Feminismos: un enfoque para cada realidad

“No adherirme a un tipo específico de feminismo, me ha permitido tener una visión más amplia y flexible en la lucha contra la opresión de género”, afirma la activista feminista Laura Vargas.

| Opinión | 22/12/2023
muchacha sentada de espaldas mirando un cartel que pone Feminismos.
Imagen de Laura Vargas

Los feminismos han evolucionado constantemente, generando numerosos debates y discusiones sobre las estrategias y formas de acción más efectivas para alcanzar la igualdad de género. Por lo tanto, es común que exista una diversidad de opiniones y enfoques dentro de los propios movimientos feministas. Algunas de las principales corrientes feministas son el feminismo liberal, el feminismo radical, el feminismo cultural, el feminismo socialista, el ecofeminismo, el feminismo negro, el feminismo decolonial, entre otros.

El feminismo liberal se enfoca en los derechos individuales y la igualdad ante la ley, buscando eliminar las barreras legales e institucionales a la igualdad de la mujer. Por otro lado, el feminismo radical busca cuestionar y transformar las estructuras fundamentales de la sociedad que perpetúan la desigualdad de género, como el patriarcado. El feminismo cultural se centra en reconocer y valorar las contribuciones únicas de las mujeres a la sociedad, mientras que el feminismo socialista ve la lucha por la liberación de la mujer como parte de una lucha más amplia por la justicia social y la igualdad económica.

El ecofeminismo relaciona la opresión de la mujer con la explotación del medio ambiente, cuestionando los sistemas económicos y políticos dominantes que priorizan las ganancias por encima de las personas y el planeta. El feminismo negro resalta la interseccionalidad de raza, género y clase, reconociendo las luchas únicas de las mujeres negras y buscando abordar las múltiples formas de opresión a las que se enfrentan. El feminismo decolonial busca cuestionar el legado del colonialismo y el imperialismo, reconociendo las formas en que estos sistemas han perpetuado la desigualdad de género y buscando descolonizar la teoría y la práctica feminista.

feminismos
Imagen: Laura Vargas

La diversidad de corrientes feministas muestra la multiplicidad de perspectivas y enfoques para abordar la desigualdad de género en diferentes contextos y realidades. Esta variedad no solo enriquece a los movimientos feministas, sino que también destaca la necesidad de entender y abordar la opresión de género desde una multiplicidad de ángulos para lograr una verdadera igualdad y justicia para todas las personas, sin importar su identidad de género, raza, clase social u orientación sexual.

Posturas feministas sin pertenecer a un movimiento

Mientras que algunas personas pueden alinearse con un tipo específico de feminismo, otras pueden sentir que ninguna de las ramas existentes se ajusta a sus valores o planteamientos. Sin embargo, pueden seguir creyendo en los valores fundamentales del feminismo y estar comprometidas con la lucha contra la opresión de género. Es en esta idea en la que quiero centrarme.

Es posible que una persona adopte posturas feministas sin sentir que ninguno de los movimientos existentes refleje adecuadamente sus valores o enfoques para combatir la opresión de género. En ocasiones, los movimientos feministas establecidos pueden no captar completamente las experiencias y perspectivas individuales, lo que puede llevar a una sensación de no encaje entre las personas y las corrientes establecidas. Además, es importante reconocer que algunas personas pueden carecer del conocimiento necesario para identificar las diferencias entre los diversos feminismos. Estos son un campo vasto y en constante evolución, con una amplia gama de enfoques, teorías y movimientos. Para aquellos que no han tenido la oportunidad de explorar en profundidad este campo, puede resultar desafiante entender las complejidades dentro de los feminismos y cómo estos se relacionan con sus propias creencias y valores.

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Imagen: Laura Vargas

Por lo tanto, es crucial fomentar un diálogo abierto y educativo que permita a las personas explorar y comprender las diversas corrientes feministas, así como reflexionar sobre cómo estas se alinean con sus propias perspectivas y experiencias. Esto puede incluir la participación en debates, la lectura de textos feministas variados y la interacción con personas que tienen diferentes enfoques feministas. A través de este proceso, las personas pueden desarrollar una comprensión más sólida de los feminismos y cómo estos se relacionan con sus propias visiones de la equidad de género. Asimismo, es fundamental recordar que la diversidad de opiniones y enfoques dentro del feminismo enriquece el movimiento en su conjunto, fomentando la reflexión crítica y el crecimiento continuo.

Ser feminista

Para mí, ser feminista implica creer en la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Esto significa luchar contra la discriminación de género y la violencia hacia las mujeres, así como promover la autonomía, la dignidad y el poder de decisión de las mujeres en todos los aspectos de la vida. El feminismo busca eliminar las estructuras y prácticas patriarcales que perpetúan la opresión y la desigualdad de género, y aboga por una sociedad donde todas las personas sean tratadas con equidad y respeto.

Recientemente, he notado que varias mujeres en mi entorno han optado por desmarcarse del feminismo. Yo también he tenido mis momentos de duda, pero aún creo en el feminismo. Sin embargo, confieso que hoy me considero una feminista excluida por elección propia.

No adherirme a un tipo específico de feminismo, me ha permitido tener una visión más amplia y flexible en la lucha contra la opresión de género. Los feminismos, como movimientos sociales y políticos, abarcan una amplia gama de enfoques y estrategias que buscan alcanzar la igualdad de género y eliminar la opresión hacia las mujeres. Al no estar limitada a un solo tipo de feminismo, tengo la libertad de explorar y emplear diferentes enfoques y herramientas para abordar de manera efectiva los problemas de género en mi entorno. Esta flexibilidad me ha otorgado la capacidad de adaptarme a contextos diversos y a los desafíos específicos que enfrentan las mujeres en distintas situaciones.

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Imagen: Laura Vargas

Diversidad de enfoques

No me veo obligada a seguir ciegamente un único enfoque, sino que puedo evaluar críticamente las circunstancias particulares y elegir las estrategias más idóneas para abordar la opresión de género. Además, al no estar ligada a un único tipo de feminismo, puedo colaborar con una amplia variedad de personas que tienen diferentes perspectivas y enfoques sobre la igualdad de género. Esta diversidad de pensamientos y estrategias me brinda la oportunidad de aprender de una multiplicidad de experiencias y de enriquecer mi acercamiento a la lucha contra la opresión de género.

No estar limitada por un conjunto de ideas preconcebidas me permite incursionar en nuevas formas de pensar y encaminar mi lucha. Las formas en que la opresión de género se manifiesta cambian con el tiempo y pueden variar según la cultura y la región geográfica. Es esencial reconocer que la opresión de género no se manifiesta de la misma forma en todas partes. Diferentes culturas y regiones geográficas presentan desafíos únicos en relación con la equidad de género, lo que requiere un enfoque adaptable y sensible a las diversas realidades. Ser capaz de adaptarse a estos cambios y encontrar nuevas formas de abordar el feminismo me permite obtener una comprensión enriquecedora para abordar el feminismo de manera más inclusiva y efectiva

La pertinencia de la interseccionalidad

Al mismo tiempo, la interseccionalidad de la opresión me impulsa a participar en otros movimientos sociales. Explorar distintas teorías e ideas feministas me ha hecho ver las complejidades de la opresión de género y cómo se entrecruza con otras formas de opresión. Me ha ayudado a comprender que no existe un enfoque único del feminismo y que son necesarias diferentes perspectivas para crear movimientos más integradores.

Aprovecho de colaborar con otras formas de activismo que no necesariamente son feministas, como la lucha contra la pobreza o el racismo, para abordar problemas relacionados con la opresión de género. Abrazar diversas formas de activismo me ha permitido adquirir una comprensión más completa de las cuestiones de justicia social. Me ha ayudado a darme cuenta de que la opresión opera en múltiples niveles y de que la interseccionalidad es crucial para crear una sociedad más inclusiva y equitativa.

Los desafíos

No identificarme con un tipo específico de feminismo puede presentar ciertos desafíos, tales como la falta de pertenencia a una comunidad claramente definida, lo cual genera aislamiento en mí. No obstante, entiendo esta sensación como un proceso natural en el desarrollo de mi propia identidad feminista, ya que me brinda la oportunidad de explorar diversas corrientes de pensamiento y encontrar aquella con la que me siento más identificada o no. Entiendo que esta postura de exilio dentro de los propios feminismos puede ser malinterpretada. Sin embargo, mi falta de identificación con un tipo concreto de feminismo no implica desinterés o falta de compromiso con la lucha por la equidad de género.

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Imagen: Laura Vargas

Para mí, es esencial ser libre para explorar mi propia relación con los feminismos sin sentirme limitada por una u otra forma de estos. Es vital comprender que todas las personas tienen una historia única en relación con la opresión de género, por lo tanto, es natural que tengan perspectivas diversas sobre cómo abordarla. Este reconocimiento nos lleva a la conclusión de que no existe una única forma correcta de ser feminista. Tenemos el derecho a definir nuestra propia relación con el feminismo y a expresarnos de acuerdo con nuestra experiencia y comprensión personal.

Este razonamiento me recuerda que los feminismos no son doctrinas rígidas o visiones monolíticas, sino un conjunto de ideas y movimientos en constante cambio y evolución. Las diferentes perspectivas se enriquecen mutuamente y nos permiten abordar la opresión de género desde múltiples ángulos. Al comprender esto, puedo ver mi posición como un espacio de reflexión y crecimiento personal dentro de los feminismos. Desde aquí, puedo escuchar diferentes voces y experiencias, y discernir cuáles ideas mejor resonarán conmigo y con mi forma única de ser feminista.

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