Para el tiempo aún vigente de las hermanas Mirabal (Segunda parte y final)
“No han muerto las hermanas Mirabal ni cumplido todavía su misión libertadora, cuando el número de feminicidios en Cuba aumenta indeteniblemente.”
El asesinato en 1960 de las hermanas Minerva, María Teresa y Patria Mirabal a manos del trujillismo no solo fue un espantoso crimen político de un sucio régimen totalitario. Una serie de factores lo revelan como un hecho de dimensión internacional que caracteriza un momento de la historia del feminismo mundial.
El hecho, mencionado en la primera parte de esta crónica, de que la solicitud a la ONU, formulada oficialmente en 1981, hubiera sido desatendida durante cuarenta y tres años por una organización destinada, desde su fundación, a defender los valores humanos, es, a mi juicio, incluso más revelador e indignante que el hecho de que los asesinos trujillistas, que se mancharon directamente las manos con ese crimen, se han escapado a la más elemental justicia y nada menos que refugiados en Estados Unidos, bajo la presidencia de John F. Kennedy, del Partido Demócrata, el mismo bajo el cual los cubanos anticastristas fueron tristemente abandonados a su suerte en la nunca bien esclarecida intentona que se dejó morir en la Bahía de Cochinos. Es un detalle, pero ¡qué resonancia terrible! No, la historia de las hermanas Mirabal, y la subsecuente de su escamoteo histórico, no pueden pasarnos inadvertidas. Varios factores son de particular relevancia.
Trujillismo y castrismo
Ante todo, hay un elemento que traté de hacer perceptible en la primera parte de este artículo. Los métodos del ultraderechista Trujillo, el Benefactor, no fueron demasiado distintos de los del estalinista izquierdista Fidel Castro. Se ponen claramente en evidencia, además de la apelación a la fuerza bruta y la represión, un idéntico odio a la cultura (la universidad y el mercado de trabajo por completo dominados por ambos regímenes y puestos en función del servilismo y la complicidad política. En Cuba, no lo olvidemos, la universidad siempre fue solo para los revolucionarios). Todo sentido crítico, todo ejercicio de la opinión crítica, aun tímida, estuvo siempre condenado al silenciamiento por Trujillo, pero también y más aún por el castrismo.
Una diferencia se percibe: mientras Trujillo básicamente imponía una fidelidad a ultranza a su voluntad omnímoda, el castrismo apeló a una supuesta ideología sistémica, aunque en realidad nunca fue tal. Me refiero a que todas sus arbitrariedades políticas supuestamente estaban respaldadas por un marxismo-leninismo que fue erigido en única verdad posible, o, para decirlo con una frase grotesca que todavía se escucha y lee en discursos de la izquierda, “el marxismo es el único método que…” y detrás se suele poner cualquier cosa, desde un apotegma ideológico, una irrebatible posición supuestamente cognitiva, hasta el elogio a una vaca llamada Ubre Blanca, uno de esos caprichos demenciales del Comandante en Jefe Castro, la vaca a la que la izquierda le levantó una estatua en Cuba.
Trujillo fue un caso de hipertrofia totalitaria del machismo. Uno entre varios hechos lo puso en evidencia: su hija, Flor de Oro Trujillo Ledesma, se casó, cómo no, con uno de los prototipos del machismo mundial, el dominicano Porfirio Rubirosa Ariza, célebre porque sus diversos matrimonios incluyeron tanto a la floral hija del odioso tirano, como a actriz francesa Danielle Darrieux, la millonaria norteamericana Doris Duke, del emporio tabaquero; la otra magnate americana Bárbara Hutton, de los Woolworth; sin contar con supuestos o efectivos romances torrenciales con famosas como Rita Hayworth, Marilyn Monroe, Judy Garland, y otras famosas.
“Las posiciones de derecha a ultranza del trujillismo, su odio a la cultura, su brutal violencia, su antihumanismo y criminalidad, coinciden en ciertas posturas esenciales con las del castrismo.”
Rubirosa pasa por haber sido cómplice e incluso ejecutor de varios asesinatos políticos del trujillismo. El Benefactor, a pesar del divorcio de su hija, lo colmó de beneficios económicos y políticos. Y fue diplomático, militar y, en suma, paniaguado del régimen dominicano, así como chofer de carreras de autos y jugador de polo. Es el componente de frivolidad un poco histérica de los hiper privilegiados en las sociedades totalitarias, ya tengan estas colorido de izquierda o de derecha: los consume el mismo exhibicionismo y por eso se pavonean no importa con quién, con Ava Gardner o Ana de Armas: el asunto es alardear de supermachos.
Las posiciones de derecha a ultranza del trujillismo, su odio a la cultura, su brutal violencia, su antihumanismo y criminalidad, coinciden en ciertas posturas esenciales con las del castrismo: no al intelecto, represión a las artes, al periodismo, a la libre expresión. Ambos regímenes tuvieron la misma vulgaridad y torpeza, idéntica falta de escrúpulos.
La hostilidad al feminismo
El papel de la mujer, que venía siendo lastrado desde la época colonial española, implicó para las Mirabal un doble reto político y social: había que derribar a la vez los prejuicios heredados de la colonia y de los primeros y lentos años republicanos en el siglo XX, y asimismo la demencial constricción de Trujillo y de Castro. Las Mirabal tenían que ser asesinadas y las jóvenes del 11 de Julio cubano arrojadas a la cárcel: se trataba de entidades humanas desdeñables. No se olvide que Vilma Espín, la cuñadísima de Castro, hizo en su día manifestaciones de total hostilidad al feminismo como algo por completo innecesario para Cuba y, por lo mismo, todas las encomiables luchas de las mujeres cubanas hasta 1958 fueron cuidadosamente ignoradas: solo valía la pena lo que se hiciera desde la teatral y falsa Federación de Mujeres Cubanas presidida por la Espín, sin importar que no defendiera ninguna causa esencial para las mujeres de la otra isla caribeña.
Durante un largo período, insisto, se subrayó que no hacían falta reivindicaciones femeninas en Cuba, porque la Revolución castrista se encargaba de liberar a la mujer. Las cifras de presencia femenina en cargos políticos, proyectos sociales y posiciones de verdadera influencia social en Cuba son por sí mismas reveladoras de la verdad. El castrismo, a los efectos de los derechos de la mujer, salvo equiparar salarios, no tocó ni uno solo de los problemas candentes de esta índole. Y ello pone de manifiesto una cuestión de cabal importancia, pero que ha sido sistemáticamente silenciada, sobre todo desde las posiciones de la izquierda latinoamericana: estamos ante regímenes totalitarios sin verdadera ideología.
Ni a Trujillo ni al castrismo les importó nunca la posición ideológica, sino la defensa a ultranza de sus poderes totales. Se trató siempre de tiranía, no de postura filosófico-social. Por eso las Mirabal tienen mucho que decirnos todavía: el enfrentamiento al totalitarismo latinoamericano está más allá de la contemporaneidad y muy próximo al caudillismo que José Martí y Domingo Faustino Sarmiento, cada cual a su modo propio, denunciaron.
Vigencia del legado de las hermanas Mirabal
No han muerto realmente las hermanas Mirabal ni cumplido todavía su misión libertadora, cuando se sabe que el número de feminicidios en Cuba aumenta indeteniblemente. No han concluido su labor las Mirabal si María Corina Machado es capaz de encarnar los legítimos derechos del pueblo venezolano en general, y de las mujeres de este en particular. Tienen todavía las hermanas mariposas que volar en el camino de la libertad latinoamericana, si todavía hay mujeres en el subcontinente que siguen creyendo que las posiciones y políticas de izquierda por sí mismas, coinciden realmente con las aspiraciones y necesidades de la mujer latinoamericana. Mientras esto sea así, Minerva Mirabal seguirá levantándose en todos los juicios en que la ley sea tergiversada por cualquier tirano.
Por ejemplo, en Cuba se carece de mecanismos y protocolos legales e institucionales para alertar sobre desapariciones de mujeres y, por supuesto, no hay la menor transparencia en cuanto a dichos problemas, ni tampoco frente a los abusos e incluso crímenes cometidos contra las mujeres. Por eso resulta casi imposible tener datos exactos y exhaustivos que dañan a la sociedad cubana en su conjunto. El discurso político cubano, como el nicaragüense y el venezolano, es no solo hipócrita, sino esencialmente mentiroso en cuanto a la mujer y su situación se refiere, y esto revela la profunda distorsión de la cuestión de la mujer en la isla. No habría más que examinar sucesivamente las estériles y profundamente frívolas sesiones de los eventos del Programa de la Mujer en la Casa de las Américas, para percatarse de la ausencia ominosa de cualquier tópico o tema práctico o de cierta relevancia para la sociedad insular.
“El discurso político cubano, como el nicaragüense y el venezolano, es no solo hipócrita, sino esencialmente mentiroso en cuanto a la mujer y su situación se refiere.”
El código penal cubano, por otra parte, sigue sin reconocer el feminicidio como un delito específico, ni hay leyes contra la violencia de género, de modo que es la política del silenciamiento como protección contra cualquier crítica social acerca de la situación de la mujer en la isla, se dice lo siguiente:
El Observatorio de Género Alas Tensas (OGAT), creado en el 2019, y el Observatorio de Feminicidios de YSTC (Yo Sí Te Creo), creado en el 2020, ante la imposibilidad de acceder a estadísticas oficiales sobre la violencia machista, ha contabilizado entre 2019 y febrero de 2023, 134 feminicidios. De ellos, un total de 104 han sido catalogados como cometidos por parejas o exparejas de las víctimas. Este tipo de feminicidio sigue siendo el más común […].
Los feminicidios no tienen impacto directo solamente sobre las mujeres asesinadas, sino que afectan a familias enteras, con consecuencias para las personas dependientes de la mujer asesinada, como sus hijos menores de edad o madres/padres, ancianas/os bajo su cuidado. La mayoría (88 mujeres asesinadas) tenían personas dependientes, en su mayoría hijos e hijas. El número total de personas dependientes que perdieron los cuidados por los asesinatos machistas y que la OGAT y YSTCC han podido contabilizar es de 139.1
Trujillo pensó que podría pasar inadvertido el asesinato de las Mirabal. Y que su gesta libertaria sería desconocida u olvidada. Se equivocó, pero solo al cabo de años de cuasi silenciamiento. Todavía la historia de esa gran familia de heroínas tiene mucho que decirnos. Pero solo si, siguiendo su ejemplo, nos atrevemos a calibrar su vigencia total. Su estatura de mujeres cabales en un mundo donde el totalitarismo, con la etiqueta ideológica que sea, sigue contando con criminales mentirosos y lacayos. Frente a ellos, el vuelo gallardo de las mariposas incansables seguirá siendo la ruta hacia la libertad.
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1 Mujeres en Cuba: desprotección y formas agravadas de discriminación. En el período de 2018 a 2023, en: Cubalex, Boletín Mensual (Marzo de 2023), disponible en: http://bit.ly/3LKkueC.
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