Fernando Bécquer y la impunidad de un abusador en Cuba
Fernando Bécquer aprovecha su impunidad para atacar con dos nuevas canciones a las mujeres que lo denunciaron por abusos sexuales.
Tan solo dos meses después de ser declarado culpable y condenado a cinco años de privación de libertad subsidiados por limitación de libertad por cometer abusos sexuales contra decenas de mujeres, el trovador cubano Fernando Bécquer sigue haciendo gala de su impunidad. Esta vez fue a través de las redes sociales con la publicación de la letra de dos canciones donde arremete directamente contra sus víctimas, los colectivos feministas y las mujeres cubanas en general.
“Yo quiero una feminista/ pa calentarle la pista/ pa revolcarme en su monte/ pa que me grite machista”, se puede leer en los versos de una de las canciones publicadas por el trovador cubano, la cual borró al día siguiente cuando comenzó a recibir rechazo generalizado en las redes sociales.
Pero la citada canción, titulada “Guaracha feminista”, no fue la más explícita, pues junto a ella publicó la letra de otra titulada “Anti mito o menéate con el Negrón” donde se refiere directamente a las mujeres que sufrieron abusos sexuales de parte suya.
“No me interesa el mito/ ni el sí te creo ni el no/ no me interesan las feminazis”, comienza la letra, que luego sigue: “que si el acoso/ que si el abuso/ que si un con fuerza/ que si el ultraje/ tranquila mama tranquila/ menéate con el negrón”.
Si bien las letras de las canciones de Fernando Bécquer se han caracterizado por la misoginia y la visión de las mujeres como objetos sexuales destinados a dar placer a los hombres, la publicación de semejantes textos por un abusador sexual recién sentenciado ha reabierto el debate sobre el peligro que puede representar este hombre, quien evidentemente no reconoce su culpabilidad ni muestra arrepentimiento por ello, mientras transita libremente por los mismos espacios donde cometió los mencionados delitos.
El periodista cubano Mario Luis Reyes, autor de la investigación publicada en la revista El Estornudo que sacó a la luz varios de los casos de abusos sexuales cometidos por el músico, denunció en sus redes sociales el accionar de Bécquer, e hizo énfasis en su presunto apoyo al régimen cubano en busca de protección para seguir actuando impunemente.
“Tras la publicación de las letras de estas dos canciones numerosas mujeres cubanas le salieron al paso y, al parecer, cuando se dio cuenta de la gravedad del asunto, las borró e hizo una nueva publicación donde se disculpó con las instituciones revolucionarias, pero no “con las que usan el feminismo para hacer contrarrevolución”, lo que evidencia que él sigue intentando politizar el tema, porque tal vez cree que es la única vía que le queda para salvarse”, dijo Reyes a este medio.
Sobre esta nueva violencia de Bécquer, Yanelys Nuñez, una de las responsables del Observatorio de Género de Alas Tensas, opina que: “mientras en Cuba no deje de imperar un régimen machista que premia a los abusadores, y criminaliza a sus detractores, seguiremos sufriendo a agresores como Bécquer, e incluso a muchos otros, que no son tan visibles”.
Si bien las instituciones culturales y religiosas cubanas siguen sin pronunciarse respecto al accionar de Bécquer, pese a que fue declarado culpable por los propios tribunales del régimen, en esta ocasión la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) sí decidió salir al paso al agresor mediante un comunicado.
El texto de la FMC calificó a las publicaciones del trovador como "una burla a la justicia por parte de una persona que ha sido declarada culpable por violencia sexual”, aunque no perdió la oportunidad para lavar la cara del régimen resaltando “el trabajo que desde el año 1959 se hace en pos de la verdadera emancipación de las cubanas".
"Acciones y publicaciones como estas son intolerables y deben ser denunciadas y castigadas por constituir mensajes de odio", agregó la institución, que, pese a su rol por la defensa de los derechos de las mujeres cubanas, se ha visto envuelta en numerosos escándalos por la movilización de sus integrantes para actos de repudio, en muchas ocasiones contra mujeres.
"En sus textos hay una profunda expresión de misoginia que muestra su desprecio por las mujeres, y la ignorancia sobre lo que es el feminismo. Lejos de mostrar respeto y arrepentimiento ante la justicia, actúa con total impunidad", agregó la nota de la FMC, probablemente la más fuerte publicada sobre el caso de trovador hasta el momento.
El músico, en cambio, volvió a negar su culpabilidad en una publicación realizada en sus redes sociales donde etiquetó a varios funcionarios del Ministerio de Cultura, institución que lo ha defendido tras bambalinas, como son los casos de Alexis Triana y Fernando León Jacomino.
“Dejo claro que nunca he abusado sexualmente de nadie”, insistió Bécquer pese a los 26 testimonios publicados en su contra, varios de ellos de mujeres que eran menores de edad en el momento de las agresiones que estuvo cometiendo de forma sostenida por al menos 21 años.
Visiblemente temeroso por perder el respaldo institucional que le ha valido para cumplir su condena plácidamente desde su vivienda de El Vedado, el agresor sexual escribió que “si por este incidente, de los textos publicados, tengo que ofrecer una disculpa, se la ofrezco a la FMC, institución que jamás ofendería con mi obra, y que quede claro que en los textos que publiqué solo menciono a las feministas y sus plataformas, no hago en ningún momento alusión a instituciones políticas y de masas”.
Evidentemente la cultura política del castrismo y la misoginia del trovador le impiden comprender que agredir a una integrante de la FMC es igual de grave que agredir a una mujer que no milite en ningún colectivo, o que lo haga en colectivos independientes, por lo que se sigue poniendo en evidencia, al no sentir ningún remordimiento por sus acciones.
La dignidad de los seres humanos no depende de su filiación política, pero Bécquer eso no lo comprende y escribe en su publicación lo siguiente: “no le ofreceré disculpas a las que me tropiezo en la calle y me insultan con todo tipo de improperios”.
“Para concluir, repito, me disculpo con la FMC, me disculpo con la mujer cubana y no con las que usan el feminismo para hacer contrarrevolución usando mi nombre, ya que no es un secreto ni lo será nunca que soy un trovador de patria o muerte”, finalizó su texto.
Con un rechazo social generalizado, que él mismo reconoce, Bécquer sigue aferrado a las instituciones del régimen y a su presunta lealtad al castrismo para salvar el pellejo, pero su incapacidad de disimular la misoginia lo está llevado cada vez más a un callejón sin salida, donde incluso a las instituciones les está costando protegerlo.
Cuba sigue siendo un país seguro para agresores sexuales y maltratadores, donde miles de mujeres viven diariamente con temor y sin encontrar herramientas efectivas para hacer frente a estas situaciones. Fernando Bécquer se encarga, de una forma u otra, de recordarnos esta realidad, mientras el Gobierno sigue postergando la aprobación de una Ley Integral Contra la Violencia de Género, tan poco prioritaria que fue aplazada su discusión para 2028. En esa fecha el trovador ya habrá extinguido su condena.
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