Lista │ 10 filmes de 2025 sobre mujeres, poder y resistencia

“Alas Tensas” invita a ver y reflexionar sobre diez filmes que colocaron en el centro experiencias de mujeres atravesadas por una violencia normalizada.

El cine de 2025 confirmó que las narrativas feministas no constituyen un género homogéneo, sino un campo plural de disputas simbólicas y políticas. A lo largo del año, películas de ficción y documentales colocaron en el centro experiencias de mujeres atravesadas por la violencia estructural, la fama, el trabajo precarizado, la religión, la exclusión laboral y la lucha por la autonomía. Esta selección reúne diez filmes relevantes por su impacto crítico, circulación internacional y densidad temática, evidenciando cómo el cine continúa siendo una herramienta clave para interrogar el orden machista contemporáneo.

1. Dead Lover

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Dead Lover es una comedia de horror experimental dirigida y protagonizada por Grace Glowicki, que se estrenó en la programación “Midnight” del Sundance Film Festival 2025. La película sigue a una sepulturera solitaria que, tras la muerte de su amante, decide intentar traerlo de vuelta a la vida a través de métodos inspirados en Frankenstein, generando una mezcla de absurdo, grotesco y crítica cultural.

El filme subvierte el relato romántico tradicional: la protagonista no está definida por su relación amorosa, sino por su determinación radical y subversiva de confrontar el duelo. Esto permite una interrogación sobre el afecto, el deseo y las expectativas sociales impuestas a las mujeres. Dead Lover rechaza la victimización y reconfigura la forma de actuar de las mujeres en clave grotesca y satírica, situando la autonomía emocional y corporal lejos de los guiones hegemónicos clásicos.

La película, de producción independiente y tono irreverente, permite reflexionar críticamente sobre cómo la industria cultural prescribe narrativas sobre el amor, el cuerpo y el dolor, transformándolas en una herramienta para cuestionar el rol asignado de las mujeres como meros objetos de sacrificio emocional.

2. Wish You Were Here

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Wish You Were Here es el debut como directora de Julia Stiles, adaptando la novela de Renée Carlino. La historia sigue a Charlotte, una mujer que, después de una noche de romance intensa y fugaz, descubre que su pareja está enferma de gravedad, lo que la lleva a replantear su comprensión del amor, la vulnerabilidad y la voluntad de acompañar al otro hasta el final.

Aunque el tono romántico puede parecer convencional, la película se sitúa en un análisis sobre la autonomía afectiva y la legitimidad del deseo fuera de las expectativas sociales normativas. Charlotte no es un objeto pasivo de una historia de amor idealizada: es una mujer que navega la complejidad emocional, la elección y el compromiso afectivo sin renunciar a su vida, desplazando las jerarquías tradicionales del género romántico.

Además, la presencia de una directora mujer en un género dominado por convenciones heteronormativas representa, por sí misma, una intervención en el cine industrial contemporáneo. Stiles reconfigura formas narrativas sobre el amor y el dolor desde una perspectiva subjetiva que articula independencia emocional, responsabilidad afectiva y reflexión personal.

3. Girls & Gods

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Este documental propone una interrogación directa a uno de los pilares históricos del patriarcado: la religión institucionalizada. Acompañando a Inna Shevchenko, activista feminista y fundadora de FEMEN, la película recorre distintos contextos religiosos para explorar las tensiones entre fe, poder y derechos de las mujeres.

Girls & Gods no se limita a una crítica externa, sino que incorpora voces de mujeres creyentes que disputan el monopolio masculino de la interpretación religiosa. El documental resulta relevante por desmontar la idea de que feminismo y espiritualidad son irreconciliables, evidenciando que el conflicto no es con la fe, sino con las estructuras patriarcales que la administran.

El filme también dialoga con el feminismo decolonial al cuestionar miradas eurocéntricas que simplifican la relación entre religión y opresión. La cámara observa, escucha y confronta, evitando el sensacionalismo. En un contexto global marcado por el auge de fundamentalismos, Girls & Gods se posiciona como una obra necesaria para pensar las disputas contemporáneas en torno al cuerpo, la autonomía y la libertad de las mujeres.

4. Llamarse Olimpia

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Este documental reconstruye la historia de Olimpia Coral Melo y su lucha contra la violencia digital tras la difusión no consentida de un video íntimo. Más allá del relato personal, la película traza el proceso colectivo que llevó a la creación de la Ley Olimpia en México, hoy referente regional en materia de derechos digitales.

El filme es fundamental porque visibiliza una forma de violencia de género frecuentemente minimizada: aquella que se ejerce en entornos virtuales, pero produce consecuencias materiales devastadoras. El documental articula experiencia individual y acción política, mostrando cómo el dolor puede transformarse en activismo.

Llamarse Olimpia cuestiona la culpabilización de las víctimas y evidencia la falta de marcos legales adecuados para proteger a las mujeres en el espacio digital. Asimismo, subraya el papel del feminismo como fuerza transformadora capaz de incidir en el Estado.

La película no idealiza a su protagonista, sino que la presenta como una mujer atravesada por el miedo, la rabia y la determinación, reforzando una narrativa feminista anclada en la realidad concreta.

5. The Last Ambassador

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Este documental sigue a Manizha Bakhtari, la única embajadora afgana tras el regreso del régimen talibán. Desde el exilio, Bakhtari continúa defendiendo el derecho de las niñas a la educación, convirtiéndose en una figura clave de la diplomacia feminista contemporánea.

La película ofrece una mirada rigurosa sobre el impacto del autoritarismo religioso en la vida de las mujeres afganas, evitando enfoques paternalistas. El filme destaca por mostrar cómo la resistencia adopta formas institucionales, simbólicas y estratégicas, incluso en contextos de extrema represión.

The Last Ambassador problematiza la noción de poder, evidenciando que la representación política de las mujeres no siempre implica protección, sino exposición al riesgo. El filme también interpela a la comunidad internacional y su responsabilidad frente a los retrocesos en derechos humanos.

Se trata de una obra sobria y contundente, que contribuye a ampliar el imaginario del liderazgo de mujeres más allá de los marcos occidentales.

6. She

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She se adentra en la vida cotidiana de mujeres trabajadoras en una fábrica vietnamita integrada a las cadenas globales de producción. El documental conecta explotación laboral, género y capitalismo, evidenciando cómo los cuerpos feminizados sostienen la economía global a bajo costo.

La película resulta especialmente potente al vincular opresión de género y clase, mostrando que la desigualdad no es solo cultural, sino estructural. Las protagonistas no aparecen como cifras, sino como sujetos con historias, afectos y aspiraciones.

La cámara observa sin espectacularizar, permitiendo que emerjan las tensiones entre supervivencia económica y dignidad. She cuestiona el discurso corporativo de la “inclusión” y pone en evidencia la persistencia de condiciones laborales abusivas para las mujeres del Sur Global.

El filme dialoga con tradiciones del cine político y feminista, recordando que la emancipación pasa también por transformar las condiciones materiales de existencia.

7. Cutting Through Rocks

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Este documental narra la historia de la primera mujer elegida concejala en una aldea rural de Irán. A través de su gestión cotidiana, la película muestra cómo el liderazgo de las mujeres se enfrenta a resistencias profundas en contextos patriarcales arraigados.

Cutting Through Rocks es relevante porque desplaza la atención del feminismo urbano y académico hacia formas locales y comunitarias de acción política. La protagonista no se presenta como heroína excepcional, sino como una mujer que negocia, cede y resiste dentro de límites muy concretos.

El filme desmonta estereotipos sobre las mujeres iraníes, mostrando diversidad de posiciones y estrategias. La política aparece como un espacio de disputa permanente, donde cada decisión implica riesgos personales.

La película aporta una mirada compleja sobre la transformación social, recordando que los cambios estructurales suelen comenzar en escalas pequeñas y frágiles.

8. Two Women (Deux femmes en or)

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Esta reinterpretación contemporánea del clásico canadiense aborda la vida de dos mujeres que cuestionan su rol como esposas y madres en un entorno suburbano. Con humor ácido, la película problematiza la insatisfacción y la carga del trabajo reproductivo no remunerado.

El filme dialoga con críticas históricas al ideal de la mujer realizada exclusivamente a través de la familia. Robichaud expone la monotonía, el deseo frustrado y la culpa como dispositivos de control de género.

La comedia funciona aquí como herramienta política, permitiendo abordar temas incómodos sin solemnidad. Two Women evita moralizar las decisiones de sus protagonistas, apostando por una representación honesta de la ambivalencia femenina. La película se inscribe en una tradición feminista que cuestiona la naturalización del sacrificio y reivindica el derecho al deseo y a la autonomía.

9. Brides

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Brides sigue a dos adolescentes británicas atravesadas por el racismo, la exclusión social y la falta de horizontes. Aunque polémica, la película ofrece un retrato complejo de la juventud en las mujeres en contextos de marginación estructural.

El filme permite reflexionar sobre cómo género, clase y origen étnico condicionan las trayectorias vitales. Brides evita explicaciones simplistas y se centra en la subjetividad de sus protagonistas, mostrando cómo la violencia estructural limita las posibilidades de elección.

La película ha sido objeto de debate precisamente por su negativa a ofrecer finales consoladores. En ello reside su potencia crítica: la denuncia de un sistema que abandona a determinadas vidas.

10. Miss Carbón

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Inspirada en hechos reales, Miss Carbón narra la historia de Carlita, una mujer trans que logra trabajar en una mina de carbón en la Patagonia argentina. El filme aborda de forma directa la exclusión laboral, la transfobia y la violencia simbólica en espacios históricamente masculinizados.

La película resulta especialmente relevante al articular identidad de género, clase y territorio. La protagonista no es presentada como excepción heroica, sino como parte de una lucha colectiva por el derecho al trabajo digno.

La interpretación de Lux Pascal refuerza una representación alejada del morbo y la victimización. Miss Carbón se inscribe en un cine latinoamericano comprometido con la justicia social y los derechos humanos, ampliando el campo del cine feminista contemporáneo.