"Mi brazo se estira como la masa de un pan (...) hasta llegar a donde el negro. Me instalo bajo sus piernas, como un pez sin escamas".
Libre ante la tradición literaria, Clarice Lispector ofrece en sus relatos un análisis profundo de las relaciones humanas.
Ana María Simo exhibe en este cuento de su primer libro, publicado en 1962, su aptitud como narradora y una inusual capacidad para construir imágenes de sentido alegórico.
Un cuento de la etnóloga cubana Lydia Cabrera donde se recupera el mito yoruba de los ibelles.
La Premio Cervantes Ana María Matute en este cuento refleja el silencioso diálogo entre una mujer y una niña, quienes hallan un punto de conexión en la empatía.
Las obras de Clarice Lispector sostienen una interioridad profunda y siempre relacionada con complejos procesos emocionales y mentales.
La obra de Silvina Ocampo tratan las intuiciones, los sueños y las obsesiones, e intenta borrar las fronteras entre la prosa y la poesía.
“La última niebla”, de María Luisa Bombal publicada en 1931 se adentra en la vida interior de una mujer atrapada en un matrimonio opresivo.
En El árbol, Elena Garro narra el enfrentamiento entre una mujer indígena y otra mujer, y a partir de allí acontece un desenlace extremo.
En este cuento, Patricia Highsmith juega con el paradigma de la niña perfecta y lo revierte para cuestionar lo socialmente de bien.