Glosario feminista vivo ⎸ Lenguaje inclusivo: Maneras de ponerlo en práctica
“El lenguaje inclusivo permite expresar un posicionamiento respetuoso y en favor de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTBI.”
La búsqueda constante de la igualdad de género pasa también por la forma en que utilizamos el lenguaje. Adoptar un enfoque sensible al género en la comunicación, la redacción, edición y traducción de documentos, así como en el lenguaje cotidiano, contribuye a las transformaciones sociopolíticas y culturales que se quieren impulsar.
En su “Guía para el uso de un lenguaje inclusivo al género”, la Organización de las Naciones Unidas para la Mujer (ONU Mujeres) defiende que:
¿Tengo que usar todos y todas? ¿Tod@s, todxs, todes?
El lenguaje inclusivo es un fenómeno social que va más allá de la pertinencia de adoptar o no la @, la x, la e, o de cambiar una palabra por otra.
“El uso de la e, se ha instituido para personas con identidades que no se encuentran en la polaridad masculina/femenina.”
Las personas detractoras y críticas con el uso del lenguaje inclusivo aluden a que el desdoblamiento léxico, una de las maneras en las que se manifiesta el lenguaje no sexista y que indica que se mencionen a los niños y niñas, compañeros y compañeras, etc., va en contra de la llamada “economía de lenguaje o economía lingüística”. Esto no tendría por qué ser así en realidad. Con el uso adecuado de este recurso, tanto a nivel oral como escrito, el lenguaje adquiere otra riqueza, siempre y cuando se eviten reiteraciones y gags de las que cualquier interlocutor, escritor o editor interesado en el buen uso de la lengua, se cuidaría.
El uso de la “@” y de “x”, a pesar de estar bastante extendido, no es recomendable, ya que no son signos lingüísticos y no se pueden pronunciar. Además, es discriminatorio para personas invidentes. Se ha visto que usarlos para transmitir mensajes escritos de carácter coloquial o artístico ha generado tráfico en redes, y que puede terminar convirtiéndose en un estilo o marca personal. Pero la lengua es lo suficientemente rica en recursos gramaticales como para promover un uso no sexista de ella.
En cuanto al uso de la e, se ha instituido para personas con identidades que no se encuentran en la polaridad “masculina/femenina”, y que no se sienten reconocidas en ninguna de estas dos, se sienten reconocidas en las dos a la vez, o se reconocen en un proceso de fluidez entre ambas en diferentes momentos de su vida. La forma lingüística habitual no reconoce este espectro no binario. Si entendemos que la lengua es una herramienta que nos permite decir lo que queremos decir, y que además no ha de ser exclusiva, debemos tener en cuenta que las personas no binarias se sientan excluidas lingüísticamente si nos dirigimos a ellas usando la “a” o la “o” para identificarlas.
¿Cómo podemos llevarlo a la práctica?
Evita la discriminación:
- Utiliza formas de tratamiento adecuadas: Títulos de cortesía / Pronombre personal y adjetivos que concuerden con el género:
Señora, señor, compañera, compañero / ella, él, elle / agradecida, agradecido. - Refiérete a todas las personas de forma coherente (en el uso de nombre, apellido, tratamiento o profesión):
María, María Delgado, Doctora en Ciencias, lingüista. - Evita mostrar a las mujeres como apéndice de los hombres:
En lugar de decir “los migrantes y sus familias”, utiliza “la población migrante”.
No digas “Las mujeres de la limpieza”, di “el personal de limpieza”.
Visibiliza el género cuando la comunicación lo requiera
- Explicita los grupos referenciados:
hombres y mujeres / hombres, mujeres, personas transgénero, personas no conformes al género / niños, niñas, adolescentes y jóvenes. - No agrupes solo a las mujeres y los niños:
En lugar de decir “arribaron 10 personas, entre ellas 3 mujeres y 2 niños”, utiliza “arribaron 10 personas: 5 hombres, 3 mujeres y 2 niños”. - Usa pares de femenino y masculino (desdoblamiento):
Los niños y las niñas, los hombres y las mujeres. - Acude a las estrategias tipográficas o/a, o(a): Compañero/a
No visibilices el género cuando la comunicación no lo requiera
- Respeta los pronombres por los cuales las personas quieren ser identificadas, principalmente las personas trans y travestis que reivindican un tratamiento en correspondencia con la identidad de género que decidieron para sí.
- Emplea sustantivos colectivos y otras estructuras genéricas:
Un sustantivo colectivo (la vicepresidencia, el funcionariado, el público, la audiencia, la infancia)
Estructuras genéricas (la comunidad, el cuerpo de, el equipo de), procesos en lugar de personas (el evaluador/la evaluadora - la evaluación).
En vez de decir “Es un gran logro para el hombre” puedes decir “es un gran logro para la humanidad”. - Utiliza la palabra persona: En vez de “los deportistas”, puedes decir “las personas deportistas”
- Usa el pronombre relativo: “quien(es)”, los pronombres indefinidos “alguien”, “nadie” y “cualquiera” y el adjetivo indefinido “cada” o el adjetivo demostrativo “tal” seguido de sustantivo común en cuanto al género.
Sustituye “Al interesado” por “a quien le pueda interesar”. - Elije adjetivos sin marca de género en lugar de sustantivos:
Puedes decir “el desempleo juvenil” en vez de “de los jóvenes”. - Usa el infinitivo o el gerundio en lugar de un sintagma con marca de género.
Utiliza “Es necesario tener una cuenta para acceder al portal”, en lugar de “los estudiantes deben tener una cuenta”.
Por qué es importante el lenguaje inclusivo?
Según Silvia Rivera Alfaro y Ernesto Cuba, coordinadores de Indisciplinadxs: Círculo de Lingüística Feminista, el lenguaje no sexista, de género neutro o lenguaje inclusivo es una reforma lingüística propuesta por los feminismos aproximadamente desde la década de 1970 en diferentes idiomas del mundo. Se trata de diversas estrategias lingüísticas y discursivas que permiten a quien las utiliza expresar su posicionamiento respetuoso y en favor de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTBQI+.
“Lo que no se nombra no existe y lo que sí se nombra construye realidades”.
El lenguaje inclusivo ha sido motivo de debate desde la forma en que se concibe y su descripción en las gramáticas, los análisis lingüísticos y semiológicos. Pero también ha levantado contradicciones a nivel social. Lo cierto es que “lo que no se nombra no existe y lo que sí se nombra construye realidades”.
Durante los últimos 50 años, varias investigaciones han demostrado cómo el uso del masculino genérico evoca lo que se conoce como “representaciones mentales sesgadas”, es decir, pensar de forma más frecuente en hombres que en mujeres tras el uso del masculino genérico (empleados, jefe, médico, director, etc.). Uno de esos estudios demostró que, niñas y niños belgas y alemanes estimaron un menor número de mujeres en profesiones estereotípicamente masculinas cuando el nombre de la profesión se presentaba en masculino que cuando se presentaba en femenino y masculino.
Visibilizar a las mujeres y personas no-binarias, permite traducir una conceptualización del género humano a través del lenguaje, poner en valor la categoría persona, y disminuir los estereotipos asociados a estos grupos.
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Me gustó mucho el articulo "Los trabajos y los dias.... Estoy trabajando sobre Narrativas de mujeres cubanas migrantes, en especial Narrativas de travesia.. me gostaria recibir apoyo con información. Las sigo.