En Cuba, casi el 80 % de los procesos vinculados al Código de las Familias en 2025 son divorcios

Desde hace décadas, las estadísticas oficiales sitúan a Cuba entre los países con mayor tasa de disolución matrimonial en la región.

El presidente del Tribunal Supremo Popular, Rubén Remigio Ferro reconoció, que en Cuba, casi el 80 % de los procesos vinculados al Código de las Familias en 2025 son divorcios.

De 27.067 asuntos tramitados este año bajo el Código, 21.322 corresponden a divorcios (78,7 %). Estas cifras no son un hecho aislado, sino la continuidad de una tendencia histórica.

La tensión de la sobrevivencia, divorcios y el hacinamiento

Desde hace décadas, las estadísticas oficiales, sitúan a Cuba entre los países con mayor tasa de disolución matrimonial en la región. La crisis económica sostenida, la emigración masiva que fragmenta hogares, y las desigualdades que atraviesan la vida de las mujeres, explican parte de este fenómeno.

Los conflictos intrafamiliares en Cuba se ven profundamente exacerbados por la prolongada crisis económica y la escasez generalizada, que actúan como un constante catalizador de tensiones en el hogar.

Vulnerabilidad ante la falta de apoyo institucional

La lucha diaria por la supervivencia—la búsqueda de alimentos, medicamentos y productos básicos—genera un estrés crónico y frustración, que a menudo se desborda en disputas domésticas. A esto se suma el grave problema del hacinamiento en viviendas pequeñas, donde varias generaciones se ven obligadas a convivir sin privacidad ni espacio personal.

Esta combinación de precariedad material y cercanía forzada deteriora gravemente las relaciones, haciendo que las discusiones por recursos limitados o problemas cotidianos escalen rápidamente.

Realidades cotidianas que afectan a mujeres, niñas y familias

Mientras tanto, los tribunales informan de muy pocos procesos por conflictos intrafamiliares, en un país donde persisten profundas brechas de derechos, cargas desproporcionadas de cuidados y realidades cotidianas que afectan de manera particular a mujeres, niñas y familias monomarentales.

En Alas Tensas y el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) proponemos leer estos datos desde una perspectiva de derechos: los divorcios no son solo cifras domésticas, sino un reflejo de desprotección estructural y desigualdad social, que exige políticas públicas más efectivas, integrales y centradas en garantizar el bienestar de las mujeres y la infancia.