"La mentira humana" y un festival de cine
"Supuestamente el Festival de cine de INSTAR apoya la producción independiente cubana y ante esto pienso, que un ejemplo sincero de este tipo de cine, es el que yo hago desde hace más de 10 años, con bajos recursos y prácticamente solo".
Ya comenzó el rodaje de la que será mi más reciente producción audiovisual. Se llamará La mentira humana. En esta ocasión también se tratará de un largometraje, viendo hasta dónde ha llegado la extensión del guión.
Y ahora que lo pienso, prefiero que sea así para que no se quede en un punto intermedio como sucedió con mi anterior propuesta La Otra Vida.
Como esta última se me quedó en un mediometraje, me ha resultado más difícil el poder insertarla en algún que otro festival, ya que para este formato hay menos posibilidades. Pero bueno, qué le vamos a hacer, así funciona el mundo de la industria del cine.
Como tampoco puedo hacer nada cuando no aceptan una obra mía en algún certamen cinematográfico.
Con el paso del tiempo he aprendido a aceptar todo lo que acontece en mi vida, y de algún modo ésta columna existe para dejar un poco constancia de ello.
Creo que es importante que las personas que me leen puedan conocer las dificultades que enfrenta una persona como yo para insertarse en el circuito artístico. Y que lo sepan de primera mano tiene un valor agregado.
A veces la persona dócil que soy llega a un punto límite y se rebela
Mi crecimiento como artista ha sido muy difícil. Soy un creador gay, (a veces queer) de Coco Solo, sólo con estudios secundarios, que contra viento y marea se ha mantenido produciendo.
He sido resiliente. He sido humilde. He alejado de mí los demonios del ego. Pero ante todo he soportado en silencio el ninguneo y las injusticias. Esto último no lo veo como un mérito pero así es como he afrontado el asunto.
Sin embargo, a veces llega ese momento en que quiero gritar todo lo que me afecta. Ese momento en que la persona dócil que soy llega a un punto límite y se rebela.
De forma reciente he llegado a ese límite. Y como suelo publicar todo o casi todo lo que acontece en mi vida, porque de algún modo eso me ayuda a desahogarme, pues la columna de hoy me servirá para eso.
Ni una terapia de grupo, ni tomar cita con un psicólogo, me vendrá mejor que escribir mis incomodidades aquí.
Esto me sirve como una descarga donde alcanzo a visualizar los astros y las estrellas, e incluso levito. Y entonces, en medio de ese trance donde me fusiono con el universo y toda esa metratranca espiritual, llegan a mí algunas interrogantes que tienen que ver con el Festival de cine INSTAR.
¿INSTAR al cambio?
Este es un evento que se realiza anualmente y que organiza el Instituto de Activismo Hannah Arendt, que es un "espacio democrático y horizontal" fundado y dirigido por la artista cubana Tania Bruguera.
En su más reciente edición, la IV, el festival privilegiaba los audiovisuales "con arriesgadas propuestas estéticas y narrativas, así como aquellas piezas híbridas que exploran nuevos caminos en la realización". (Hago el paréntesis destacando que se podía participar con un mediometraje).
Viendo esto no dudé en enviar: La otra vida, que es una película realizada en 2023 y que considero reunía los requisitos para ser aceptada, aunque desde un inicio presentí que no pasaría nada con ella, pues tenía como precedente lo acontecido en el año 2021, con mi primer largometraje: Vulgarmente Clásica X.
Aunque los conocedores de cine e incluso algunos realizadores me dijeron en ese momento que Vulgarmente Clásica X era una película potente, y que fue además aceptada para ser exhibida en el Festival, no recibió ni una mención en el mismo, ni siquiera apoyo para su promoción y distribución.
Pese a esta experiencia y sin esperar mucho de INSTAR envié mi película y luego de un mes aproximadamente recibí un correo donde me anunciaban que tuvieron que tomar la difícil decisión de no incluir La otra vida en la programación de este año y que su decisión no reflejaba su opinión sobre la calidad de mi trabajo.
Según el correo que dejaré por aquí, ellos no contaban con tantos espacios para proyectar la película, sin embargo he leído en un reportaje que el evento haría proyecciones en Barcelona, París, Nueva York, Miami, Ciudad de México, Buenos Aires y Sao Pablo, así como una programación online para Cuba.
Supuestamente el Festival de INSTAR apoya la producción independiente cubana a escala internacional (ahora mismo me estoy riendo) y ante esto pienso que un ejemplo sincero de cine independiente es el que yo hago desde hace más de 10 años con bajos recursos y prácticamente solo.
No entiendo entonces los criterios de selección del Festival. Y me parece muy mal esta falta de empatía frente a un realizador exiliado, que en la isla fue ninguneado y ahora al parecer, también lo sigue siendo pero por plataformas cubanas, como INSTAR, que afirman ser espacios seguros, que protegen a organizaciones, activistas y artistas".
Sé que no hay recursos para apoyar a todos, pero también sé que las personas de la comunidad LGBTIQ+, sin estudios, están en mayor riesgo de no poder desarrollarse profesionalmente en nada. Imaginen hacer una carrera en la industria del cine.
Y esto no se trata de una perreta, sí porque ahora vendrán a decir que es una perreta mía porque no me aceptaron el trabajo, pero no es así. Es ser consecuente con lo que dices defender y proteger.
Todos sabemos lo difícil que resulta hacer una obra cinematográfica, y aunque luego no te premien al menos te quede ese buen sabor de boca de que pudiste compartirla con algún público. Ser reconocido por los esfuerzos empleados en una obra que demoró largo tiempo en su proceso de gestación, y más en un festival cubano, tiene un valor importante.
Mi objetivo no es juzgar a nadie, mucho menos a los seleccionados de ese festival que no tienen nada que ver con las decisiones de los encargados de la programación. Mi objetivo es hacerles ver que siempre puede haber un espacio para todos, porque estoy convencido de que si yo fuese otra persona, de renombre quizás o si dentro del festival tuviese algún familiar, o un amigo potente, mi película habría sido aceptada, aunque no tuviese ningún tipo de calidad artística. Muchos sabemos cómo funcionan las cosas en la vida real, y no podemos hacernos los de la vista gorda.
Por último decir que me parece una falta de respeto hacia mi persona que en el ya citado correo de INSTAR, me digan que me mantenga atento a sus convocatorias y que considere enviar mis próximas obras, como si hacer un trabajo audiovisual fuese tan sencillo como ir a sentarse en un Burger King y jamarse una hamburguesa.
Pienso que deberían tener en cuenta que yo no hago películas de Hollywood. Mis películas las hago prácticamente solo, y son realizadas con bajos recursos, porque yo no puedo esperar a que me lleguen 100 mil euros o dólares para hacer una obra.
Ahora mismo estoy enfocado en La mentira humana que será mi próxima entrega cinematográfica, y como siempre estoy trabajando bajo presión y a contra reloj. En esta película quiero recrear el tema de las miserias humanas que me han tocado muy de cerca. Cuando esté realizada seguramente la enviaré al festival, solo espero que para ese entonces, INSTAR y los encargados de hacer la selección de materiales, estén listos para ella.
Nonardo Perea
(La Habana, 1973). Narrador, artista visual y youtuber. Cursó el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso del Ministerio de Cultura de Cuba. Entre sus premios literarios se destacan el “Camello Rojo” (2002), “Ada Elba Pérez” (2004), “XXV Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios” (2003- 2004), y “El Heraldo Negro” (2008), todos en el género de cuento. Su novela Donde el diablo puso la mano (Ed. Montecallado, 2013), obtuvo el premio «Félix Pita Rodríguez» ese mismo año. En el 2017 se alzó con el Premio “Franz Kafka” de novelas de gaveta, por Los amores ejemplares (Ed. Fra, Praga, 2018). Tiene publicado, además, el libro de cuentos Vivir sin Dios (Ed. Extramuros, La Habana, 2009).
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