Para Gwendolyn: «…En el umbral estaba el Ladrón / que invocaba al destino / y entre sus manos mi cabeza / de ilusa medusa / decapitada / sangrando en un plato…».
«…No saber qué se hizo Robertico: / baste este signo del adverso / milagro que se llama desarraigo, / sacro dominio …»