¿Qué son y qué hacen los observatorios de género independientes en Cuba?
Los Observatorios de género independientes en Cuba han sido fundamentales para recopilar datos sobre violencia machista, visibilizar esta problemática y combatir por su erradicación.
La creciente ola de feminicidios en Cuba está en ascenso, pues solo en 2023 se han reportado 76 feminicidios en la isla. Aun así, el Estado todavía no reconoce estos crímenes de género.
Los Observatorios de Género independientes dan cuenta, de manera transparente, del verdadero escenario en materia de violencia de género en Cuba. Además, exigen a las instancias gubernamentales que presten atención a este descontrolado aumento de crímenes y tomen acciones al respecto.
Cabe destacar que, hasta ahora, tales instancias se muestran indolentes frente a la situación de alarma que enfrenta la población femenina en la isla, y continúan sin desarrollar una estrategia para combatir la ola de feminicidios y de discriminación de género cometidos contra las mujeres.
Las demandas, según el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), “están claras”, aunque las autoridades cubanas las ignoran, “por lo que apelamos a la ciudadanía para la prevención de algo irreparable como la pérdida innecesaria de vidas”, afirma una representante de esta organización.
Los observatorios OGAT y YoSíTeCreo en Cuba (YSTCC) revelan que en el presente año las edades más afectadas por la agresión machista “oscilan entre los 31 y los 45 años”, pues se han contabilizado 35 mujeres en ese rango de edad, “asesinadas, principalmente por parejas y exparejas”. Y las provincias más afectadas hasta el momento, han sido, Matanzas, Santiago de Cuba, La Habana y Mayabeque, en ese orden.
¿Qué son los Observatorios de Género?
Los Observatorios de Género son organizaciones especializadas donde se monitorean las políticas públicas en materia de igualdad de oportunidades y la seguridad de las mujeres. En ellos se identifica y denuncia cualquier situación de emergencia; se visibilizan las estadísticas de feminicidios y de los casos de violencia en las sociedades actuales.
Según la Red Femenina de Cuba, un Observatorio de Género “identifica y selecciona indicadores y categorías de género para reflexionar sobre las políticas y jurisprudencias existentes en una sociedad”.
Tales datos verificados se ponen a disposición del gobierno y de la sociedad civil, y, de ser posible, podrían ser utilizados como herramientas que ayuden a formular políticas en el cumplimiento de objetivos internacionales en torno a la igualdad de género. Pero hay que tener en cuenta, según OGAT, que “los observatorios se expresan de distintas maneras en dependencia del territorio y de la voluntad política de cada gobierno”.
OGAT comenta al respecto que un Observatorio de Género “puede nacer desde una voluntad institucional, desde la sociedad civil, o desde colectivos, organizaciones o movimientos feministas”, y en el caso de Cuba “surgen para evaluar lo que está sucediendo con la violencia de género, no solo con los feminicidios, pues algunos se dedican a monitorear una forma específica de violencia de género, y para otros, su ruta de trabajo es luchar contra cualquier violencia de género”.
¿Cuáles son los objetivos de un Observatorio de Género?
Para que un Observatorio funcione de manera óptima “debe ser colaborativo, participativo, integrar distintos actores sociales y dar seguimiento a las políticas públicas que se implementen en el territorio”, comenta OGAT. Además, debe “ofrecer herramientas, y un sistema de indicadores que permita monitorear y dar respuesta a la problemática de salud pública, sociopolítica, institucional que representa la violencia de género en el país”.
Para los Observatorios de Género cubanos, que operan como espacios independientes, es fundamental “presionar al Estado, exponer de manera pública a la sociedad civil y a la comunidad internacional las cifras de feminicidios, además de monitorear y denunciar la violencia política, que es una expresión de la violencia de género”, explica OGAT.
Para la Red Femenina, por ejemplo, los observatorios “contribuyen a generar un mejor conocimiento de la realidad social y de la violencia contra las mujeres”. A través de ellos se pretende que la sociedad tome conciencia de esta problemática y actúe en consecuencia.
Por su parte, YSTCC asegura que un gran reto es “llegar a verificar la mayor cantidad de casos posibles con todo el rigor que se requiere, generar confianza entre las personas que brindan información y seguir mejorando la estrategia para brindar información sin revictimizar”.
¿Cuáles son las herramientas de trabajo y la composición de los Observatorios de Género independientes en Cuba?
Teniendo en cuenta que en Cuba existe un sistema totalitario, y que la información se encuentra bajo el estricto control del Estado, los Observatorios de Género funcionan desde los datos recopilados con la ayuda de la sociedad civil, y de una red de activistas y de observadoras que verifican cada denuncia o alarma que se recibe.
El observatorio YSTCC, por ejemplo, está compuesto por “una coordinadora, una red de observadoras y una persona encargada de la base de datos”. Las principales herramientas para desarrollar el trabajo de YSTCC son “las fuentes ciudadanas, las redes sociales y una metodología pensada para el escenario cubano”, precisó una de las activistas de esta organización.
Al respecto de las herramientas, la Red Femenina explica: “Se analiza y se evalúa la situación, y acto seguido se difunde, teniendo en cuenta que los datos obtenidos del estudio no se pueden facilitar a instituciones oficiales de apoyo porque estas no existen”.
Según la Red Femenina, los Observatorio de Género independientes en Cuba realizan “análisis detallados de las políticas gubernamentales para evaluar los impactos de la violencia de género en el territorio”, además de “encuestas, estudios e informes sobre la representación de las mujeres en diferentes campos (…) para tener una idea de la magnitud de las barreras que se afrontan”.
Desde OGAT se realizan informes anuales y semestrales. “Tratamos de incluir en los reportes sobre los feminicidios, comentarios y análisis sobre lo que está sucediendo en ese contexto específico”.
Respecto a los estudios para diagnosticar desigualdades, violencia o crímenes machistas, de la mano de académicas y académicos, la Red Femenina aclara que: “La Academia cubana está muy controlada por el régimen, y son escasas las voces que denuncian esta apatía y desidia gubernamental. En Cuba castigan el cuestionamiento con el máximo rigor”. De ahí que la mayor parte de estos diagnósticos y estudios quedan en las manos de expertas, expertos y activistas exiliados.
¿Cuáles son las principales alianzas y recursos de difusión de los Observatorios de género en Cuba?
Los Observatorios de Género en la isla se enfrentan a limitaciones propias de un sistema totalitario. Al respecto, la Red Femenina opina que “los recursos de difusión en Cuba son escasos. Los activistas de la Sociedad Civil y la prensa independiente son quienes difunden la información. Gracias a ellos la realidad cubana ha llegado a los foros de instituciones internacionales, (…) hacen un excelente trabajo”, y hace hincapié en lo imprescindible del “compromiso institucional”, pues existe la necesidad de combatir la violencia machista desde el Estado.
Ante la total ausencia de datos oficiales, de protocolos y de voluntad política por parte del Estado cubano, OGAT, en conjunto con la sociedad civil, hace “alianza con otros observatorios y plataformas de mujeres”, con el fin de “realizar campañas de sensibilización, y de hacer frente común al vacío que existe en el contexto institucional”, explica una activista de esta entidad. “Somos un observatorio joven que está aprendiendo, tratando de buscar mayores alianzas que permitan a nuestro trabajo realizar análisis estadísticos con perspectiva feminista que impacten lo mejor posible en la lucha contra la violencia de género”.
Según YSTCC, “los observatorios independientes en Cuba son un ejemplo de trabajo colaborativo y conjunto”. Mientras, la Red Femenina celebra que todas las organizaciones independientes en Cuba son “solidarias, respaldan, difunden y colaboran estrechamente”, a diferencia de las instituciones oficiales, “a quienes se les ha enviado sistemáticamente información, además de la solicitud y disponibilidad de trabajar unidos para erradicar el crimen y la violencia de género, y no han atendido”.
Sobre repositorio de archivos de los Observatorios independientes
A razón de la base de datos de cada observatorio, YSTCC explica: “En el sitio web del Observatorio, se cuenta con un repositorio mayormente de trabajos de prensa”.
Por su parte, la Red Femenina advierte que ante la falta de colaboración del Estado “es muy difícil [en materia de feminicidios] tener un mapeo completo de la realidad”, y esto supone que la información que poseen en sus bases de datos los Observatorios de Género independientes, está lejos de ser completa o absoluta debido a la negativa del régimen a brindar acceso a la información. La Red Femenina afirma, además, que a pesar de esta limitante “toda la información disponible se archiva”.
Según OGAT, “cada caso registrado cuenta con un expediente que es un formulario organizado por categorías”. En estas categorías se registran verificaciones en cuanto a “si la victima denunció previamente a la policía, si el agresor tenía antecedentes de violencia machista o si la prensa oficial se hizo eco del caso”. Estos datos recopilados en expedientes son los que “permiten realizar los análisis estadísticos anualmente”. Además de este expediente detallado de cada feminicidio, OGAT realiza un excell donde están reflejadas todas las categorías que se incluirán en el análisis de datos final que se refuerzan con gráficos e infografías.
¿Cuál es la ayuda que brindan los observatorios en un escenario crítico?
Desde los Observatorios independientes se brinda información y visibilidad a través de sus páginas Web, en las que se comparten numerosos artículos y análisis sobre tipos de violencia de género, desapariciones, historias de vida, historias de supervivientes, de resiliencia, entre otras, como un recurso para tratar de ofrecer “vías de salida a los ciclos de violencia”, comenta OGAT.
Los observatorios, además, actúan como mediadores ante cada denuncia que reciben. Al respecto, OGAT explica que amplifican estas denuncias si se les solicita, y también las reconducen, si fuera necesario, con otros observatorios u organizaciones que puedan acompañar de manera más específica y especializada.
Otras formas de asistencia de parte de los Observatorios son las líneas de ayuda. YSTCC comparte que, en su caso, “es parte de una plataforma que cuenta con una Línea de Comunicación en redes sociales y una Línea de Apoyo a Personas Afectadas por la Violencia de Género”.
OGAT ha creado recientemente un Directorio de Ayudas y Recursos (en crecimiento) para mujeres víctimas de la violencia de género. Este se compone de las vías para contactar con un grupo de instituciones, organizaciones, colectivos, iniciativas ciudadanas e instituciones religiosas que prestan ayuda a las mujeres víctimas de violencia de género. “Estas ayudas van desde recursos económicos y acompañamiento, hasta atención psicológica o jurídica”.
Según OGAT, el Directorio de Ayudas posee un formulario que facilita a la ciudadanía el denunciar feminicidios e impedir que se ignore o se manipule la realidad cubana en materia de violencia de género, pues este sistema proporciona un registro minucioso de cada feminicidio. Y aunque OGAT no sabe cómo se comportan las instituciones oficiales (casas de orientación a la mujer, PNR, FMC, etc.), sí las incluyó en el Directorio. “Las compartimos, las ponemos al alcance; tratamos de que las mujeres sepan que pueden denunciar y hacia dónde dirigirse si están siendo amenazadas o acosadas por parejas, exparejas, vecinos, familiares, etc.”.
Sobre tres Observatorios Independientes de Cuba
Los Observatorio de Género independientes en Cuba surgen como “producto de la realidad, la necesidad, la empatía y la solidaridad, además del malestar y la rebeldía”, comparte la Red Femenina de Cuba. Dicha organización es fruto del acuerdo firmado, en agosto de 2019, entre la Asociación Damas de Blanco y la delegación española de la Plataforma Femenina.
Esta iniciativa nace entre mujeres comprometidas con el cambio político y las mejoras sociales en la isla. Pretende contribuir en la formación de las mujeres, coordinar la visibilidad del movimiento femenino en las redes sociales, generar acciones en defensa de los derechos de la mujer y de su papel en la sociedad, así como empoderarlas para neutralizar la violencia de género.
YoSíTeCreo en Cuba (YSTCC), por su parte, comenzó su trabajo como observatorio en 2020, aunque la plataforma fue creada en 2019, como apoyo y acompañamiento a personas en situación de violencia de tipo sexual, física, patrimonial, psicológica, de acoso sexual y laboral, además de violencia doméstica y familiar, vicaria, obstétrica o política.
Al respecto, YSTCC cuenta que nace a partir del caso de violencia machista que sufriera la cantante Dianelys Alonso, la Diosa de Cuba, de parte del ya fallecido músico José Luis Cortés, el Tosco, cuando seis feministas cubanas acordaron trabajar conjuntamente en el apoyo de la cantante. A partir de ahí, “el proyecto fue creciendo de acuerdo a las necesidades de la realidad cubana”.
Por su parte, el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) se funda en junio de 2019 con el objetivo de registrar, investigar y denunciar la violencia de género en la isla desde una perspectiva feminista, enfocándose principalmente en los feminicidios, por la ausencia de estadísticas públicas frente a dichos crímenes. OGAT también denuncia la violencia política hacia las mujeres que en Cuba tiene un tangible sesgo de género. Este observatorio surge como un proyecto esencial de la Revista Feminista Alas Tensas, fundada el 16 de octubre de 2016 en Cuba.
Sobre el Observatorio Oficial
La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) presentó, el 8 de junio del presente año, el Observatorio de Cuba sobre Igualdad de Género (OCIG). La actualización y difusión de dicho portal es responsabilidad de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) y de la FMC. Su propósito consiste en constituir una plataforma que recopile, procese y visibilice indicadores desde un enfoque de género y de derechos, relacionados con la situación y posición de mujeres y hombres en la sociedad, para fortalecer las políticas públicas dirigidas a cerrar brechas de género.
Pero la verdad es que la iniciativa oficial del OCIG prescinde de los términos “feminicidio” y “femicidio” en su metodología, y en opinión de la Red Femenina, “todo ha quedado en titulares”, aunque en abril de este mismo año el presidente cubano Miguel Díaz-Canel aseguró que habría “cero tolerancia” con respecto a la violencia machista en el país.
Queda claro que la voluntad oficial de desarrollar acciones en contra de la violencia de género no se visualiza, pues el OCIG, anunciado desde marzo de 2021, demoró casi tres años en salir a la luz, en medio de un escenario de emergencia en el país, pues las víctimas de feminicidio han aumentado en más de un 50% respecto al año anterior.
¿Cuáles son los reclamos al Estado de los Observatorios independientes?
En 2019 se realizó una petición, desde el activismo, de una ley integral contra la violencia de género y la inclusión de la figura jurídica del “feminicidio” en el Código Penal. Pero no hubo respuesta por parte del Estado cubano, que, apunta La Red Femenina, “no ha querido abordar abiertamente el asunto; tuvo una oportunidad en la reforma constitucional, pero no lo quiso abordar”.
Solo se hace una pequeña mención, en el nuevo Código de las Familias, de “implementar las alternativas armónicas para la resolución de conflictos familiares”, y se especifica que “se sanciona con privación de libertad a quien mate a una persona”.
La propia Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), solicitó la inclusión de la figura de feminicidio en el nuevo Código Penal, pero su reclamo no fue apoyado ni por la FMC.
Según un informe del pasado mes de agosto del OGAT, presentado en las pre-sesiones del Examen Periódico Universal (EPU), del Consejo de Derechos Humanos (CDH) —que brinda la posibilidad de revisar el estado de los Derechos Humanos en los países que integran la Organización de Naciones Unidas (ONU)—, existe la necesidad de incorporar el feminicidio como delito en el Código Penal, y de crear “una red de refugios para mujeres víctimas de violencia machista, que cuente con garantías de seguridad y personal cualificado”.
Se hace imperativo en Cuba el implementar una Ley Integral contra la Violencia de Género que se elabore en presencia y en colaboración con el activismo feminista. Sin embargo, la Red Femenina cuestiona que “si el gobierno es el primer maltratador, ¿tendrá un interés real en impulsar esta ley?”.
Otras demandas presentadas en el informe de OGAT son la necesidad de “elaborar y aplicar los mecanismos para declarar el Estado de Emergencia (…) cuando sea necesario contener el aumento de casos de violencia de género en el país”. Pero las autoridades cubanas no escuchan esta petición. “Hemos hecho tres llamados para que se declare el Estado de Emergencia por violencia de género en tres momentos distintos”, asegura OGAT.
Por su parte, YSTCC declara que “del Estado se esperan acciones concretas”, pues las que ha tomado hasta el momento “son generales y sin un compromiso de implementación ni rendición de cuentas a la ciudadanía”. De ahí que “esas acciones se ven más como papelería para mostrar a la ONU u a otros países, que para hacer algo concreto dentro de Cuba”.
Al respecto, OGAT afirma que “algunas de las medidas que ha tomado el gobierno, como el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), la Estrategia Integral, el OCIG o la Línea Telefónica de Ayuda (que aún no es única), se deben, en gran parte, a las presiones que hemos hecho a través de las redes sociales y a la movilización de la sociedad civil sobre los casos de feminicidio”.
A pesar de la indiferencia de parte del gobierno y las instituciones del Estado respecto a los llamados a combatir la violencia de género, los Observatorios en Cuba afirman que “se ha tratado de que tomen medidas, porque ellos [el gobierno] son los que pueden tomar medidas, digamos, de largo alcance”.
Pero el gobierno “sigue criminalizando todo el activismo que se hace en Cuba, y cuando se criminaliza a la sociedad civil, que es la que puede tejer redes de apoyo vecinales, comunitarias, que incluso pueden hacer la denuncia llegado el caso, se cierra una puerta para una víctima”, sentencia OGAT.
De ahí que la base de la exigencia, desde los Observatorios independientes al Estado cubano, va de la necesidad de restablecer de inmediato y sin condicionamiento alguno “el derecho de reunión, asociación, y manifestación, no solo para las mujeres que luchan contra la violencia de género y las asociaciones feministas (…) que son criminalizadas, sino para todos los ciudadanos”.
Los Observatorios de Género independientes contra del silencio
Frente al silencio institucional, los Observatorios de Género independientes de la isla cuestionan las medidas oficiales que parecen estar encaminadas a lavarle la cara al régimen. “El tema de no nombrar estos crímenes de odio como feminicidios, y de no crear una nota en medios de prensa oficiales que no revictimice y donde se usen los términos adecuadamente, denota el ocultamiento desde el que trabajan”, denuncia OGAT. “Ese proceder tiene consecuencias como el aumento de la violencia de género frente a una crisis institucional, y frente a una total falta de voluntad”.
Asegura que “en un reporte reciente sobre el juicio de un feminicida (…), lo que se hace es ventilar las sanciones ejemplarizantes para que agresores o posibles agresores tengan miedo, cuando sabemos, porque internacionalmente está demostrado, que ni el aumento de las sanciones ni el crear un clima de terror frena los feminicidios ni la violencia de género”. Y agrega que “solo un conjunto de medidas, voluntades políticas y la estrecha cooperación entre los distintos sectores de la sociedad, pueden luchar contra la violencia de género de manera efectiva”.
Según OGAT, ser un Observatorio independiente compuesto por mujeres exiliadas, en su mayoría, aunque apoyadas por una red de observadoras en Cuba cada vez más fuerte y formada, les ofrece la posibilidad de hablar con autoridad y sin temores, porque conocen el contexto, y no le deben nada al gobierno. En todo caso, el gobierno les debe a ellas, porque las han violentado.
Sobre límites y fortalezas
Respecto a los límites, “lo primero es la criminalización, el riesgo de descrédito y de cárcel para las observadoras o nuestras familias que están en Cuba”. OGAT revela que no puede “acceder a fuentes oficiales, conversar con la policía o con las instituciones, ni con abogados, sobre la evolución de los casos para darles seguimiento”. Tampoco cuenta con la posibilidad de “asociar ni convocar a manifestación”.
Por su parte, YSTCC explica que una de sus fortalezas “es el trabajo sostenido por 3 años, y una propuesta de metodología para el caso cubano”. Mientras, La Red Femenina asegura que “la unión enfocada hacia un único objetivo deriva hacia una sintonía total entre organizaciones. No podía ser de otra manera que desde el respeto y el apoyo mutuo”.
Para los Observatorios de Género en Cuba, según OGAT, “ser independientes y estar integrados por mujeres feministas y exiliadas, que conocen el contexto al que se enfrentan, es su mayor fortaleza, junto con su capacidad de forjar alianzas con otras organizaciones”.
La unión enfocada hacia un único objetivo
Del 6 al 17 de noviembre, Cuba estará sometida al Examen Periódico Universal (EPU), del Consejo de Derechos Humanos. “A estas presesiones sí tuvimos la posibilidad de asistir, de compartir nuestras recomendaciones y un análisis del contexto cubano”, comenta OGAT.
“Hicimos hincapié en que los países le recomienden a Cuba la importancia de la participación de la sociedad civil no solo en la redacción de una Ley Contra la Violencia de Género, sino también en la propia lucha contra esta forma de violencia”. Pero para eso tendrían que permitir el derecho de manifestación, el derecho de reunión, y dejar de criminalizar a las activistas y a la sociedad cubana en general.
La realidad es que estos Observatorios de Género independientes ni siquiera están cerca de ser legalizados como asociación, puesto que en un contexto totalitario como el cubano es bastante difícil que tal cosa se logre. “El gobierno nunca va a reconocer nuestro trabajo”, indica OGAT. “Como mujeres, activistas y exiliadas, sentimos la necesidad de poner sobre la mesa el tema del machismo y la violencia de género en Cuba”.
Los observatorios independientes, el periodismo independiente, el activismo y la sociedad civil, son hasta ahora las únicas y más potentes armas para contener y denunciar la ola de crímenes machistas que afectan a Cuba. De ahí que utilicen distintas líneas de trabajo que van desde la más protocolar, como la participación en las presesiones del EPU, hasta la más cotidiana, como exigir la libertad para las presas políticas, el cese de la represión y de la violencia de género en las redes sociales y en los medios periodísticos independientes.
Los Observatorios de Género independientes en Cuba representan un conjunto de voluntades que se imponen ante la ausencia de estadísticas públicas actualizadas y de un riguroso seguimiento oficial, que se hace cada vez tan imprescindible como lejano.
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