agredidos. Yo también participé en esas manifestaciones, fuimos golpeadas salvajemente, mi otra hija sufrió heridas en la frente, en su cara.
“Soy la madre de tantos presos políticos porque así me considero, así voy a seguir día a día imponiéndome ante este sufrimiento tan grande que siento. Pido perdón a Dios por sentir odio contra esta dictadura, pero no puedo, es algo imposible perdonar en estos momentos a una dictadura que tiene tantas y tantas personas tras las rejas. No solo son los que están en las rejas, son los que están en la calle, hay niños desamparados, niños que el sustento de alimentación eran su papá o su mamá y que ahora están presos y presas. Esas personas tienen hijos en la calle pasando situaciones que uno ni puede imaginar.
“Todos los días hago declaraciones diciendo que debemos unirnos como se unieron en el 2003 las primeras Damas de Blanco. Entiendo que muchas madres tienen miedo porque estamos en una dictadura, pero me es difícil entender que no luchen por la libertad de sus hijos. Tienen a sus seres queridos tras las rejas en condiciones críticas, hay presos en estos momentos en huelgas de hambre al punto de que pueden perder la vida en celdas de castigo; presos sin derecho a llamadas telefónicas; sin acceso a visita, sin acceso al saquito que se le puede llevar con su alimentación en la prisión. La única forma de luchar por ellos es uniéndonos y organizándonos, así somos más fuertes.
“La dictadura dice que los presos del 11 de julio son presos comunes, cuando declaras que eres un preso político ahí mismo ya están tomando represalias contra ellos y es crítica la situación en que se encuentran. Nosotras como madres debemos de estar unidas, debemos dar un paso al frente y reclamar la libertad de todos nuestros presos y presas.
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Muy buena entrevista. Gracias