Iliana Hernández: si queremos tener una vida digna, entre todas podemos conseguirlo
A Iliana Hernández la acosan. Ese hombre cambia su ropa y su rostro cada día para querer confundirla, pero ella sabe que es la misma persona.
A pocos metros de su casa, Iliana le filma, algunas veces él se hace visible, otras se esconde, pero siempre la observa como un sicópata.
Si Iliana da un paso en falso, ese hombre puede convertirse en hombres y mujeres de la FMC con banderas, agresivas; con uniformes deportivos, o de empleadas de hoteles; una masa informe con altoparlantes, transformada en “pueblo aguerrido” que puede darle un acto de repudio.
Ese hombre a veces también se disfraza de policía y no espera a que Iliana asome el móvil por la hendija para grabarlo. Su actuar es menos sutil, irrumpe en su casa sin avisar, sin orden, sin respeto y le decomisa sus pertenencias, sus medios de trabajo, la amenaza con cárcel.
Ese hombre la ha arrestado en innumerables ocasiones, le prohíbe salir del país y la ha agredido físicamente, ese hombre maltratador es el Gobierno Cubano.
Iliana es una mujer valiente que como cualquier cubana sufre el desabastecimiento de los mercados, los altos precios de los productos, el deterioro del sistema de salud, el del transporte público, y toda la precariedad en la que se ve sumida la isla día tras día. Si a esta condición se le agrega el acoso continuo de todo un sistema represivo, la vida de Iliana se complejiza, se llena de mayores riesgos y vulnerabilidades.
Conversamos con ella vía online de los últimos acontecimientos que la han marcado.
A finales del año pasado fuiste una de las nominadas para la campaña Women Journo Heroes. ¿Qué significó para ti este reconocimiento de LATAM y de la comunidad de periodismo?
Para esa fecha estaba cumpliendo dos años de trabajo con Cibercuba Noticias, y la verdad es que me sentí con más responsabilidad. Con ganas de hacer un mejor trabajo. Uno siente que ha valido la pena el esfuerzo, porque ha sido un trabajo reconocido. Y bueno, esta nominación me impulsa a seguir aprendiendo, pues como saben no soy periodista de carrera sino una periodista a la carrera. (risas)
Pero es bonito que me hayan tenido en cuenta en algo en lo que me estoy formando.
Formaste parte de los Acuartelados de San Isidro y fuiste la única mujer que hizo huelga de hambre. ¿Cómo fueron esos días? ¿Cuáles fueron las experiencias más importantes que obtuviste?
A pesar de todo lo sufrido por la represión de la Seguridad del Estado fue una experiencia bien linda, pues nos comportamos como si fuésemos una familia. Algunos no nos habíamos visto nunca, otros nos conocíamos, pero no habíamos compartido una experiencia tan fuerte como esa. Fue una enseñanza para todo el mundo, principalmente para los cubanos, porque allí habían personas diferentes en todos los sentidos, tanto en lo religioso, como en lo político como en lo profesional; y se demostró que se puede convivir, con armonía, con amor, si se tienen ganas de tener un país libre.
Fue algo tan maravilloso que no se puede contar con palabras.
No sabíamos tampoco que iba a tener una repercusión tan grande lo que hicimos allá dentro. Estar en huelga supone un riesgo para tu vida. Yo siempre he dicho y, además, lo dije allí en muchas directas, que yo estaba en contra de la huelga de hambre, pero llega un momento en que no tienes otra opción cuando te sientes totalmente indefenso.
La huelga de hambre es muy dura, y eso que nosotros estábamos en una vivienda, no estábamos en prisión. Ponte a pensar entonces cómo sería una huelga de hambre en prisión.
Fíjate hasta qué punto te puede llevar este régimen que eres capaz de arriesgar tu propia vida. Somos personas todo amor, somos gente pacífica, no hay odio en nosotros, no nos ha dado por coger un arma y matarlos a todos ellos, sino por demostrar al mundo, a través de una huelga, lo indefenso que estamos en Cuba.
Como no somos asesinos, ni malas personas, nos decidimos hacer una huelga de hambre.
Para mí fueron diez días de muchas experiencias positivas, clasificar las más importante es difícil porque fueron muchas emociones. Allá adentro se vivió mucho amor, mucho ayuda mutua. Se mostró la fortaleza de cada uno de los acuartelados.
Pero si pienso un poco, creo que el momento mas importante fue cuando Maykel, Esteban y Luis Manuel decidieron abandonar la huelga de sed y se mantuvieron solamente con la huelga de hambre, porque había mucha tensión con respecto a eso. Yo cuando veía a Luisma, que era el que más delicado estaba de todos, tirado en esa cama sin fuerzas, cuando lo vi con los pies metidos en el agua de un cubo, que se le notaba en la cara la debilidad, supe que su vida peligraba mucho. Cuando se convenció que lo mejor era tomar agua, fue un momento de alegría inmenso porque pensábamos que se nos iba a morir.
Igual pasó con Maykel. Maykel se convenció de abandonar la huelga de sed antes que Luisma y también fue un momento de mucha alegría, pues dices, "bueno, por lo menos va a vivir más tiempo". Yo creo que ese momento fue el más importante para mí, porque sin agua te debilitas muy rápido durante una huelga.
¿Cuáles son tus referentes de mujeres periodistas?
Esto del periodismo ha llegado porque me ha tocado, no es que haya sido algo que yo hubiese querido desde niña, porque sino lo hubiese estudiado. Me ha ido llevando la vida a esto porque en realidad lo mío era el activismo político. Y sí, me gustan las cámaras, de hecho de pequeña yo trabajé en Guantánamo en Solvisión. Además, fui modelo y bailarina de la televisión cubana en un programa que se llama “Cuenta conmigo”, y eso fue antes de salir de la isla.
Entonces, las cámaras me gustan y me gusta en sí mismo el audiovisual, sus infinitas posibilidades de expresión.
Si te nombrara a mujeres periodistas que me gustan, que sean referentes actuales para mí, no podían faltar nombres como el de Karen Caballero, periodista de Radio Martí, o Yoani Sánchez, que fundó un medio sin ser ella periodista, porque ella viene de la filología. Me gusta también como trabaja Tania Costa en Cibercuba noticias. Entre otras muchas.
Más allá del acoso que sufres por ser periodista independiente en Cuba, cuáles otros retos presupone tu condición de mujer dentro del sector del periodismo?
El mayor reto es hacerlo bien, y eso es un reto bastante grande al no haber estudiado la carrera de periodismo. Otra de las cosas que es un reto para mí es escribir, porque yo soy más del mundo del audiovisual.
¿Le enviarías un mensaje a las mujeres cubanas?
Si no quieren que sus hijos se sigan yendo del país, si quieren tener una vida digna, podemos hacerlo. Entre todas podemos conseguirlo. Yo creo que ya esto no da para más, son 62 años de experimento con la vidas cubanas, y solo para que una minoría en el Poder siga manteniendo su estatus de lujo.
Y si nosotras seguimos sin dar el paso al frente por la libertad de nuestro país, muchas de nosotras seguiremos abandonando el país, vamos a continuar en la misma miseria y en la misma decadencia. Y los cubanos no nos merecemos eso, porque los cubanos somos personas trabajadoras y lo hemos demostrado cuando nos reinventamos en los países a los que emigramos. Ahora tenemos que demostrarlo dentro, pero para ello tenemos que sacar primero a esta gente del Poder que no nos deja crecer.
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