Amelia Calzadilla y la "revolución de los cansados"
La contundente crítica al totalitarismo cubano de la joven madre se ha hecho viral en redes con el hashtag #TodosSomosAmelia.
El sol del verano comienza a calentar en Cuba, jornadas de extensos apagones, escasez de medicinas, alimentos, ropa, etc., colas para comprar lo poco a lo que tienen acceso los cubanos, en una moneda distinta a la de sus míseros salarios... Todo esto pasó, atropellado, por la mente agobiada pero lúcida de Amelia Calzadilla, una joven madre de La Habana cuyo grito en las redes ha provocado una revolución de las madres y padres cansados en el país.
“¿Hasta cuándo el pueblo va a seguir pagando las comodidades de ustedes? Ustedes han leído en el diccionario lo que significa la palabra ´ministro´? Significa funcionario público que sirve a los demás, no nosotros a ustedes”, espetó la habanera de 32 años y madre de tres niños, en una directa en Facebook. La transmisión, convertida en tendencia, tenía como primer propósito la denuncia pública del ministro de Energía y Minas, Liván Nicolás Arronte Cruz, ante la imposibilidad de contar con los servicios de gas en su vivienda, tabla de salvación de los cubanos en tiempos de apagones.
Sin embargo, la inercia del cansancio, que comparte la mayoría en la Isla, se fue apoderando de las palabras vociferadas por Amelia para terminar en una contundente crítica al sistema totalitario cubano:
"En mi casa me quitan la luz todos los miércoles, mis hijas, que están en edad escolar dejan de ir a la escuela porque yo no tengo con qué cocinar, porque la empresa de gas a mí no me da el servicio, ni la de gas manufacturado, ni la de gas licuado, ni ninguna. Y yo no estoy culpando a la gente de abajo (...) estoy culpando aquí a los que dirigen, a los de arriba, porque en ti, ministro de Energía y Minas, que tienes esa barriga bien gorda, de llenártela con el bolsillo del pueblo, y del sacrificio del pueblo, en tus manos está resolver este problema. Y este problema no tiene que ver con que me pongas el gas, este problema tiene que ver con que seas justo, y con que seas creativo. No dicen ustedes que le van a poner corazón pues pónganle cerebro también para que funcione!”.
Así, la denuncia se fue llenando de comentarios y visualizaciones en las redes, que conllevaron al apoyo de múltiples voces de la sociedad civil dentro y fuera de Cuba. El llamado de la joven no cayó en saco roto y su desesperación se transformó en el hashtag #TodosSomosAmelia, al que se han sumado personalidades de la cultura como Tania Bruguera, Leoni Torres, Yotuel Romero, Alexander Delgado o Ulises Toirac.
"Yo tengo tres [hijos] y no me puedo ir porque no tengo dinero para irme ni legal ni ilegal. Ni tampoco tengo por qué hacerlo porque yo nací en este país igualito a ti. Los derechos de ciudadana que tengo son los mismos que tienes tú, los mismos. Y mis hijos tienen derecho a crecer aquí, a trabajar aquí, a formar una vida aquí, a comerse la comida de aquí y todo el mundo tiene que respetar eso. ¿Hasta cuándo?", preguntó Amelia en su directa, en la que también arremetió contra el gobernante Miguel Díaz-Canel, su esposa Lis Cuesta y el canciller Bruno Rodríguez.
"No queremos hacer más colas para el pollo, que es una mierda, no alimenta, ni para el perrito, ni para el picadillo. Queremos vivir con dignidad, con decoro. ¿Hasta cuándo? A la gente, cuando no trabaja se le bota por falta de idoneidad y ustedes no son idóneos. No lo son", consideró la mujer, quien confiesa haber perdido el miedo en un país cuyas leyes sancionan la crítica al poder.
Pero ella no es la única que ha perdido el miedo en Cuba, cuando casi se cumple un año de las históricas protestas antisistema del 11 de julio de 2021 (11J). Mientras el periodista Mario J. Pentón nos revelaba cómo disfrutan de sus privilegios exclusivos los "pinchos" de la dictadura, decenas de padres comenzaron a seguir el ejemplo de Amelia.
En el Cerro habanero, Harold Jiménez, un padre que no sabe qué más hacer para alimentar a su niña de seis años, dijo estar “harto de reventarme el lomo todos los días por un simple plato de comida”. “Me levanto pensando en qué le voy a dar a mi hija de comer, de merienda, cómo le compro una chuchería. Soy actor y llevo dos años sin trabajo por la COVID, porque no hay presupuesto. Me puse a hacer dulces, saqué mi patente y se perdió el azúcar. Nada es constante. No hay solución. Estoy harto de reventarme el lomo todos los días por un simple plato de comida”, dijo Harold, manifestante del 11J acosado por la policía política del régimen.
Yesenia, una madre de dos hijos que vio el video de Amelia, contó que pasó "la noche entera llorando, porque el sentir de ella es el sentir mío, me siento identificada con ella”. "Amelia es la cara del pueblo cubano, la misma estampa de la mujer cubana: agotada, asfixiada, sin esperanzas y desgastada”, añadió en declaraciones a CubaNet.
Otra madre, Gisset, soltera, de 26 años, con tres niños de ocho y cinco años y otra de nueve meses, denunció que no tiene un lugar seguro para vivir, su cama en el municipio habanero de Regla se moja pues "el techo no aguanta", mientras el dictamen técnico especifica que la casa está en peligro de derrumbe. Los 4000 pesos de su pensión no le alcanzan para cubrir el tratamiento de la alergia de sus hijos y asegura que "el gobierno se desentendió totalmente de su situación".
“No aguanto más esta vida”, dijo por su parte Ketty Méndez. “Cuba necesita un cambio y ese cambio va a empezar por las madres guerreras”, expresó la madre de tres hijos, una de ellos con discapacidad.
“Mi hija se despierta pidiendo de comer, pero no acepta cualquier cosa debido a su autismo. Casi todo lo que le doy, o sea, lo que puedo conseguir, ella lo rechaza. Sufre estados de anorexia y esto es muy devastador para su salud. Desde hace un tiempo no ha vuelto a recuperar su peso y vitalidad. Apenas consigo comida. El plato fuerte está perdido desde hace meses. Para completar donde vivo ni libreta de abastecimiento tengo. Ocupé este departamento, que se me cae encima, hace 16 años y sigo ilegal", reveló Ketty en su apoyo a Amelia Calzadilla.
También se sumó a la iniciativa Yaneli Morales: “Tengo 47 años. Soy madre de tres hijos que nacieron fuera de Cuba, afortunadamente. Amelia somos todos hace mucho tiempo. Pero ahora la situación está que se desborda y es imposible vivir en un país donde no hay qué comer”.
Raisa Velázquez dijo estar cansada “del hambre y la miseria, de que mis hijos no tengan un plato de comida, de que tengan que ir a la escuela con los zapatos rotos y la mochila vieja. No aguanto más”. “Soy madre soltera de dos niños y vivo en La Habana. Me identifico con Amelia Calzadilla por el simple hecho de que también estoy cansada de tanta miseria, de tanto descaro del gobierno, burlándose del pueblo. Estoy cansada de que suban los precios de todo y una no tenga cómo adquirir la comida", dijo.
“Tenemos derechos que nos son arrebatados, violados. Nos imponen códigos de familia y leyes sin consultar con el pueblo, porque les da la gana y punto. Quieren callarnos pero ya despertamos. La mayoría se quitó la venda de los ojos", agregó Raisa, en una ola de videos de apoyo al grito inicial de Amelia, a quien el régimen ha restringido su acceso a internet.
En una llamada publicada en las redes, Amelia Calzadilla declaró estar "sumamente agradecida a todas las personas que de una forma u otra se han solidarizado con mi problema". La joven agradeció también, aunque rechazó, la ayuda económica ofrecida por varias personas. "Me cortaron el internet, tengo tres agentes de la Seguridad [del Estado] siguiéndome", informó.
En una segunda directa, Amelia denunció el acoso que está sufriendo por parte de la Seguridad del Estado:
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