Monique Wittig y su crítica a la heterosexualidad como régimen político
"Para Wittig, la heterosexualidad no se restringe a la orientación del deseo sexual, sino que abarca la naturalización de un régimen político y social, en la medida en que este orienta la producción de conocimientos, de políticas públicas".
Monique Wittig (1935-2003) fue una escritora y teórica feminista. Nacida en Francia, donde permaneció durante toda su formación académica, Monique Wittig fue miembro de varias organizaciones lesbianas y participó en la creación de la revista feminista materialista Questions Feministes. En 1976 se trasladó a Estados Unidos con su pareja, la cineasta Sande Zeig.
Sus principales intereses se centraron en la discusión del contrato heterosexual, como sustrato político de las sociedades. Su novela Las Guerrilleras, publicada en 1969, es considerada uno de los hitos del feminismo lésbico. En ella Wittig cuestiona los estereotipos de género y la heteronormatividad.
El trabajo de Monique Wittig se enmarca en el contexto de la lesbianidad política, una corriente teórica y política que surgió en la escena internacional en la década de 1960, especialmente en los países del Norte global. El foco de esta corriente fue justamente la crítica a la heteronormatividad presente en el movimiento feminista.
The Straight Mind
En lo que respecta a trabajos académicos, su colección de ensayos seminales, titulada The Straight Mind (traducido al el español como El Pensamiento Heterosexual) fue presentado por Monique Wittig por primera vez en 1978, en la Convención de la MLA – Modern Language Association. En esa oportunidad estremeció a la audiencia con su afirmación subversiva de que las lesbianas no son mujeres, en el sentido estricto de la palabra; o por lo menos, considerando a las mujeres como objetos de una sociedad heterosexual y lesbofóbica, en la que estas apenas estarían para responder a las demandas de los hombres.
Aunque Straight ha sido traducido como “heterosexual”, el término también tiene significados como “directo”, refiriéndose, en un sentido amplio a la norma. El punto central de esa idea de Wittig sobre un pensamiento heterosexual, es considerar el papel de la (hetero)sexualidad como parte de las relaciones de poder.
Además, destacar la incidencia de este engranaje de poder en la producción de otra premisa naturalizante: la idea de la “diferencia sexual” como algo natural.
Straight mind, destaca sobre todo, la existencia de un pensamiento hegemónico que al omitir el papel de la heterosexualidad en las relaciones de poder, acaba reforzando su carácter supuestamente natural y minimizando las opresiones contra las mujeres lesbianas.
La heterosexualidad como una forma de ejercicio de poder
Para Wittig, la heterosexualidad no se restringe a la orientación del deseo sexual, sino que abarca la naturalización de un régimen político y social, en la medida en que este orienta la producción de conocimientos, de políticas públicas. Así, bajo esta perspectiva, la heterosexualidad se constituye en una forma de ejercicio de poder, por lo que es indispensable considerarla en su vínculo con el orden social y no como una instancia biológica o natural.
El sistema heterosexual divide a la humanidad en dos sexos, sirviendo de base para reforzar la idea de la existencia de dos géneros opuestos, que supuestamente se complementan. La idea mítica de la “media naranja” expresa de forma elocuente el funcionamiento de ese pensamiento heterosexual. Con base en una supuesta complementariedad de los sexos/géneros, se justifica la división sexual del trabajo, a partir de la explotación de la mujer en el ámbito doméstico, laboral, reproductivo, sexual.
En este sentido, al problematizar y criticar el sistema heterosexual, el pensamiento lésbico que tiene a Wittig, dentro de sus figuras, cuestiona profundamente el sistema heterosexual dominante. Tal pensamiento, introduce una ruptura epistemológica frente al paradigma de la “diferencia sexual”, desocultando su carácter socialmente producido y visibilizando el conjunto de opresiones que deriva de la manutención de las premisas heterosexistas.
Yarlenis M. Malfrán
Psicóloga por la Universidad de Oriente, Cuba. Máster en Intervención Comunitaria (CENESEX). Doctora en Ciencias Humanas (Universidad Federal de Santa Catarina). Investigadora de Post Doctorado vinculada a la Universidad de São Paulo, Brasil. Feminista, con experiencia en varias organizaciones y movimientos sociales.
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