La poeta nigeriana Ijeoma Umebinyou y la deconstrucción de la "virtud" del silencio
El activismo poético de Ijeoma Umebinyou intenta destruir el silencio con el que muchas mujeres habitan su realidad patriarcal y racista.
“Nadie te advirtió/que aquellas mujeres cuyos pies/ cortaste para evitarles correr/darían a luz/ hijas con alas”. De Preguntas para Ada. Ijeoma Umebinyuo, poeta nigeriana.
Ijeoma Umebinyuo empezó a escribir a los siete años. Su abuelo la había introducido en la narración oral a través del folclore igbo.[1] Hoy es considerada una de las mejores poetas modernas del África subsahariana. Sus relatos y poemas han aparecido en diversas publicaciones, tanto digital como impresas. Ijeoma Umebinyuo, (Lagos, Nigeria) es una joven poeta que ha sido traducida al portugués, al turco, el ruso y al francés. El poemario Questions for Ada (Preguntas para Ada), publicado en 2015, fue su primera colección de poemas y prosas poéticas. Y la repercusión y acogida ha sorprendido a la propia poeta.
Defensora de los derechos reproductivos de las mujeres, de las mujeres en la política y de las mujeres dueñas de su propia narrativa, Ijeoma se considera una feminista que busca con su poesía "mover el alma" de los lectores.
Invitada a hablar en varios países e instituciones, Umebinyuo ha dado charlas en las Universidades de Columbia y Colgate, en EEUU, pronunció el discurso de apertura en la primera Conferencia de Afrocentrismo, auspiciada por las Universidades de Columbia Británica y Simon Fraser, y formó parte de un panel de discusión centrado en las mujeres nigerianas organizado en la Universidad de Lagos por la BBC. También integró un panel de discusión sobre “Género, silencio y política de la escritura” en el Festival Internacional de Poesía de Hong Kong.
«Ambas hemos sobrevivido/ para de nuevo/ amarnos a nosotras mismas/una/y/otra vez».
Los temas a los que consagra su escritura comenzaron a aflorar en su adolescencia. Al final de este proceso comenzó a entender lo que significaba ser mujer… Y lo que vio no le agradó. La joven sintió la necesidad de salir de Nigeria y explorar todo lo que le habían enseñado, desde religión hasta ser una mujer africana. De esta manera, y según sus palabras, entendió su “negrura y lo que eso significaba”, también las normas impuestas de lo que debían pensar y hacer las mujeres. Comprendió que la sumisión y el silencio, una vez rotos, podían ser extremadamente peligrosos para esa sociedad patriarcal estancada e infeliz.
“Me llegan mensajes de chicas de diferentes edades diciéndome: “Gracias por escribir esto, gracias por hacerme entender que no me estoy volviendo loca, que estoy bien”. Son cosas muy importantes para una mujer, y especialmente para una mujer que tiene un nombre como el mío, alguien que es como yo, alguien que ha vivido en lugares en los que he vivido, sitios en los que te dicen: “Que las mujeres de este lugar no hablen”. Escribo, ante todo, para ellas, para esas mujeres”.
Ijeoma Umebinyou (Lagos; Nigeria). Fragmento de entrevista concedida a Africa in dialogue
Ijeoma Umebinyou escribe cosas de las que muchos no quieren saber. Asuntos de los que las mujeres hablan entre ellas en voz baja. Tabúes como la violación, por ejemplo. La autora es muy específica al escribir/hablar sobre las niñas y las mujeres, sobre las historias que viven y se cuentan en su intimidad confesional. Está convencida de que esas historias, cuando esas mujeres ya hayan muerto, podrán ser leídas por otras que a su vez se dirán: “Me veo reflejada en esto”.
"Incluso las mujeres fuertes/ que se enamoran de los hombres/ se rompen/en el piso del baño/ a las tres menos cuarto de la mañana/ abrazando sus rodillas/ y/ maldiciendo su reflejo"
Ijeoma considera crucial comprender las diferentes dinámicas de las mujeres, pues estas son muy importantes para el feminismo. “Algunas de nosotras somos privilegiadas, podemos decir lo que queremos, pero tenemos que entender que muchas mujeres no lo hacen. No puedo decirle a otra mujer ‘esto es lo que tienes que hacer‘. Tenemos que tener mucho cuidado con eso. Hay tantas dinámicas del feminismo como maneras en las que una mujer puede decir: soy mujer, esto es lo que soy y así es como muestro lo mío”. (En entrevista concedida a Africa in dialogue.)
En sociedades en las que la mayoría de los hombres pueden hacer y decir lo que quieran, y ser quienes quieran ser, a la mujer la definen las fronteras y los límites, de ahí que la lucha por los derechos y por el derribo de las barreras legales y mentales sea algo imprescindible.
"Nuestros cuerpos son políticos"
Afirma sin ambages, en entrevista concedida a Afroféminas, que el cuerpo es político, “Nuestros cuerpos son políticos, no importa desde qué perspectiva los miremos”.
Así como los derechos reproductivos o la brecha salarial. Todo es político. Desde la mutilación genital femenina hasta la educación de las niñas. Desde la titularidad de las propiedades hasta el hecho de que las mujeres sean descritas como propiedad de los hombres.
En la obra de Ijeoma Umebinyou la salud mental, un tabú en las sociedades africanas o entre los grupos de africanos desperdigados por el mundo, ocupa un lugar esencial. Existen enfermedades, como la malaria o la insuficiencia renal, sobre las que pueden intercambiar tranquilamente personas de todas las razas, sin embargo, al mencionar la salud mental, las personas negras quedan excluidas.
La poetisa reflexiona, no sin estupor, cuando escucha a muchos africanos decir. “Esto no nos pasa a nosotros, no es parte de nuestro ADN”.
«Empezar ahora. Empieza donde estás. Empieza por el miedo. Empieza por el dolor. Empieza por la duda. Empieza con las manos temblorosas. Empieza con la voz temblorosa, pero empieza. Empieza y no pares. Empieza donde estás, con lo que tienes. Solo empieza”.
Confiesa que podría haberse abrumado si hubiera escuchado a todos antes que a sí misma, sus voces, sus reclamos, sus exigencias, sus quejas. Como fiel defensora del autocuidado defiende valores como la templanza, el cuidado de sí misma y de los pensamientos creativos. Desdeña ese concepto de mujer fuerte, empoderada, de mujer que jamás se derrumba, de mujer-mula que carga con los problemas de los demás renunciando a sus necesidades más profundas e incluso postergándolas. Esa idea torcida y secular de que la mujer siempre ha de seguir adelante suceda lo que suceda, esa idea romántica pero cruel, que oculta tanta segregación y escarnio.
En respuesta a una pregunta que le han formulado alguna vez acerca de su opinión sobre el concepto de igualdad de derechos para mujeres y hombres afirma que históricamente las mujeres africanas siempre se han encontrado en el lado perdedor, víctimas de las mutilaciones genitales, de la prohibición de superación intelectual, de los matrimonios infantiles en África, Asia y Medio Oriente.
Preguntas para Ada fue un libro de cocción lenta. Ijeoma Umebinyou dio muchas vueltas para encontrar el título de su poemario. Antes del título comenzó a bosquejar versos e ideas que compartía con amigos a través de las redes sociales. Sorprenden la brevedad de algunos versos, su belleza y su desgarrada visión de la vida de las mujeres africanas.
Y sobreviene la pregunta: ¿Por qué el título del poemario?¿Quién es Ada? ¿Por qué precisamente a ella se le pregunta?
En la cultura igbo Ada es un nombre que se pone a las hijas. Normalmente este nombre se reserva a las hijas primogénitas.
Ijeoma Umebinyuo quería un libro que un inmigrante pudiera leer, que una persona negra pudiera leer. Que una mujer pueda leer. Quería escribir sobre lo que era ella misma y lo que pretendía ver en el mundo y en los demás. Enseñar cada experiencia dolorosa, cada experiencia que le han contado y, lo más importante, quiso, y lo consiguió, centrar sus poemas en esas mujeres que casi nunca aparecen representadas, las marginadas, silenciadas, a veces por propia decisión.
«Transformé nuestro amor en poemas/ y todos los dolores cedieron/ toda la ira desapareció.»
No estaba interesada en la mirada masculina, pero sí en desmantelar la cultura del silencio.
Con sus palabras, la autora desafía y cuestiona el arcaico sistema de creencias que sostiene que el silencio es una virtud e intenta deconstruir esa cultura/tradición del silencio.
[1] El folclore juega un papel importante en la cultura igbo. Representan la creación, la vida e incluso la muerte. A través de elaborados cuentos, el pueblo igbo transmite sus creencias acerca de cómo llegó a ser su pueblo. Las historias se difunden entre los jóvenes, lo cual fomenta un comportamiento positivo.
Nota: Los llamados de este artículo están conformados por versos o fragmentos de prosas poéticas del libro Preguntas para Ada, de Ijeoma Umebinyuo.
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